domingo, 26 de septiembre de 2010

De achaques y otras enemistades...

Un estudio de la universidad de Oxford nos ha descubierto el Mediterráneo. Resulta que han hecho un estudio en el que se demuestra que iniciar un romance cuesta una media de dos amigos. En lugar de tener un círculo reducido de cinco amigos se pasa a tener cuatro y de esos cuatro uno es tu nueva pareja, así que sacrificas dos amigos en esa nueva relación. Por lo visto, el prestar más atención a la pareja hace que dispongas de menos tiempo para dedicarlo a tus amigos. 

Y digo yo que no hace falta ser científico para descubrir estas cosas. Si tienes pareja, sacrificas dos amigos, y si decides pescar no puedes tocar el piano. Si, por el contrario, te gusta la montaña, no podrás cuidar tu vestuario e ir a la última en moda. Si lo tuyo son los coches, nunca pilotarás un avión y si aprendes italiano, olvídate de hablar japonés. 

Somos muy limitados y no nos damos cuenta de ello y, lo peor de todo, es que no nos damos cuenta de que los demás también lo son. Con el tiempo, no todo nos va bien y se empiezan a poner a prueba amistades y parejas, relaciones de padre e hijo y de tío y abuelo. 

¿Se dieron cuenta que con 20 años no nos importunaba nada de nuestros amigos? ¿Que el novio de mi hermana era un tío encantador y que nos daba igual irnos de cena que levantarnos temprano para montar en bici?. Pero con el paso del tiempo esto no es así. Resulta que el cuñado en cuestión tiene que leerse el periódico a primera hora del día, !qué maniático¡ y mi amigo del alma ya nunca llama, está muy ocupado. Incluso me saca de quicio la forma en que mi pareja muerde las galletas y encima me hizo perder dos amigos.

¿Se dieron cuenta que con el paso del tiempo afloran achaques y manías, de los demás por cierto, no mías?. ¿Que surgen formas de pensar y costumbres que nos separan de amigos y parejas?. Resulta que hay que elegir y que eso nos separa de personas y vivencias y me digo yo que esto no tiene por qué ser así. A mis mejores amigos no les veo mucho pero cada vez que les veo parece que no ha pasado el tiempo, y no surgen esas quejas ni achaques, esos reproches ni lamentos...

"¿Qué es de tu vida, se te tragó la tierra?". "Es que no quieres saber nada de mi, anda que llamas...". No ayuda nada a construir una amistad ese tipo de frases, frases que surgen no a los 20 ni a los 25, cuando todo nos iba bien sino ahora que el tiempo ya pasó.

Mis queridos monos del Senegal, no echen cuenta, si sus amigos tienen pareja y se alejaron de ustedes, comprendan que el tiempo es el que es, si el tiempo pasó que eso no signifique un desgaste, ni un reproche porque no hubiera contacto,  comprendan que el tiempo es el que es y, sobre todo, disculpen a sus parejas y a sus amigos si quieren estar disculpados... somos limitados y el tiempo es el que es.

sábado, 18 de septiembre de 2010

De fiebres y anginas.

39 grados, un calor insoportable oiga. Frío, tiritona imparable, dolor de músculos, de espalda, hasta de respirar, ya ha pasado otra media hora, aburrido y con ojeras. Silencio, duele al tragar aunque eso poco importa cuando no hay ganas de comer. He tenido esta semana una amigdalitis como hacía más de 10 años que no cogía. El tema es que uno enferma poco, eso es algo que uno tiene que hacer bien de niño para luego estar inmunizado.

El problema es que no siempre se puede controlar eso y cuando se coge de mayor, lo que sea, es más complicado, se pasa peor que de pequeño. Las cinco de la mañana, empapado en sudor, incapaz de dormir, la cabeza estallando, ya ha pasado otra media hora.

