domingo, 30 de agosto de 2015

¿Y si todo fuera mero azar?

Me encantan esos mensajes que aparecen al principio o al final de ciertos libros o películas. "Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia" o ésa otra que dice "todos los personajes que aparecen en esta obra son ficticios, tampoco los nombres fueron escogidos para hacer referencia a ninguna persona real".

Este tipo de mensajes nunca me parecieron ciertos. Toda obra se inspira en la realidad. Es la realidad la que no tiene ningún tipo de parecido con la ficción, es la propia realidad la que supera con creces a la mera ficción. El encuentro que tuvo lugar entre Fridtjof Nansen y Frederick Jackson en la Tierra de Francisco José en 1896 es un buen ejemplo de ello.

En junio de 1893, tras tres años preparándose, Nansen puso rumbo a la conquista del Polo Norte. Su plan pasaba por dejarse atrapar por el hielo y permitir que la propia deriva del mismo lo dirigiera a su objetivo. Durante los preparativos rechazó la posibilidad de que Jackson formara parte de su tripulación por no ser éste noruego.

Resulta que el plan ideado por el bueno de Nansen no era tan completo como pensaba porque tras un año y medio varado en medio del hielo, Nansen decidió abandonar su barco, el Fram, e intentar llegar al Polo Norte a pie y con la ayuda de un solo hombre. A las pocas semanas de partir, Nansen y Johansen comprendieron que el objetivo resultaría inalcanzable, y, en su camino de regreso, pasaron 14 meses vagando por el hielo, soportando las condiciones más extremas, hasta que alcanzaron la Tierra de Francisco José, un archipiélago prácticamente inexplorado.

Con las fuerzas casi extinguidas, una mañana de junio de 1896 salieron de su campamento para encontrarse con una figura humana que los observaba desde sus esquís. “¿Usted es Nansen?”, preguntó el hombre. Se trataba de Frederick Jackson, el mismo que, rechazado por Nansen, había decidido organizar su propia expedición para terminar convirtiéndose en su providencial salvador.

En la vida, muchas veces sucede lo extraordinario. Algunos lo explican diciendo que Nansen lo tenía todo preparado. Que cuando uno, está decidido a conseguir sus objetivos, todo el universo conspira en tu ayuda. Otros hallarán la causa del casual encuentro en que Jackson no se dio por vencido cuando Nansen le djo que no, tenía un sueño y fue a por él. Otros simplemente dirán que es una mera casualidad, pero que si Nansen no hubiera aguantado primero un año y medio en el barco y luego esos 14 meses vagando de un sitio a otro, que si hubiera cedido al pesimismo o a la desesperanza, entonces no habría sido capaz de reencontrarse con el británico al que desechó en su día. Desde luego, sin ese año y medio y esos 14 meses posteriores de vagar y vagar, a Jackson no le habría dado tiempo a llegar hasta donde se encontraron.

Pero, ¿y si fuera todo azar?. ¿Cuántos buenos escritores han muerto siendo desconocidos?. ¿Cuántas leyendas del fútbol se han quedado sin llegar a Primera División?. ¿Cuántos músicos, artistas o pintores perecieron entre el olvido y con ese mismo olvido han desaparecido sus geniales obras?. ¿Cuántos perdieron habiéndolo intentado hasta el límite de sus fuerzas?. ¿Cuántos exploradores se perdieron y nunca más fueron encontrados? Déjenme que esta semana crea en el azar, en que todo es un puro azar, desde el lugar en el que naces hasta tus más queridos afectos. No olviden que muchas veces encontramos el amor allí donde estamos, ya sea en Etiopía o Cartagena. 

Permítanme achacar al azar parte de nuestras culpas, parte de nuestros errores, incluso parte de nuestros proyectos y gustos. Solo por esta semana, déjenme creer que no llevo la carga ni la responsabilidad de mi destino, ni siquiera que dependa de mí las circunstancias ni mis conocidos ni las propias decisiones o caminos que a mi encuentro han surgido. Es más, si fuera todo azar, si gran parte de nuestros acontecimientos están guiados por el mero azar, si nuestras propias existencias vienen determinadas por una mera casualidad, me reconciliaría con los fracasos de todos y los éxitos de algunos o, mejor dicho, con los éxitos de todos y los fracasos de algunos. Que tengan suerte esta semana.




domingo, 22 de marzo de 2015

Del primer día de guardería y otras crisis

Acabo de dejar a mi hijo en la guardería, perdón en la escuela infantil, que queda mejor. Y venía yo pensando cómo es que a los cinco meses y medio surge la necesidad de dejar a un hijo en un sitio para que te lo cuiden. ¿Qué tipo de vida nos hemos inventado?. ¿Por qué siendo el ser humano absolutamente libre, se ha inventado una vida llena de obligaciones, ficticias o no, horarios, dificultades y trabajos?. ¿Igual es que no somos tan libres?.

No sé, la cuestión es que la sociedad la hemos creado entre todos, ¿por qué entonces levantarse a las siete y media de la mañana para dejar a tu hijo a las 8,30 en la guardería?. ¿Por qué hacer revisiones al coche y tener que pedir cita al cardiólogo para luego tener que esperar en la consulta otros 20 minutos?.

¿Por qué existen los bancos y los mítines electorales a los que asisten masas para aplaudir sin un ápice de reflexión?. ¿Por qué me llaman al móvil para ofrecerme cosas que no quiero personas que les da igual lo que ofrecen?. "No, es que quizás estás dedicando tu vida a un trabajo que no te gusta y eso hace que pienses así", me podría decir alguno. Ya pero es que no todos nos podemos dedicar a lo que nos gusta en esta vida, es imposible que todos podamos ser jugadores de baloncesto, viajeros empedernidos o amas de casa complacientes, mecánicos vocacionales y atareados o impasibles funcionarios. No, la vida hay que ganársela y eso implica todos estos bodrios que a diario nos tragamos. Eso o vives al margen de la sociedad que tampoco es plato de buen gusto para cualquiera.

Y así vamos cargando con todas estas obligaciones tediosas, ese fardo de esperas, guarderías, citas, falsas prisas y comodidades. Hace tiempo que no me tomo un vino con mis amigos, es que no tengo tiempo. Pero claro, de dedicarme a eso, el que fabricó el vino querrá que le pague y el que lo sirve de paso también. Es por ahí que empiezo a explicarme el fardo que arrastramos, por el dinero. Quizás sea la pasión del viticultor hacer vino, quizás sea feliz haciendo el mejor vino posible, desde luego que es un arte pero si no ingresa está muerto, porque, sin dinero, no podrá hacer las cosas que a él le gustan y de ahí a meter a tu hijo en la guardería, perdón la escuela infantil, a los cinco meses solo hay un paso. Es el dinero el que engrasa la carrera de la rata en que vivimos, como dicen los anglosajones.

Eso o que toda la vida nos hemos dedicado a sobrevivir y, aunque ahora nos dicen frases del estilo "carpe diem", "disfruta del regalo de la vida" y otras de parecida factura, en realidad aún hoy en día nos toca sobrevivir, luchar para comer todos los días, aún hoy en la vida tienes que aburrirte para poder disfrutar, afrontar incómodas obligaciones para luego poder divertirse. El problema es que el tiempo pasa muy rápido y a mi personalmente me quema mucho la carrera de la rata, la rutina de metros y cercanías,  reuniones y teléfonos, escuelas y bancos. No tenemos tiempo para estar en una jaula de oro pero dejaré de quejarme por hoy que ya he comido y mi hijo también, por cierto.



domingo, 8 de marzo de 2015

Tus miedos te temen

Hay películas, obras, canciones y pinturas a las que conviene acudir con frecuencia. No por vistas son rutinarias. No por descubiertas dejan de fascinarte cuando vuelves a refugiarte en ellas. Y, aunque parezca extraño, Montruos S.A. es para mi una de esas referencias a las que conviene acudir. En ella, descubres que son tus miedos los que te temen a ti.
 
En esa película, entre otras muchas cosas, aprendes que, una vez que dejas de temer al monstruo que de pequeño te atemoriza, se reduce a la insignificancia y, donde antes había miedo cabe hasta el humor. Es un espacio muy grande el que deja libre el miedo cuando desaparece, de ahí que quepa hasta el propio humor y la risa. Cuando eres capaz de reírte de aquella situación que más temes, hay algo en tu horizonte que se despeja. Nos cuesta mucho saltar al vacío, a veces hasta nos tienen que empujar, pero nada hay más reconfortante que superar tus miedos, que saltar al vacío ya sea laboral, familiar, profesional o de ocio.
 
¿Por qué resulta tan enriquecedor viajar?. Porque te hace vulnerable, te enfrentas a nuevos sitios, culturas, personas desconocidas con todo lo que hayas podido meter en una maleta. Les confieso que me fui a vivir con miedo a Londres, y eso que iba en una situación envidiable, y les confieso que Londres terminó temiendo que no me fuera a marchar nunca de esa maravillosa ciudad.
 
En mi pasado, fracasé por miedo y temí al mismo fracaso que conseguí por miedo pero no fue para tanto. Al final es siempre lo mismo, tus miedos te temen y tus propios miedos se mueren de miedo a que descubras que no son para tanto. Y a propósito de miedos, esta semana he descubierto el síndrome de Solomón, el más temible de los miedos para el ser humano.
 
El miedo a destacar, a brillar y a estar en boca de otros. El miedo al qué dirán los demás, a no salirte del rebaño por más claro que veas que ésa no es la dirección correcta. Se está muy cómodo y caliente en un rebaño, sin miedos. Pero qué quieren que les cuente, no hay mal que cien años dure y al final nunca pasa nada, tus miedos te temen...
 
 

domingo, 13 de julio de 2014

La educación prohibida

Todos pensamos que la educación es lo más importante. Es la forma que tenemos de que la especie humana siga mejorando y progresando. Sin embargo, los colegios son espacio de tedio y aburrimiento, un maestro delante de una pizarra, dando clase, sin participación de los alumnos, sin que intervengan durante años si quieren no intervenir.
 
Recientemente, he oído que en Japón lo que propugnan ahora es desaprender lo aprendido. El mundo ha cambiado y cambia a tal velocidad que nada de lo que aprendimos nos sirve o servirá. Hagamos las cosas de nuevo, desde cero, como si nunca las hubiéramos hecho. Otro efecto Zeigarnik para añadir al post de la semana pasada: vomitamos conocimientos para aprobar un examen, una vez pasado el examen, llegadas las vacaciones olvidamos lo que hemos aprendido. ¿Es esto válido para educar a alguien?. ¿Qué le queda al niño una vez guardamos su boletín de notas en un cajón?.
 
¿Son los niños comparables?. ¿Se pueden estandarizar las capacidades?. Si así fuera, ¿se puede hacer en una escala del 1 al 10?. Einstein era un estudiante de menos de 5, cateaba siempre. Sin embargo, el 98% de los niños hasta los cinco años pueden ser encuadrados en la categoría de genio, quince años más tarde solo el 10% mantiene las cualidades de un genio. Estamos fallando en algo. No somos facilitadores del talento.
 
Nos educan para competir, para la guerra, no para la cooperación. Si eres bueno en matemáticas, afronta la decepción, tu media no será buena porque en lengua o historia tendrás un 4, aparte de que nadie te enseñará que eso que sientes en tu interior te puede impulsar o destruir, ignoramos las emociones. Nos educan en el miedo, miedo a no ser nada en la vida, miedo a no seguir el camino marcado aunque eso suponga alejarnos de nuestras vocaciones, sueños o emociones. Les repito, por tercera vez, no nos educan en las emociones, no sabemos perder ni ganar, afrontar la frustración, gestionar el éxito o la euforia. Primero fue la acción y luego fue el conocimiento, pero en la escuela es al revés. De la escuela a la secundaria, de la secundaria a la universidad, de la universidad a un máster u oposición y de ahí, con suerte, a un trabajo, ¿por qué? ¿para qué?. Y mientras seguimos con una educación uniforme, con recortes, exigiendo a los maestros que sean los padres de nuestros hijos pero sin darles la autoridad para ello porque los únicos que pueden educar bien a un niño son sus propios padres.
 
No siempre hubo educación, es algo inventado y creado por el hombre. Exactamente en la Prusia del siglo XVIII, en el despotismo ilustrado, para crear ciudadanos en cadena, homogeneizando sentimientos, creencias, capacidades y talentos, en un ambiente de disciplina y de falta de discusión, creando un ejército, un paquete, una masa de obedientes súbditos. Ése es el origen de la educación pública y fue un gran avance, avance que no hemos tocado ni mejorado en siglos. Ese origen, ese modelo, sirvió luego para que los trabajadores de las fábricas industriales aparcaran a sus hijos mientras iban a trabajar, y así seguimos. Por eso ahora resulta que las vacaciones escolares de nuestros hijos nos suponen un problema.
 
No es cierto que haya que trabajar mucho para poder vivir, no es cierto que haya que sacrificarse para ser algo en la vida, sí hay que esforzarse pero no sacrificarse si nos dedicáramos a aquello que realmente nos gusta. Se nos olvida vivir, hacemos las cosas de forma automática, sin interés ni curiosidad, un día tras otro, sin digerir nada, simplemente tragando, un día tras otro, creyéndonos el modelo inventado. La educación es una inmensa cadena de montaje de personas que queremos que sean normales, como si hubiera alguien normal. Sin embargo, muchas de las cosas que aprendemos, lo hacemos por instinto y a través del juego y no en una fábrica de ciudadanos normales. ¿Cuándo se termina de aprender?.
 
Otra forma de hacer las cosas es posible y siempre se puede hacer mejor. Y ciertas verdades solo se pueden decir llorando, son tan verdad que solo se pueden decir emocionándose (vean a las dos horas y 10 minutos de este video cómo se emociona el profesor que habla), amen a los niños. Se puede estar o no de acuerdo con muchas de las cosas que se afirman en este documental pero, por favor, mis queridos monos del Senegal, no dejen de verlo:
 

domingo, 29 de junio de 2014

Del efecto Zeigarnik y otras eficacias.

Esta semana descubrí el efecto Zeigarnik que viene a consistir en la necesidad que tenemos los seres humanos en acabar las tareas que comenzamos. Una vez terminada, se nos olvida rápida y fácilmente pero mientras la tenemos como pendiente en nuestra cabeza nos supone una cierta tortura, un espacio de nuestra memoria empeñado, reservado y ocupado que no nos deja descansar. Parece como que fuéramos eficaces por naturaleza.

Es por eso que un camarero es capaz de recitar la comanda de más de 20 platos de memoria y que, una vez hecho, no se acuerde ni qué se le pidió ni quién lo pidió. Es por eso también que el puzzle si se comienza se acaba y que el maldito candy crush sea tan adictivo, ya que has llegado al nivel 89, ¿por qué parar?.

También es por ello que estamos enganchados a las series de TV y que un "continuará" haga que no nos olvidemos en toda la semana de que tenemos una cita pendiente con el próximo capítulo. Todo esto lo descubrió en 1927 una psicóloga rusa, Bluma Zeigarnik, quien constató que, al acabar la tarea, ésta se nos olvidaba fácilmente.

¿Y por qué les cuento todo esto?. Primero porque esta semana se me ha ocurrido que ese mensaje que tanto me gusta del "hay que hacer" es más cierto que nunca. Sólo cuando uno se atreve a hacer algo, cuando pasa del campo teórico al práctico, por más inexperiencia que tenga, logrará cumplir con sus objetivos y metas.

Gracias al efecto Zeigarnik, cuando uno comienza algo, está orientado a terminarlo. Una buena noticia, estamos cerca de nuestros objetivos si nos atrevemos a abordarlos. Sin embargo, como todo consejo barato de autoayuda, tiene su reverso tenebroso. ¿Es bueno acabar todo lo que se comienza?. ¿Resulta positivo ser tan eficaz?. El efecto Zeigarnik es una gran enemigo de la creatividad.

Pablo Picasso hizo más de 40 bocetos para el Guernica. García Márquez era obsesivo en las correcciones de sus obras y cada vez que las releía quería matizar algo, cambiarlo, nunca acababa sus obras. Antonio López ha sido duramente criticado por un retrato sin fin del que fuera Rey de España, Juan Carlos I. Lo comenzó hace 17 años y aún no ha acabado a diferencia del reinado del rey retratado. Patrimonio Nacional ha conminado al pintor a acabar el cuadro, a que cumpla con el contrato que firmó y yo, como jurista de formación, me digo, déjenle crear, tranquilos, por favor. Me parece que el bueno de Antonio López está en un proceso de búsqueda, es capaz de controlar su mente para no de abalanzarse en aras de un cumplimiento, un éxito fugaz, uno más.

