domingo, 31 de julio de 2011

El efecto google.

Ahora que todo lo tengo al alcance de un click. En estos tiempos en los que me paso días colgado de un ordenador, para trabajar y de ocio, para buscar vuelos y averigüar la cartelera de cine, ahora que me descargo películas que jamás veré y acudo a los periódicos de forma compulsiva, cada media hora, como si hubieran cambiado los titulares. Ahora que me descargo el correo en un restaurante mientras me sirven la comida y tardo en leerme un periódico un minuto, acostumbrado como estaba a tardar unas dos horas...

Es solo ahora que el twiter es un invento genial mientras me pueda expresar en 120 palabras o en estos tiempos en que amigos con los que ya casi nunca quedo me echan una bronca por no mandarles un mensaje por el facebook, es solo ahora que si quiero saber algo lo busco en el google, es solo ahora que soy más tonto.

Entiéndame, no es que esté en contra de las nuevas tecnologías. Sería absurdo siendo el autor de un blog o un cliente asiduo de aerolíneas con las que solo me entiendo por Internet. Es cierto que ya no voy a una sucursal bancaria y al médico le pido la cita por ordenador, pero todas estas comodidades me hacen más torpe, más dependiente, con menos poder de concentración y menos memoria. Ya solo me fijo en dónde tengo guardada la información y he dejado de recordar números de teléfono y direcciones, experiencias y novelas. Es cierto que mi ocio pasa en gran parte por el ordenador pero soy más tonto. Les recomiendo que sepan desconectar les recomiendo también el fantástico artículo de Vargas Llosa y el reportaje del País, les paso el vínculo... qué remedio: