domingo, 27 de enero de 2008

El progreso progresivo

Hace unos dos millones de años, el Hombre tuvo su único avance real. El único progreso que podríamos señalar como auténtico. El pulgar oponible, es decir, el tener un dedo gordo oponible al resto de los dedos de las manos y que puede actuar como un mecanismo de pinza.

A partir de ahí, todo el progreso tecnológico acontecido no ha sido más que un proceso cuantitativo. Desde los rudimentarios utensilios hechos a partir de piedra hasta los ordenadores con los que trabajamos no han sido más que el resultado de este cambio sustancial y exclusivo de la raza humana, el tener un pulgar oponible y emplearlo para algo más que ir de rama en rama o para coger alimentos.

El progreso es progresivo y lento, los avances no los hacemos sino a través del método del ensayo y error. Afortunadamente, debemos equivocarnos muchas veces para acertar alguna otra. Y con todo, a veces ideamos objetos completamente inútiles como el secador para las manos que instalan en los cuartos de baño, en sustitución del papel. Como los odio, son desagradables, no secan y son ruidosos.

Es decir, que el progreso es progresivo y lento y relativo, lo que para unos puede ser un avance para otros es algo inútil. Sin embargo, el progreso es la única dirección que conocemos. Así que ya saben, mis queridos monos del Senegal, empiecen a entrenar sus pulgares.




domingo, 20 de enero de 2008

PIXAR ESTUDIOS


En un post anterior, el de 3 Historias 3 ideas, donde aparecía el discurso de Steve Jobs, vimos cómo a veces, algo en principio negativo, bien gestionado, puede dar lugar a magníficas realidades. Cuando a Steve le echaron del trabajo más apasionante que él podía concebir, lejos de desanimarse, se embarcó en nuevos proyectos hasta crear PIXAR ANIMATION STUDIOS.

Obviamente, no lo creó él sólo, hubo personas, circunstancias, azares y esfuerzos que ayudaron a crear PIXAR. Por lo visto, arrancó como un sueño universitario de unas pocas personas hasta convertirse en el que hoy es el más importante estudio de animación y principal colaborador de Disney.

El hecho es que estos estudios han realizado obras maestras del cine como Monstruos, S. A., Los increíbles, Cars o Ratatouille, películas con un sentido del humor tan inteligente y sutil que, a veces, incluso, pasa desapercibido. (www.pixar.com/index.html)

Asimismo, Juan Carlos Bayona, director de El Orfanato, si no hubiera sido perseverante, si durante años no hubiera soñado con hacer una película, no habría podido ver realizado su proyecto. Hubo de esforzarse mucho para lograr lo que hoy ha logrado, el estreno de una muy buena película. Más allá del éxito comercial y de los premios que está obteniendo, lo importante es que no se desanimó y se esforzó por su sueño aunque, tampoco en este otro caso, fue todo el mérito de él. Como el mismo dice, si no se hubiera encontrado con Guillermo del Toro no habría logrado realizar "El Orfanato" con la calidad con la que lo ha hecho.

Como esta misma semana me ha comentado mi muy buen amigo Paco, "pobre no es el que no cumple sus sueños sino el que no tiene sueños que cumplir". Pero, por otro lado, "ninguno de nosotros es tan listo como todos nosotros".


domingo, 13 de enero de 2008

Los recovecos de la Historia


Acabo de leer "El Niño con el pijama de rayas", de John Boyne y me ha gustado mucho. Habla de que nuestra lógica o sentido común no tienen por qué ser los únicos o los más certeros. De cómo en ciertas situaciones, por muy seguros que estemos de que, aplicando nuestra lógica o sentido común, las cosas son como pensamos que son, eso no resulta del todo cierto. Y es que, a menudo, nos falta información o los datos precisos para comprender la realidad.

También habla de lo extremadamente frágiles que somos, de las casualidades, circunstancias y azares que ocurren a diario, de cómo se van tejiendo acontecimientos que, sin saber muy bien por qué, ocasionan un determinado resultado o situación sin que nosotros seamos conscientes.