Necesitamos tiempo para hacer las cosas bien, y no simplemente para cumplir. Precisamos reflexión, espacio para que maduren nuestros mejores éxitos, las soluciones más brillantes y creativas. Zeigarnik, hágame caso, y sepa incubar, concédase un café. Para algunos será vaguería pero para mi es necesario ser lento. 

Ya ven, mis queridos monos del Senegal, esta semana me debato entre la eficacia y la creatividad, entre la reflexión y la puntualidad, el cumplimiento y la calidad, y no logro quedarme con una sola opción. Continuará...


domingo, 27 de abril de 2014

Canadá sin carteros

A diario hay noticias pequeñas, muy pequeñas que pasan sin pena ni gloria por los periódicos, la gente las recuerda en los desayunos, de pasada, con el típico "ah sí, algo había oído, qué cosas pasan". 

Son noticias sobre las que nadie reflexiona pero que son históricas, nos hablan de cambios fundamentales, de la configuración de un nuevo mundo que se abre a cada hora. Canadá ha dejado de tener carteros, a paritr de 2019 quien quiera recibir algo en su casa deberá acudir a su apartado de correos. No nos imaginamos el mundo que viene mientras no prestamos atención a que desaparecen los carteros en Canadá. Estoy convencido de que viviremos 120 años con facilidad, y quien me lea en el 2428 aún se reirá con esta afirmación y con la manera de administrar justicia que aún tenemos en la sociedad de principios del siglo XXI. Estoy seguro que no habrá cárceles, los delitos se castigarán de otra forma y el móvil lo tendremos incrustado en la oreja izqierda, yo es que soy zurdo ya saben. 

Los carteros han dejado de existir en Canadá leímos hace ya unos meses pero, y espero que no se me moleste nadie, aún hay mineros en León. Me sorprende tanto cómo no prestamos atención al futuro que ya está aqui mientras nos aferramos a un pasado que sí sentimos familiar pero es ley de vida, todo va a cambiar y va a cambiar a mejor por más que nos resistamos.

Ignoro la resistencia, no parece que mucha, que han prestado los carteros del Canadá a este irresistible cambio pero les digo que todo cambio social es inevitable e imbatible así que mejor ilusionarse con el futuro que viene.  No lo vivan desde la angustia, seguirá habiendo historias que contar, películas que rodar y música que escuchar, pero todo será distinto y mejor, como siempre lo ha sido

Advertidos quedan, el futuro ya ha venido y nos ha sobrepasado, adáptense mis queridos monos del Senegal, tal y como hicieron los gladiadores de Roma, los oficiales de la Santa Inquisición de la Edad Media, los trabajadores de los Altos Hornos de Inglaterra y ahora los carteros de Canadá, vamos a mejor. 

domingo, 6 de abril de 2014

Mientras el tiempo pasa...

¿Recuerdan la canción de Casablanca?. ¿As time goes by?. ¿Recuerdan ese pianista que todas las noches la tocaba en la película?. ¿Y recuerdan todos esos proyectos que se propusieron hace tres meses cuando empezaba un año nuevo?. ¿Y aquellos sueños de juventud?. ¿Recuerdan los valores e ideas que defendían en la Universidad?. Y mientras el tiempo pasa y las cosas fundamentales tienen valor según pasan los años, as time goes by que nos decían en la canción...

¿Y cuáles son esas cosas fundamentales que no pierden valor?. En el Principito lo expresan de una manera distinta, "lo esencial es invisible a los ojos" pero cobra valor mientras el tiempo pasa. O igual no es tan invisible y valen ya en el presente... Repasémoslas.

La salud, lo primero de lo invisible que gana valor mientras el tiempo pasa, el amor oiga, inclúyalo en esa lista en todas sus formas y acepciones posibles y seguimos con la lista, la ilusión de los niños, que es otra forma de amor, amor por la vida, y ganas de pasarlo bien. Es cierto son cosas invisibles, como la amistad, otra de las cosas que ganan valor con el paso de los años, de hecho, las personas que con más cariño recuerdo son mis amigos del colegio, de cuando entré allá por 1981. Y el arte y la solidaridad, una para disfrutar y la otra para hacernos dignos pero las dos invisibles y que cobran valor con la Historia, mientras corren los años.
 
Y mientras el mismo tiempo pasa, no nos podemos olvidar de la sorpresa de aprender cosas nuevas, o de viajar que es otra forma de aprender. La misma vida, algo fundamental que cobra valor mientras el tiempo pasa y que es invisible. Hoy es miércoles, un día único para recordar todas estas cosas y hacer el esfuerzo de que no se nos olviden, y hay muchas otras cosas, en mi caso muy poco presentes en mi día a día, en mi trabajo o en mi futuro aunque no debiera ser así porque mientras el tiempo pasa, me voy a plantar en 60 años sin haber recordado lo poco que necesitaba y lo feliz que era cuando era un niño, cuando el tiempo aún no había pasado.
 
Espero que ese yo se pueda reconocer en éste otro porque mientras el tiempo pasa, llegamos a la muerte, sí también hay que incluirla en la lista de cosas invisibles e importantes, sobre todo cuando el tiempo ya ha pasado...

Conviene parar a diario diría yo y recopilar cosas que son invisibles y fundamentales, que se nos olvidan mientras el tiempo pasa... esta semana les dejo con el mejor de los acompañamientos, disfruten de Rod Stewart.



domingo, 22 de diciembre de 2013

¿Cuántos hombres buenos hay?.

Ahoras que has fallecido, Nelson Mandela, todos te tributamos homenajes y reconocimiento por la valentía que has tenido, por la vida que has llevado y los logros que conseguiste. Fuiste un auténtico revolucionario. Sacrificaste 27 años por un ideal e incluso la propia vida si hubiera sido necesaria por conseguir la igualdad racial en tu país.
 
Se han sucedido homenajes sin parar y todos te llaman cariñosamente Madiba, aunque no te conozcan. Decían que tenías una sonrisa inigualable, que conquistaba apenas la esbozabas y que tu encanto personal arrasaba allá por donde fueras. Estabas en paz contigo y con todos. Pero yo quisiera que nos resolvieras una pregunta que dejaste sin contestar pero que, sin conocerte, estoy seguro que podrías responderme. ¿Cuántos hombres buenos crees que hay?.
 
Fuiste a la cárcel por abrazar métodos violentos para la consecución de tus objetivos en algo que entiendo fue un error de juventud. Fuiste implacable para conseguir tus objetivos y me imagino que en tu partido político tuviste que imponerte frente a otros. Se te podría haber criticado por muchas cosas al igual que el fin del apartheid no fue posible sin que esos hombres blancos racistas tan malos fueran capaces de mudar sus propias estructuras mentales. Es la suma de todos lo que nos mueve adelante. En prisión, te encontraste con carceleros racistas, con boers que, sin duda, catalogaríamos como hombres muy malos, y cuyas creencias repugnamos, que lograste unir para tu causa justa.
 
Y es ahí donde nace esta reflexión. Nada es como parece, quiero decir que hay hombres buenos que son malos y hombres malos con comportamientos decentes y creo que el gran acierto, y por aquello por lo que recibiste el Premio Nobel y la admiración de todo el mundo, fue la de tratar a todos como personas, más allá de sus errores y virtudes y de sus defectos y aciertos. Sin prejuicios ni juicios porque nada es como parece.
 
Supiste dar a todo el mundo su espacio, sin juzgar a nadie, invitaste a carceleros a tu toma de posesión y mantuviste en su puesto a profesionales sin tacha vinculados a un régimen atroz. Sin embargo, estoy seguro que prescindiste de colaboradores críticos con tu proceder o que propugnaban una menos condescendencia con los blancos a pesar de sus buenas motivaciones o valores. Mejoraste a hombres malos y desechastes a hombres buenos que no lograban entender que todos podemos servir a una causa justa.
 
