domingo, 31 de agosto de 2008

¡vaya a los parques...

... su salud de lo agradecerá!. Para todo aquel que viva en una ciudad, un parque resulta esencial. Si usted es un niño probablemente sea el lugar donde marque el gol que le dé a su país el campeonato del mundo. Si es adolescente, será el escenario de sus primeras conquistas. Si es usted padre o madre de familia, será el mejor lugar de ocio para sus hijos y para tomarse el aperitivo y, si ya se ha jubilado, será el lugar adonde acuda para pasar algunas horas y no estar todo el día en casa. Es el mejor gimnasio posible y el lugar de recreo de muchos reyes europeos hace ya unos siglos, precisamente cuando los reyes eran los únicos privilegiados.

Visite los parques, úselos y le cambiará el carácter para bien. En Madrid, no se entiende la ciudad sin el Retiro. En Londres, ciudad con muchos parques, hay uno que es especial aunque no es el más grande ni el más conocido.

Es Sant James Park, el más antiguo de los parques londinenses. Creado en 1532 para que los reyes ingleses tuvieran donde cazar ciervos, hoy en día es un mágico lugar con una increíble fauna de ardillas, patos, cisnes e incluso pelícanos. Conectado con otros dos grandes parques de la ciudad, Green Park y Hyde Park, va desde Buckingham Palace hasta Trafalgar Square. Se estructura en torno a un alargado y grande estanque, sus vistas son magníficas, del Big Ben, del London Eye, de Westminster... Sant James me ha hecho recordar, una vez más, lo bueno que es ir a los parques.

domingo, 17 de agosto de 2008

Casi me alegro de haber tenido cáncer

"Casi me alegro de haber tenido cáncer". Eduard Punset, pausado, sin alterar su inconfundible tono de voz, sabe de lo que habla. En noviembre le diagnosticaron un cáncer de pulmón.

Lejos de agachar la cabeza y correr para evitar caer en el pozo del miedo, lo sentó en un silla para mirarlo cara a cara. "Es peor el cáncer que el miedo, sin ninguna duda. Éste nunca ha servido de nada", aclara el científico y periodista.

"Me alegro mucho de haber venido a este hospital, porque he conocido a gente extraordinaria. He visto mucho altruismo. Vamos, que casi me alegro de haber tenido cáncer."

Aunque en su voz todas la palabras suenan igual, sí se desprende cierto enfado e insatisfacción. "Lo que más me ha sorprendido es constatar el abismo brutal que sigue existiendo entre el resultado de las investigaciones científicas, por un lado, y su aplicación en terapias prácticas de la vida cotidiana de la gente. Hay que esperar de 30 a 50 años de una manera ignominiosa e inaceptable".

Todo esto que han leido son reflexiones que se pueden ver en el programa Redes de Eduardo Punset, en su programa "Diálogos sobre cáncer entre un paciente y su oncólogo". Les dejo el vínculo para quien le pueda interesar aunque advierto que es un programa de divulgación científica más que reflexiones válidas y personales sobre cómo afrontar el cáncer y lejos también de una visión idílica de superación del cáncer. No nos engañemos.

En cualquier caso, nunca hay que dejar de luchar, incluso en el peor de los escenarios posibles, como un cáncer de pulmón, se encuentran cosas valiosas y que merecen la pena vivir, como esa solidaridad o altruismo de los que habla Punset y que le hace hasta casi alegrarse de haber tenido cáncer, todo un ejemplo.

Hace tiempo que pienso que no es realmente importante las cosas que nos pasan en la vida sino la manera que tenemos de afrontarlas, la verdadera actitud que se tenga. Y aunque no se traduzca en nada, en ningún logro concreto o éxito revelante, tener una actitud optimista, adecuada, no tremendista, humilde y confiada en uno mismo y, finalmente, con sentido del humor es algo realmente importante. Lo he escrito varias veces en este blog y nunca me cansaré de recordarlo. Les dejo el vínculo.

http://www.smartplanet.es/redesblog/?p=66

domingo, 10 de agosto de 2008

!El tren solo pasa una vez en la vida¡

"El tren solo pasa una vez en la vida", "es una oportunidad que no puedes desaprovechar". "Lucha por tus sueños, el amor de tu vida no lo arruines"... Muchas veces oímos frases de este estilo. Parece que vivimos con oportunidades únicas, con momentos decisivos en el que nos encontramos entre la espada y la pared y en el que todo depende de cómo actúes para que encuentres el éxito o el fracaso. Nada hay menos cierto. El tren no pasa una sola vez en la vida. Ahí está la página web de renfe (www.renfe.es) para demostrar lo contrario.