Y es en este aspecto en el que me quiero detener un poco. Vivimos hacia adelante si bien nos explicamos nuestras vidas hacia detrás y nunca sabremos hasta qué punto nuestras acciones positivas pueden llegar a crear una espiral de resultados beneficiosos para otros. Un ejemplo, Henry Dunant.

Henry Dunant (Ginebra, 8 de mayo de 1828; Heiden, Suiza, 30 de octubre de 1910) fue un hombre de negocios y el primer Premio Nobel de la Paz de la Historia (1901). Por motivos de trabajo, llegó a Solferino en la tarde del 24 de junio de 1859, el mismo día en que tuvo lugar una batalla entre los ejércitos austriaco y franco-piamontés que combatían en la guerra italiana. 38.000 heridos, agonizantes o muertos permanecían en el campo de batalla, y había pocos intentos para ayudarlos.

Impresionado, el propio Dunant tomó la iniciativa de organizar a la población civil, especialmente las mujeres y las chicas jóvenes, para proporcionar asistencia a los soldados heridos y enfermos. Carecían de suficientes materiales y el propio Dunant organizó la compra de lo que se necesitaba y ayudó a levantar hospitales de campaña. Convenció a la población para que atendiese a los heridos sin fijarse en qué bando del conflicto estaban por el lema "Tutti fratelli" (Todos son hermanos) acuñado por las mujeres de la cercana ciudad de Castiglione del Stiviere (Provincia de Mantua). Tuvo éxito igualmente para conseguir la liberación de médicos austríacos capturados por los franceses (Fuente: www.es.wikipedia.org/wiki/Henry_Dunant).

Todas esas acciones supusieron el germen de lo que, posteriormente, crearía con el nombre de Comité Internacional de la Cruz Roja y, asimismo, de las Convenciones de Ginebra sobre derecho humanitario internacional. Probablemente, Dunant no podría imaginarse todo lo que se desarrolló desde que, aquella tarde, se pusiera a ayudar a los soldados heridos pero quizás el secreto esté en el interés que mostró en su trabajo.

Quiero decir que si nunca hubiera acudido a Solferino por el motivo más nimio que fuera, si no se hubiera tomado en serio su trabajo, no habría tenido la ocasión de ver todo ese sufrimiento. Quizás el secreto sea hacer lo que se debe y amar lo que se hace.


domingo, 6 de enero de 2008

Los Reyes Magos son los pa... los niños¡¡¡

Hoy he tenido la oportunidad de ser Rey Mago para unos niños. Un amigo necesitaba urgentemente un Rey Mago para una asociación de ayuda a colectivos de un barrio y me he visto siendo Gaspar. Aconsejo la experiencia. No hay una fiesta como la de los Reyes Magos donde mejor se exprese la ilusión, los nervios, la alegría... y nadie mejor que los niños para expresar ésas y muchas otras cosas. Los Reyes Magos es una de las fiestas que con más cariño celebro. La ilusión que de pequeños y de mayores tenemos cuando vienen los Reyes Magos es algo que debemos conservar a lo largo de toda nuestra vida. La emoción, los nervios, la ilusión, la lección de que se pasa mejor regalando que siendo regalado son sensaciones fantásticas. Un niño quería una playstation y ha terminado con un balón de la Champions League, era el niño más feliz del mundo en el momento de recibir el balón. Buena lección la de que quien se alegra con algo que no estaba en sus planes y se olvida de lo que no era o no podía ser para él.

Más allá del mero consumismo o de la compra rápida en grandes almacenes, los Reyes Magos me parecen una tradición especial. No hace falta regalar algo espectacular para sentir todas esas cosas que trato de describir. Y, para colmo, al final, desayuno con el roscón de reyes. Todos los niños deberían poder tener esta celebración y sentir las cosas que se sienten. Y todos los mayores deberíamos de no dejar de esperar cosas mágicas en nuestras vidas cuando, al menos una vez al año, un año tras otro, los Reyes Magos siguen visitándonos cada 6 de enero.