¿Cuántos hombres buenos hay?. Supongo que todos, Mandela, de ahí la apabullante sonrisa que dibujabas y regalabas en tu rostro, ése fue tu gran acierto y la excusa para este post de Navidad. Que no se nos olvide que hombres malos los podemos ser todos, pero buenos también y es más, la mayoría lo somos a diario y si encontramos a alguien que nos logre descubrir esa parte de bondad que todos tenemos y nos la haga poner a funcionar, entonces debería ser merecedor del Premio Nobel de la Paz como mínimo, como tú lo ganaste, gracias Mandela.
 
 


domingo, 15 de diciembre de 2013

Una vida bien vivida

Es el año 2063 y nunca ha sido fácil ganarse la vida con la música clásica. Siempre lo he tenido presente, hoy más que nunca cuando debuto como director de la orquesta de la BBC en el Royal Albert Hall. Es en uno de esos conciertos de la BBC que se organiza en verano en Londres, los Promms. Aún me acuerdo cuando de estudiante me recorría Europa en verano y al llegar a Londres hacía cola para conseguir una de las entradas baratas que ponen a la venta a última hora. Y hoy soy yo el que se pone delante de los focos.
Todo un sueño cumplido que se remonta a muchos años atrás de lucha e ilusión y la verdad es que nunca sospeché que pudiera llegar a coger la batuta hoy aqui. Y mucho de todo esto te lo debo a ti, Fernando, bueno a ti y a mi abuelo, que siempre dijo que la tele era una basura y sólo me ponía programas tuyos, del Conciertazo. Soy uno de esos miles de niños que crecieron viendo tus programas. 
Pocos saben en este país quién eres ahora que ya ha pasado el tiempo, hijo de un prometedor compositor cuya carrera se vio truncada hará ya más de 100 años, sé que la muerte de tu padre te marcó de por vida y es por ello que decidiste dedicarte a tu pasión, la música clásica.
A raíz de aquellos programas que disfrutaba con mi abuelo, me hiciste sentir euforia y emoción, una alegría indescriptible, cuando al final de los programas salías gritando "Viva la música clásica¡¡¡¡". Confieso que siempre pensé que la música clásica era un tema muy serio, para mayores, hasta que mi abuelo me puso uno de tus programas. A partir de ahí, no falté un solo sábado a la fiesta que nos preparabas en la tele.

Con el tiempo, a medida que avanzaba cursos en el Conservatorio de la calle Atocha, empecé a rescatar por internet grabaciones tuyas de tus programas en la radio, los Clásicos Populares, donde nos contabas historias sobre Bach, Salieri, Mozart o Dvorák. Se te notaba una alegría, una dedicación, un compromiso tal que lo contagiabas a todo aquél que te escuchaba. Destilabas alegría y lograbas que niños a los que la música clásica nos sonaba a chino e incluso que pensábamos que era un rollo, disfrutáramos con ella y nos interesáramos por los compositores y sus vicisitudes. En España no hay mucha tradición cultural de música clásica, o al menos la hay en menor medida que en otras parte de Europa. Por eso fuiste siempre necesario y un incansable trabajador. 
Igual salías disfrazado de poeta medieval o a lomos de un caballo de peluche que hacías galopar a un hipopótamo vestido de bailarina al ritmo de Rossini. Me acuerdo el día que cazamos al moscardón de Rimsky Korsakov o cuando volábamos polkas de Strauss.

Gracias Fernando, no ya por forjar a este afamado director de orquesta, sino por dedicarte a lo que más querías y con ello contagiarnos tu pasión y tu alegría, por acercarnos a la música clásica con sentido del humor, de manera festiva, a modo de juego que nos atrapó para siempre. Fuiste una vida bien vivida y ello ha tenido fruto. Esta noche va por ti, hoy al acabar en el Royal Albert Hall, cuando el público estalle en aplausos, yo gritaré por lo bajillo: "Viva la música clásica¡¡¡¡¡".

domingo, 1 de diciembre de 2013

Tu pasado da risa

No se me molesten pero debería de ser así. Todo lo vivido hasta ahora o es motivo de risa o no te sirve para nada. Risa de alegría, de apuro por lo metepatas que fuiste o incluso de nostalgia pero risa al fin y al cabo. Es para lo único para lo que sirve tu pasado. No se me enfaden si relativizo tanto pero es el único sentido que veo a tu pasado.

Magnus Carlson, 22 añitos, campeón del mundo de ajedrez, ha dicho esta semana que la experiencia está sobrevalorada. Claro que sí Magnus, la experiencia es algo que se tiende a sobrevalorar, no sirve para nada, solo debería servir para reírnos. 

Pero bueno Magnus has de comprender que eres un talento puro, excepcional y que no has de servirte de la experiencia para ser campeón del mundo de ajedrez, a ti te basta con tu genio puro c uando otros con 22 años ni siqiera saben mover el alfil o son incapaces de sacrificar un peón para comerse un caballo. Sin embargo, querido Magnus, para el más común de los mortales, solo podemos agarrarnos a nuestra experiencia y la de otros, a nuestro pasado, para reírnos de él y con él.

Si no fuéramos capaces de reírnos de nuestro pasado, no recordaríamos que cuando llueve debemos cogernos un paragüas y que la carne asada es mejor para nuestro organismo que cruda. Seguiríamos recolectando en lugar de cosechando y el jamón ibérico seguiría siendo una utopía. No seríamos capaces de soportar las pérdidas, las derrotas o los fracasos y seguiríamos dando excesiva importancia a cosas que no las tienen, como hacen los niños que aún no tienen experiecia. 

La experiencia está sobrevalorada pero es el único compañero que tenemos para recorrer nuestra existencia y a veces ni siquiera nos sirve y nos basta con ella y volvemos a tropezar en los mismos errores, pero recuerden, tú también Magnus, para seguir riéndonos...

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domingo, 10 de noviembre de 2013

Lo que he visto y he aprehendido

No, no es una falta de ortografía la que hay en el título, he viajado, acabo de volver del viaje más largo y lejano que he realizado hasta la fecha. 27 días oiga, fuera del calendario tradicional de vacaciones, 27 días en que fui a una isla, visité un continente y acabé en otro muy distinto.
¿Y qué he visto y he aprehendido?. Lo primero que me gusta viajar, que es una pasión pero que también me gusta regresar. Pertenecemos a un ámbito, a una cultura, a la suma de costumbres que nos enseñaron y que nos atan, nos esclavizan y sin las cuales ya no sabemos vivir. Por tanto, descarto una vida en la que viaje continuamente, durante años ni horarios ni paradas ni barrios, no es para mí, prefiero viajes y viajes, de hecho ya me quiero volver a marchar pero porque he parado en casa unos días.
También sé, ahora que he viajado, que será Asia donde se desarrolle el futuro y que Occidente va declinando esos siglos de dominio mundial de los que disfrutó. Sé que en Tokyo la calle es muy distinta a la de Madrid, y que se vive hasta en 4 niveles diferenciados. He aprehendido que es muy difícil comunicarse si no sabes el mismo idioma y que eso te hace parecer idiota a los ojos de los demás pero, por otro lado, que si una señora de 70 años se empeña en querer decirte algo, lo hará a pesar de que no compartáis ni un solo sonido parecido.
Ahora sé que hay playas de agua caliente, tan caliente como la de una piscina climatizada o aún más y que si eres turista es fácil que te conviertas en una presa fácil, ya sea para los taxistas, los mendigos o los avispados de la Medina de Marrakech pero tranquilo, ser víctima en la vida es algo que te hace ser más fuerte y al fin y al cabo sólo te quieren timar, nada más.
Sé que el mundo es muy pequeño y que en cuestión de 12 horas te plantas donde quieras, con un poco de paciencia incluso puedes dar la vuelta al mundo en 72 horas fácil pero que para llegar a Shiwarakawo hacen faltan una siesta en el autobús y que en cualquier parte del mundo, incluido un café remoto de un pueblo de Japón, puedes comer unos buenos spaguetti carbonara. También sé que hay culturas muy distintas a la tuya y que abrir la mente es algo más difícil de lo que me pensaba, ya que seguía aplicando mis esquemas mentales a situaciones que precisaban de una óptica diferente. He visto el Tercer Mundo, y sé que si en España hay crisis, que la hay, no sé cómo calificar lo que se vive en otras partes del mundo.
Viajé por Japón, salté a Bangkok, me bañé en el mar de la China en Malasia y acabé en Marrakech, he aprendido a ser exótico y que se rían los niños de mi aspecto en un mundo donde no hay tantas diferencias, somos todos muy parecidos y aún me preguntan que con qué me quedo, como si los mundos que he visto fueran comparables o se pudieran seleccionar. Me quedo con todo, vivir es apasionante ya sea en Londres, Tokyo, Takayama, Bangkok, Niko, Colombo, Berlín o Marrakech. 

domingo, 3 de noviembre de 2013

1976

Hace 37 años. Era un mundo distinto al de ahora, del siglo pasado. No había ordenadores personales. Apple había nacido solo un día después que yo. Los otoños eran más fríos y en Madrid había cuatro diferenciadas estaciones pero no había democracia ni dictadura. Wifi o 4G no significaban nada, la w era menos utilizada pero se espiaba también en aquel tiempo.
 