Probablemente, el amor verdadero es uno en toda la vida, madre también no hay más que una, los verdaderos amigos se cuentan con los dedos de una mano, la familia lo mismo. Probablemente, en la vida, no logremos dedicarnos a más de cinco actividades profesionales (puede que cambiemos de empresa o de tipo de trabajo pero las funciones serán siempre similares) y las vocaciones o cosas que realmente nos gustan son muy escasas. Se trata de personas, ideas, conceptos y realidades escasas y, por ello mismo, muy valiosas. Nos proporcionan la felicidad y hay que lucharlas mucho.

Todo ello es cierto pero oportunidades tenemos miles todos los días para conseguirlas, trenes que pasan a diario, cercanías, de mercancías, de alta velocidad... Tenemos mil y un caminos para encontrar la felicidad, infinitas recetas por las que optar para ser felices. Cada día es una inmensa estación de trenes de las que parten innumerables oportunidades. El tren no solo pasa una vez en la vida y además, en ocasiones, aquello que puede no parecer una oportunidad se convierte con nuestra capacidad en un expreso hacia la felicidad. Nada es irreversible, basta con optar por una de las muchas oportunidades, apostar por ella, exprimir la posibilidad y a coger nuevos trenes. Trenes que, os repito, pasan todos los dias.




domingo, 3 de agosto de 2008

Emerita Augusta

Que España siempre se ha dedicado al turismo y es el negocio que sabemos hacer es un hecho de toda la vida, incluso desde los tiempos de los romanos cuando, en el año 25 a. C., el emperador Octavio Augusto decidió fundar Emerita Augusta como lugar de retiro (de ahí lo de emérita) de sus soldados de las legiones V y X. Hoy en día, Mérida, patrimonio de la humanidad, y, más concretamente su teatro, es una de las pocas victorias del hombre sobre el tiempo.

El pasado sábado fui al teatro allí, a ver una obra, tal y como muchos otros han ido desde hace más de 2000 años, un lugar impresionante y muy recomendable. En un día en el que se rondaron los 39 grados, allí por la noche se estaba sin ningún tipo de calor. Definitivamente, los romanos, aparte de estar locos, como decía Obélix, sabían vivir. Sus casas, decoradas y diseñadas con detalle, los baños romanos donde disfrutar y el teatro donde contar las mismas historias y tramas que, de otra forma o con otro estilo, nos siguen interesando a todos en la actualidad. Su forma de construir es aún plenamente vigente, como lo demuestra el hecho de que Rafael Moneo siguiera su técnica de construcción para hacer el impresionante Museo Nacional de Arte Romano en Mérida.

El puente romano, en uso hasta hace 15 años por vehículos que los romanos ni imaginaron que pudieran existir, me dice que las cosas bien hechas soportan y superan los años sin ningún tipo de problema. Por último, Mérida también me dice que las épocas, las sociedades y los propios humanos nos superponemos unos a otros, siempre de abajo a arriba. El teatro fue descubierto porque un arqueólogo decidió excavar donde unas señoras se sentaban a coser, encima de unos capiteles que sobresalían del suelo y que resultaron ser la parte de arriba del graderío del teatro que se descubre unos 17 metros, aproximadamente, más abajo. 2000 años de historia almacenados en 17 metros de altura.

A menudo se oye que, desde los romanos no hemos inventado nada nuevo y nada nuevo bajo el sol es otro dicho repetido comúnmente. Mérida es un claro ejemplo de todo ello y un destino totalmente recomendable.