Y qué quieren que le diga, qué mal se está cuando se está mal, y qué bien se está cuando se está bien. ¿Por qué nos olvidamos de ello?. Yo comprendo que uno no puede estar eufórico por la capacidad de andar o de querer comer, que uno no puede dar saltos de alegría por tener el termostato de su cuerpo funcionando bien. Se trata de ir cubriendo necesidades como decía Maslow. Cubierto lo primario, vamos a por lo secundario pero yo me digo, ¿cómo se nos olvida que respirar es un placer?. ¿No podemos estar felices simplemente por poder ver, o sentir una caricia en la piel?. Es más, no descarten la importancia de cagar, es cierto que no podemos hacer una fiesta de ello o quizás sí, yo diría que sí pero no voy a seguir por esas lindes, tranquilos...

Me fascina la capacidad que tenemos para olvidarnos de lo bien que estamos a diario. Nos cabreamos por perder el autobús, porque se nos cuele en la cola del pan un maleducado cuando nuestras rodillas están perfectamente bien. Yo entiendo que no podemos estar eufóricos pero qué quieren que yo les diga, yo esta semana en cuanto me arregle un poco más lo estaré, cagar será una fiesta, se lo prometo. 

Es más, ya estoy feliz, porque estoy hablando de unas anginas y una fiebre que me ha durado dos días, con la suerte de un médico que ha venido a mi casa y me ha dado la medicina indicada, con un montón de gente que se ofrecía a venir a mi casa a traerme lo que fuera necesario, fruta, zumos, medicinas, ¿cómo se nos puede olvidar lo privilegiados que somos? Incluso enfermos, tenemos motivos para alegrarnos pero me temo que tenemos algo metido en nuestra mente que nos hace ser tibios ante momentos de extrema dureza y de extrema dicha. Ni nos morimos de dolor ni nos moriremos de felicidad en el Primer Mundo, se lo aseguro. 

Decía mi abuela que "Dios no nos dé todo lo que estamos dispuestos a soportar" y yo ahora digo "que Dios nos da más de lo que podemos disfrutar", será efecto del desarrollo y la evolución que no de la supervivencia. Cuídense, se lo recomiendo.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Me salió una cana en la nariz.

¿Saben de esos pelos que nacen dentro de la nariz?. Son oscuros, muy negros y fuertes. Supongo que cumplen una función vital pero la gente no solemos prestarle mucha atención, mientras no sean largos y asomen al mundo exterior donde tienen vedada su presencia. Los famosos pelos del interior de nuestras narices, todos los tenemos así que no reniegues de ellos. Frente al espejo, en el baño, me descubro que tengo una cana... en el interior de esos pelos de la nariz. Bueno estas cosas pasan, no te preocupes, no le des mayor importancia....

Y, de hecho, no la tendría, si al rato no hubiera descubierto que ahora hablo de hace 20 años como si hubiera sido ayer, que acaba de morir Laurent Fignon y aún recuerdo el Tour que perdió contra Lemond por 8 segundos, que mis sobrinos juegan a los mismos juegos que jugaba yo hará 25 años, les gusta las mismas cosas, al tiempo que ahora, en el mismo sitio donde jugaba con mis primos, me tomo con ellos una coca cola en el bar que abrieron hace ya más de 15 años. 

No, no, si de verdad que no tiene importancia esa maldita cana cuando uno se da cuenta que Málaga está a dos horas y media en tren cuando yo conocí viajes de hasta 6 y siete horas. Supongo que dará igual, como os digo, esta maldita cana en la nariz porque no seré el primero que se ha dado cuenta de que el tiempo pasa, muy rápido ni el primero en plasmarlo por escrito, ni en darme cuenta de que lo importante no son las canas que te salgan o las cosas que te ocurran sino la actitud con que las afrontes. Otros vienen empujando fuerte, tienen menos años, pero en un momento tendrán muchos más, les caerán 20 ó 30 rápidamente, a mi ya no, a mi solo me salen canas dentro y fuera de la nariz, y actitud, mucha actitud ante las canas...