España pertenecía a los países del Tercer Mundo según las Naciones Unidas pero llovía más. La esperanza de vida era de 73 años, seis menos que ahora y eran otras las enfermedades que nos atemorizaban. 1976 era ya no otro mundo sino otro planeta, un tiempo del que hemos emigrado forzosamente para convertirnos en inmigrantes digitales, en viajeros de un futuro que aún está por llegar, págabamos otros precios en otras monedas. China era más comunista que ahora pero Asia no había despertado aún a la modernidad.
 
Y en estos 37 años el conocimiento y el acceso al mismo ha cambiado de tal forma que ya no somos los mismos. ¿Y dentro de otros 37 años?. ¿Dónde andaremos?. No somos capaces ni siquiera de imaginar qué inventos habrá. Avanzamos más y más rápido cada poco, y tendremos que seguir viajando a un mundo nuevo, adaptándonos a cada hora, a cada día. 1976 era otro mundo. Todo cambió rápidamente, y si te niegas a adaptarte a ese nuevo plantea que el tiempo te impone, te quedas fuera, desapareces. Parece frío 1976 ahora en 2013, pero no creo que las personas fueran más felices que ahora, tampoco eran más infelices. Simplemente había menos posibilidades y opciones pero había las mismas cenas y amigos, los mismos chistes y risas, otras preocupaciones iguales a las de ahora.
 
Con todo, me fastidia mucho perderme el futuro cuando ya no pueda viajar, cuando la vida me niegue el visado a mi pasaporte y me pierda las mejoras que están por llegar, los nuevos mundos y lenguajes que habrá, las nuevas aficiones y costumbres que surgirán para tratar de conseguir los mismos objetivos que siempre tuvimos.
 
1976 es un pais que ya no conozco, 2050 tampoco lo puedo imaginar, sólo me queda mirar a este 2013 que ya empieza a terminar para seguir viajando como un inmigrante más.

domingo, 3 de marzo de 2013

Es muy fácil no llevar la vida que quieres.

Sí, ya lo ven, Hoy no toca pensamiento positivo, ni creer en los sueños. Hoy no voy a decirles que es posible ni que lo necesario para triunfar lo tienen dentro, ni que basta con ser fieles a si mismo. No, es muy fácil no llevar la vida que uno quiere, es muy fácil vivir desconectado de triunfos, vocaciones y metas. Lo normal en la vida es que no estés donde quieras estar. Es muy normal no atreverte por 1200 euros que ingreso al mes. Sé que viajar es lo más bonito en la vida pero tengo un hijo al que atender, no sé bien cómo terminé trabajando en esa oficina pero dejarlo significaría perder tantas cosas que mejor sufrir un lunes más. ¿En qué momento empezó todo a torcerse?. ¿Por qué paso más tiempo en un hospital cuidando de familiares que en la playa?.
 
Lo siento, no se va a realizar con su trabajo. Los días pasan y se convierten en años, aún no sé italiano y vivo en este Madrid gris y tristón, más parecido al de hace 40 años que al de hace 10. ¿Tiene la sensación de que no hace nada en su vida?. Tranquilo, es normal, la gran mayoría siente lo mismo, lo que pasa es que ni siquiera se ha sentado a pensarlo. Por cierto, ya no queda leche en la nevera, que no se te olvide comprarla, aunque no cumplas tus sueños. El día a día te come, tener leche, huevos y patatas en casa ya es un triunfo, metas más ambiciosas hace tiempo que se quedaron en el cajón de un futuro pasado. Es normal.
 
Por cierto, que ya que vas a por leche, trae pan, y si quieres tómate un vino, es fácil traicionarse a uno mismo, es fácil no ser feliz, pero tranquilo, es aún más fácil procurarse un rato de disfrute al día. Al menos no te fustigues. Coge un autobús, vete a Robregordo, o a Montejo, pasa un día en el campo, desayuna tostadas, es muy fácil disfrutar de la vida, que no ser feliz ni hacer lo que uno quiere, pero, al menos, nos queda eso, nos queda disfrutar, si quiera sea de una buena película, de un buen libro. En la 2 han puesto un buen documental sobre los nazis en la Segunda Guerra Mundial, mañana tomamos el aperitivo con Paco, bueno, ya sé que no es mucho o a lo mejor sí lo es. No vas a llevar la vida que quieres, para eso hacen falta cosas que no son posibles ni existen. Recursos ilimitados, libertad total, entornos comprensivos no existen, ni son posibles pero es muy fácil disfrutar un poco de la vida a diario. Atrévanse, mis queridos monos del Senegal, porque es lo único que realmente tenemos y es mucho.

domingo, 20 de enero de 2013

En la semana

Esta semana no escribo ningún post. Simplemente recaudo una serie de frases que he recibido a lo largo de la semana. Soltadas de manera intrascendente o no, paf, de manera inmediata, que me han dejado mella y que son las siguientes:

- La vida te quiere duro (porque tarde o temprano te va a golpear añadiría yo).

- Las cosas siempre tienen algo bueno y algo malo, has de valorarlo porque nada es perfecto y si algo fuera perfecto sería un rollo.

- La gente demasiado perfecta siempre es sospechosa.

Seguimos.

domingo, 13 de enero de 2013

Carta de mi futuro

Querido Pedja,

Ahora que tengo un poco más de tiempo y ya he llegado definitivamente, por si no te has dado cuenta ya vamos a acabar enero de 2013, me he decidio a contestar a tu carta. Me pedías en tu carta, algún tipo de visibilidad, alguna señal que te indicara que estaba llegando. Realmente me pides algo difícil ya que estoy constantemente llegando.

Me pides que sea previsible pero me temo que eso es algo que no está en mi mano. Yo soy muy previsible. Te recuerdo que no soy yo el imprevisible sino la muerte por lo que te recomiendo que andes bien atento y espabiles. De todos modos, reflexiona un poco. Si pudieras prever el futuro la vida sería muy aburrida porque te relacionarías conmigo como te relacionas con tu pasado, amablemente, sin emoción, con nostalgia quizás pero sin pasión.

Te decía que soy muy previsible. A mi me puedes conocer a través de tu pasado, de tus aciertos y errores, éxitos y fracasos y sobre todo, a través de tus esfuerzos. Es así como podrás explicarte por qué yo seré como seré. El hecho de que no te traiga resultados no ha de desanimarte en absoluto. El mero hecho de comer, pasear, respirar o ver el mar ya es un resultado válido, no esperes mucho más. Me comentas que soy único y que me cuidarás mucho, te lo agradezco de corazón pero has de ser consciente que el único eres tú y que has de cuidarte mucho. Vete al oftalmólogo y al dermatólogo, no te cuesta nada anda. Respecto a mi tardanza, no puedo prometerte más días o noches, ni más madrugadas o atardeceres pero me gusta ver que valoras tanto el tiempo que ha de venir.

Y, por último, efectivamente, Pedja, me has escrito un cheque en blanco que es lo que a ti te queda por vivir y rellenar, no tardes en ponerte manos a la obra, corre prisa, feliz semana.

domingo, 30 de diciembre de 2012

Carta a mi futuro

Querido futuro,


Ahora que acabas de llegar y que, por fin, ya estás aqui quería comentarte algunas cosas. La próxima vez que vengas, espero que seas mucho más previsible. Incluso te agradecería que llamaras antes de venir. Simplificaría mucho las cosas.

Por otro lado, también te agradecería que no asustaras tanto, pero me temo que eso está relacionado con la imprevisibilidad que te comentaba. Me gustaría que cambiaras tu rapidez por planificación y previsibilidad. Entiéndeme, no es que te tenga que reprochar nada pero me ayudaría bastante saber algo más de ti. Vaya, he de empezar de nuevo porque ya te has convertido en pasado y ahora me tengo que dirigir a un nuevo futuro. ¿Ves?. Es a eso exactamente a lo que me refiero, a tu inmediatez.

También te pediría que me trajeras resultados y consecuencias relacionadas con mis esfuerzos pasados aunque quizás eso se lo tenga que pedir por carta a mi constancia, no a mi futuro. Por otro lado, querido futuro, te rogaría tiempo que de eso sabes mucho. Más tiempo para poder hacer muchas más cosas, abordar proyectos futuros que sé que se me quedaran pendientes.

Eres único, sabes que te admiro y que eres lo único que me queda en esta vida. Prometo cuidarte mucho, querido futuro, y como sé de tu valía, espero que tardes mucho más en venir. De momento, ya me has regalado un nuevo año, el 2013, en contra de muchos que interpretaban unas teorías mayas sobre tu fin. Espero aprovecharlo pero si de ti dependiera, tarda en presentarme el 2014 un poco más de 365 días, no sé, dáme por ejemplo 500 días, son sólo 135 días más pero seguro que me dan para algo más de lo que me suele dar un año normal.

No me traigas enfermedades por favor. Prometo cuidarme pero eso sí que me atrevo a pedírtelo, que te ahorres las enfermedades para tu amigo el pasado. Supongo que una carta al futuro es como tener un cheque en blanco. El problema es que muchas veces uno no sabe bien qué hacer con un cheque en blanco, o con su vida o con su libertad. Tengo la sensación, querido futuro, de que no te tengo que pedir muchas cosas más, excepto tiempo y salud. También tengo la sensación de que dejo escapar oportunidades si cierro ya esta carta pero bueno siempre podré dirigirte una carta más en el... futuro, de momento, claro. Feliz 2013, aprovechenlo.

domingo, 9 de diciembre de 2012

12.525510204082%

Ésa es la cifra del mundo que conozco. No está nada mal, lo admito pero quiero más. Viajar es lo más importante a lo que nos podemos dedicar. Viajamos todos los días, de la cama al baño, del baño al trabajo, en metro, coche o bus, mecánicamente, andando. 

¿Qué me queda por conocer?. Debo ir a los verdes valles de Nueva Zelanda, conocer el Kilimanjaro, aún debo recorrer los helados paisajes de Argentina y Chile. Andar entre volcanes en Islandia, todavía debo dirigir mis pasos a Chicago, y repetir Roma, Sri Lanka, Portugal o Nueva york. Todavía no he conocido las bahías de Vietnam ni he mascado hoja de coca al llegar a La Paz. Aún no fui a Cuba ni me bañé entre tiburones en Tahití ni he vuelto una vez más a París este año, como me prometí. 

Admiro a los nómadas. ¿Cuándo fue que nos hicimos sedentarios?. Supongo que por el hambre. Supongo que sacrificamos curiosidad por comodidad, el tener nuevas y fascinantes experiencias a cambio de no sentir más frío pero a mi me mata ese 87,474489795918% que me falta por descubrir. Debo aumentar el ritmo, en los próximos 36 años no puedo limitarme a un escuálido 12,52%. 

Al doblar la esquina de los 40 debo haber subido al 20%, aún en los próximos diez años, debo haber conocido Japón, Normandía y Brasil. Y con ello, haber completado esos libros que me quedan por escribir, esos hijos que aún no tuve, encontrar esos amigos que no perdí y levantar ese negocio que emprendí. Y con toda esta montaña de tareas pendientes que me quedan, me voy dando cuenta que no somos tan sedentarios como nos pensamos, que aún estamos en marcha y ay de aquél que no lo esté, todo se mueve. Resulta que no es verdad que hayamos dejado de ser civilizaciones nómadas, a pesar de los hijos, el frío, las cosechas o el hambre o, precisamente por todo ello.

Conozco un 12,525510204082% de mundo sí y también 13 años de colegio, conozco médicos, oposiciones y películas, canciones y desgracias. He visto personas, olores y colores, parques y conflictos. ¿Aún te piensas nómada?. Todo es un viaje, así que ya te puede ir gustando viajar, feliz semana.

domingo, 2 de diciembre de 2012

Rutina o rutinario

A través de una referencia a un retweet de un comentario de un amigo que incluyó el enlace a un blog colgado en facebook, con mi amigo Paco Alcaide de por medio como siempre, me encontré con un post (si esta frase la hubiera escrito en 1990, me habríais tachado de loco) del blog de Jaime Pereira titulado ¿rutina o rutinario?.

En él venía a decir, si no estoy equivocado, que había que distinguir la rutina de lo rutinario. Que en nuestra vida hay muchas cosas importantes, la familia, los amigos, la salud y mil cosas más que damos como normales y que no valoramos hasta que las perdamos. Ésa es la rutina buena caracterizada por valores como la disciplina, la creatividad y el esfuerzo frente a la rutina mala caracterizada por el aburrimiento, la desgana y la apatía. Ésa es la rutina mala.

Al hilo de todo esto me asaltó una idea que vengo pensando ya hace mucho, que confieso me desestabiliza e inquieta. Con el paso del tiempo, todo se convierte en rutina. Sí sí, siento ser negativo, el tono del blog ha caído mucho en este 2012, al igual que el PIB y el número de llamadas que realizo a mis amigos pero es que, al final, todo es rutina.

El futbolista se cansa de su trabajo, a pesar de ser envidiado por todos los niños del planeta y el médico puede tener el síndrome de estar quemado. El que se dedica a viajar termina parando al igual que la fiesta necesita un descanso. Precisamos estar aburridos para poder divertirnos. Todo se convierte en rutina.

¿Y con las personas?. Es lógico que el paso del tiempo afecte a tus amigos, pareja y familia, no a ti... solo a ellos. Que aquel tío tan divertido te diga que no sale hoy porque tiene el colesterol alto o simplemente porque ya no le apetece irse, que ya no puedas jugar al tenis porque ¿qué hace tu amigo con sus hijos?. Con tu pareja ya lo has descubierto todo y no te digo tus padres que te conocen desde que naciste.

Todo es rutinario, así las cosas, solo nos salva la curiosidad, la actitud de buscar cosas nuevas. Prueba, cambia, recicla y reinventa, invierte y vuelve a cambiar. Lo peor que nos puede ocurrir es que encontremos qué nos hace felices, porque estaremos más cerca de volver a aburrirnos. ¿Y con las personas?. ¿Mejor cambiar continuamente?.  Ahí prefiero aplicar la teoría de mi amigo Ferra, la del buen vino que con el paso del tiempo se convierte en excelente. 

Con los padres, pareja y amigos, disculpa, persigue tiempo de calidad mejor que cantidad y preste atención a los niveles de colesterol de ese amigo, probablemente usted también los tenga altos. Para mi la opción no es la de rutina o rutinario, no distingo, todo nos cansa, para mi la opción es la de aplicar pasión a las cosas y cambiar cuando las hayamos agotado y respecto a las personas, simplemente aplicar pasión, una vez más, feliz semana.




domingo, 25 de noviembre de 2012

¿En qué momento se ensució todo?

¿En qué momento se ensució todo?. ¿Cuándo empezaron a fallar las soluciones que habíamos pensado?. ¿Por qué los sistemas de poder que creamos nos abandonaron?. Está bien, no hay que fijarse en las cosas negativas, pero ¿cuándo fue que empezamos a confiar en un sistema de sociedad humano y, en consecuencia, pleno de fallos?. 

¿Cuándo fue que nos olvidamos de ser un poco ricos todos o, al menos, de no abandonar a nadie, para establcer relaciones de jerarquía y poder?. ¿Por qué fue que empezamos a valorar el bienestar económicamente y no desde otras múltiples perspectivas?.  Está bien está bien, no seguiré por este camino pero ¿cuándo fue que se nos olvidó vivir y empezamos a sobrevivir, a emplear el tiempo en trabajos carentes de sentido?. Tal vez no todo sea así, tal vez, no solo seamos chimpancés en busca de nuestro propio bien, quizás tengamos algún bonobo entre nosotros que poco a poco vaya calando en todos para conseguir una sociedad mejor.

Ya ven ahora no me entienden, paso de criticarlo todo a hablarles de clases de monos. Para que me entiendan, los bonobos son una clase de monos que han establecido una sociedad basada en la paz, en valores femeninos de cooperación más que en los masculinos de competición y que resuelven los problemas a través del juego, el sexo y el sentido del humor. Mientras, los chimpancés se gobiernan por medio de relaciones de poder, conflicto y competencia. Ustedes eligen, yo me quedo con los bonobos... pero no dejen de ver el programa de Punset de esta semana:


domingo, 18 de noviembre de 2012

No me quería ir de donde no quiero regresar.

Ya ven, no es lo mismo habitar una ciudad que visitarla. Nada tiene el habitante con el turista y su modo de relacionarse con la ciudad. Llevo más de un mes viviendo una ciudad, Londres, de la que realmente ya no formo parte. Vivo en Londres pero pienso en Madrid, próximo destino. Me despido de mi Londres, el mío, uno de los muchos que hay.

Cae una ligera lluvia, fresca, bajo por King´s Road pensando en el tonto miedo que tuve por venirme a esta maravillosa ciudad. Lo desconocido, la aventura, en ocasiones nos aterran, preferimos lo establecido, lo convencional. Quizás por eso sea ahora Madrid lo que me aterra, echo de menos Londres. Antes de irme debo ir por última vez a mi parque, en el que corrí tantas tardes, Saint James Park. Entiendo que Madrid tiene el Retiro, entiendo que voy a un buen lugar pero aún me quedó ir al Victoria and Albert Museum por última vez, bajar por Embankment viendo el Támesis, cenar en el indio de al lado de la que acaba de dejar de ser mi casa.

No deja Londres de ser una metáfora de la vida, en la que empiezo a sentir nostalgia de lo que acaba de ser mío. Podría haber ido una vez más a Wimbledon, al parque de Richmond, por qué no acercarme al British o a Hampstead. Fue todo tan rápido. Y ahora no quiero irme de donde no quiero regresar, no quiero perder   Londres sabiendo que en Madrid voy a ser feliz, porque siempre queremos lo que no tenemos, eternos insatisfechos.

Hace frío en Victoria Station al filo de la dos de la madrugada, recién cerrada la estación. Paseo por Belgravia solo, por ese barrio que tanto me enseñó, sabedor deque deja ya de serme familiar, empiezo a ser un extraño para Londres, bienvenido a casa, bienvenido a Madrid, donde estaré tan bien que no valoraré lo que tenga, ni sus encantos, ni el Retiro, ni el Rastro o la calle Serrano o las tabernas madrileñas... hasta que lo pierda y vaya a otra ciudad a la que no quiera ir pero de la que tampoco quiera regresar, !pasa todo tan rápido¡. Feliz semana.

domingo, 4 de noviembre de 2012

Ausencias

Queridos monos del Senegal, 

Sí, ya sé que no les debo ninguna explicación, que no debiera rendirles cuentas ni me esperaban. Ni tengo deudas ni obligaciones pendientes con ustedes, ni deberes incumplidos ni responsabilidades eludidas pero me veo en la obligación de explicarles mi ausencia en estos meses. 

He dejado de acudir al faro porque he hecho muchas cosas, no quiero deslumbrar ni dar envidias, este ejercicio es más de autoconvencimiento que de informarles sobre estos últimos meses. Tendemos a pensar que no hacemos nada en la vida, que el tiempo huyó sin habernos dado tiempo a hacer todas las cosas que quisimos hacer. 

No he escrito desde el 16 de mayo por varios motivos, uno porque no se me ocurría nada, dos por la pereza y tres, principalmente porque en esos meses en los que no hice nada cuando echo la vista atrás, realmente viajé a Ginebra, a estar con ua familia con la que, a pesar de vernos poco, el tiempo que encontramos es de mucha calidad. También alquile un coche y pasé a Francia, al otro lado del lago de Ginebra, un sitio realmente recomendable.

Además me embarqué en un trabajo absorbente e interesante para unos meses, no para toda la vida. Viví en Londres acontecimientos históricos, como el Jubilee de la Reina o los Juegos Olímpicos y Paralímpicos. Otro proyecto muy ambicioso en el que me embarqué, por fin ha visto la luz y toda la ilusión volcada se ha transformado en incertidumbre, esfuerzo y más ilusión, seguimos vivos.

Viajé a Nueva York, a descubrir un lugar de película donde caben todas las vidas y mundos imaginables, pasando por las Islas Canarias que hace ya tiempo descubrí como un paraíso en la Tierra. Mayo, junio y julio pasaron muy rápido, pero más aún septiembre y octubre, para plantarme en noviembre con la sensación de no haber hecho nada y sentándome de nuevo ante una pantalla vacía, por eso no les escribí antes... bienvenidos al faro del fin del mundo. 


domingo, 6 de mayo de 2012

El porqué soy de Estudiantes.

Estudiantes es un club de baloncesto de mi ciudad, Madrid. Jugaba contra ellos en categorías de baloncesto infantil. Qué rabia me daba cuando alineaban jugadores que a los doce años parecía que tenían 15 años y nos daban unas palizas de escándalo. Y eso que era el Estudiantes "C"...

Con el tiempo, me fui dando cuenta que ese equipo de baloncesto de mi colegio, como el de muchos otros, era una oportunidad de formación y de educación a través del deporte, una fuente de amistad, de cómo perdonar fallos de tus compañeros para que aceptaran los tuyos y de celebrar las victorias cuando las conseguíamos. Es de las cosas que más echo de menos de mi pasado. Estudiantes era y es el equipo de otro colegio de Madrid, el instituto Ramiro de Maeztu, cuya filosofía es exactamente la que acabo de reflejar, formar a través del deporte.

Tienen un equipo en la máxima categoría del baloncesto español desde siempre, formado gracias a los muchos chavales de Madrid que los sábados nos dedicábamos a jugar al baloncesto. Tienen muy poco dinero, por eso su eterno rival, el Real Madrid, se ha llevado tradicionalmente a sus mejores jugadores, no pasa nada, hay que seguir creciendo. Por todas esas razones y muchas más, decidí comprar algunas acciones del club hará tres o cuatro años, hay que ayudar a un proyecto educativo tan interesante y exitoso y ahí seguimos. 

El domingo se juegan su permanencia en la ACB, para mi no es importante jugar en primera o en segunda división, lo importante está asegurado y es que cada sábado haya muchos equipos Estudiantes en los colegios de Madrid, jugando partidos contra otros muchos colegios y formando a personas. A veces perder y ganar es relativo, sobre todo en el mundo del deporte.

domingo, 25 de marzo de 2012

Zugzwang

Cada día es un puro error. Mi trabajo consiste en eso, en errores, registrarlos, contarlos, clasificarlos y estudiarlos. Todos los errores del programa. Trabajo en el centro de Microsoft que recibe los informes de error que da el programa Windows, en sus distintas versiones e idiomas, los errores están por todas partes.  Cuando usted decide enviar el informe del error en lugar de desechar esta poibilidad, ahí estoy yo, al otro lado, trabajando sobre el error... Sé que muchos de ustedes no confían en que eso sirva de algo, es mi trabajo, los errores de sus programas. No es mucho ni muy importante, un error no tiene por qué serlo...

Quizás no sea una casualidad que sea el hijo de Renato Cesarini, ese genial delantero italiano que se hinchó a marcar goles en los últimos minutos de los partidos.  Tal era su habilidad que dio lugar a la expresión "la zona Cesarini", aquel espacio de tiempo, en los últimos minutos de los partidos, en los que las defensas, cansadas y un poco más relajadas, cometen errores de concentración y son más susceptibles de recibir un gol. Ya ven, siempre he pensado que los errores no tienen por qué ser algo negativo.

En el fondo, mi padre Renato no hizo sino reflejar lo que la familia siempre ha pensado. Ya su tatatarabuelo Alessandro Salvio creó el concepto Zugzwang, para referirse a aquella posición en ajedrez en la que, hagas lo que hagas, muevas la pieza que muevas, vas a pasar a estar en una situación peor y es que, a veces, es mejor no moverse porque cometerás seguro un error. Ya ven, en la familia siempre sacamos provecho de los errores ajenos. 

No se piensen que somos ventajistas o aprovechados. Deténganse un momento y piensen. El error es bueno. Mejor no cometerlos pero, ya que se comenten, mejor convertirlos en un acierto y aprender de ellos. De otra forma, el mundo no habría avanzado ni un milímetro en sus más de dos mil años de historia. Feliz semana.

domingo, 18 de marzo de 2012

Ya tengo el iphone 4S.

Duo Core, MacOs X, 16 gb, blanco, sí ya tengo el Iphone y en mi mundo aparecieron palabras como whatspp, víber, skype, facetime, mándame un correo. Sí sí, ya estoy localizable las 24 horas del día, incluso puedo mandar fotos de donde estoy. Ya tengo el ansiado iphone y ando despistado andando por las calles. 

¿Qué tiempo hace en Hanoi?. Ay voy a verlo. Y cuidado no tropieces con esa chica que te cruzas en la calle y que va tan distraída como tú. Perdonad un segundo que tengo un whatssapp... Ya ha pasado una semana desde que tengo el iphone y, sin negarle la maravillosa utilidad que tiene, no le logro sacar más cosas. El juego de tenis no está mal pero empiezo a cansarme...

Por ahí que no soy tan joven como me pienso, que le veo una utilidad práctica indudable pero ya está. Me da a mi que ser viejo es ir perdiendo el interés por las cosas, no estar abierto a nuevos cambios y realidades. Me da a mi que alguien más joven le va a sacar mucho más rendimiento al Iphone 4S. El control por voz no está hecho para mi, ¿cómo se quita el corrector de textos?. Qué rollo los contactos, resulta que di de alta con la misma cuenta itunes el iphone de mi jefa y el mío y ahora compartimos contactos, si meto el teléfono de mi madre, lo tiene ella y yo el de su cuñado que vive en Hamburgo. Y lo peor es que no sé cómo arreglarlo oiga. 

Sí si ya tengo el Iphone 4S pero no creo que le esté sacando todo su jugo y, en cambio, me ha trastocado un poco mi vida diaria. Y me doy cuenta que si esta maravilla me hubiera caído con 20 años menos, no pensaría así y que, cuando tenga 70 años y hayan inventado la película personalizada yo lo que querré será ir al viejo cine de barrio a ver la película en pantalla grande. Y es que, hasta ahora, había oído hablar de la obsolescencia programada de los electrodomésticos y otros inventos tecnológicos pero lo que nadie me ha explicado es que también nosostros tenemos una obsolescencia programada. Maldito tiempo, cómo pasa de rápido.

Me cojo el manual de instrucciones del Iphone, decido luchar y no vean por cierto las fotos que hace, una maravilla oiga, se lo recomiendo, sigan luchando...

domingo, 11 de marzo de 2012

Las alternativas al big bang

Soy Jules Grimond, juez de la Corte número 1 de Ginebra. Mi existencia ha sido buena, apacible y tranquila, bueno todo lo tranquila que puede ser la vida de un juez.  Mi madre, al terminar la Universidad del pequeño cantón suizo de Argovia me preguntó: ¿por qué no eres juez?. 

La hice caso y, tras algunos esfuerzos, estudios y exámenes conseguí mi plaza en Ginebra. Ser juez en Suiza es algo muy tranquilo, disfrutamos de los niveles de delincuencia más bajos del mundo. Aqui siempre hemos sido neutrales, en las dos Guerras Mundiales y en la Guerra de los Cien Años, aqui se creó la Cruz Roja y tenemos la sede de numerosas organizaciones internacionales. Suiza es  un lugar muy tranquilo para un juez.

Así de cómoda era mi existencia hasta que llegó el caso más importante hasta la fecha que he tenido que resolver. Es un expediente de miles de folios, alegaciones y con unas implicaciones que nunca alcanzaré a comprender en su totalidad. Soy el juez que ha de resolver el caso del acelerador de partículas. Entiéndame bien, no es que el vigilante de seguridad se volviera loco y decidiera asesinar a su compañero una noche ni tampoco es que haya habido un acuchillamiento entre científicos enfrentados por sus teorías e investigaciones, no. 

Mi problema es que tengo que decidir entre cerrar el acelerador de partículas por poner en peligro a la humanidad en su conjunto, a la actual y a la futura o, por el contrario, permitir su funcionamiento, asumir el riesgo y ver si logramos sacar algo en claro de nosotros mismos. Si me equivoco, tendré sobre mis espaldas el peso del fin de la humanidad pero, a la vez, puedo ser el juez que prefirió arriesgar y permitir que nos acercáramos a la solución de todo, incluso desvelar o no la existencia de Dios aún a riesgo de crear un agujero negro que lo engulla todo, la humanidad y el universo entero. 

Para eso cuento con un instrumento realmente débil y poderoso a la vez, abstracto cuanto menos, no es nada material, es algo que llamamos ley pero que no sabemos realmente mucho sobre él. Dicen que se podrían descubrir hasta 11 nuevas dimensiones de ser exitosos los experimentos que otros me piden prohibir. ¿Qué hago?. ¿Permito el mayor logro de la humanidad?. ¿Abro la llave a un nuevo mundo, donde conceptos como el tiempo, la eternidad, la materia o el alma debieran ser redefinidos?. Sin embargo, ¿firmo la sentencia de muerte de la humanidad?. Todo ello en un mundo donde seres humanos mueren de hambre mientras se destinan grandes sumas de dinero a la investigación espacial sin que lo uno sea incompatible con lo otro pero sí paradójico. Ya ven, todo es una paradoja, por eso les pido su opinión, ¿ustedes qué harían?...


domingo, 12 de febrero de 2012

De superhéroes y de sus achaques.

Todos tenemos nuestros héroes. En el caso de mi abuelo supongo que era Roberto Alcázar y Pedrín y después Manolete. En mi caso, era fan de Anacleto o Súper López. Los héroes son inmutables, siempre los admiras pero no son eternos, ni siquiera los héroes. Con el tiempo los cambias, de Tintín a James Bond, de los famobiles a los Lakers, y de E.T. a Shreck.

No es que abandones a unos por otros pero sí que los vas desplazando en el tiempo. Un día, ya olvidados, los redescubres y vuelven a ser los héroes de siempre pero un poco más achacosos y no tan molones como el último de los adquiridos. Confieso que nada tienen que ver los valores de mis héroes ahora que cuando era pequeño. Admito que ahora exijo a un buen héroe el ser capaz de reírse de si mismo, admitir con humildad sus achaques y ser capaz de estar por encima de ellos.

Sí es cierto que antes a un buen superhéroe le pedía una visión de rayos X y capacidad de volar, no había nadie comparable a Superman 3. Cómo me alegré aquellas Navidades que mi madre me llevó a verlo al cine Narváez. Sin embargo, a medida que el tiempo avanza y nos va doblegando, reconozco a un buen superhéroe por su resiliencia, por saber gestionar una buena silla de ruedas, por afrontar con humor a todo y a todos.

Reconozco como héroe a toda aquella persona capaz de inventarse una vida aparte de la rutina, capaz de ir todos los días en bus a un trabajo que no le gusta con tal de obtener luego un tiempo libre que dedicar a algo que le merezca la pena. Un buen héroe te espera con la puerta del metro abierta y se reúne contigo un jueves por la noche a tomarse unos vinos y a partirse de risa.

Un superhéore es aquél que paga sus impuestos convencido de que es lo mejor que puede hacer y que puede sacrificar un fin de semana con tal de que unos chavales esté ilusionados con jugar un torneo de fútbol. Hay infinidad de héroes, padres, discapacitados, pesimistas y carteros, mujeres y carniceros, hijos y enfermeras. Confieso que nunca me fueron las películas de tipos duros pero reconozco que cuando éstos empezaron a hacer pelis en las que se reían de ellos mismos, los empecé a identificar como dos de mis héores preferidos, buena semana.


domingo, 5 de febrero de 2012

soledades plurales

Ayer morí y no me descubrieron hasta dos días después. No acudí a mi trabajo y avisaron a mis vecinos que a su vez avisó a la policía. Mi hermana, mi única familiar, que vive en Australia todavía no sabe nada. Yo, por el contrario, aún no he muerto pero vivo igual de solo, si bien tengo hijos y familiares, nunca los entendí bien, ellos a mi tampoco y opté por vivir solo. 

Yo soy ciega y cojo a diario el cercanías, sola, para ir al trabajo y de ahí a casa. De vez en cuando, conozco a alguien pero claro nadie quiere algo en serio con una ciega. Yo, por el contrario, fui una de las mujeres más poderosas del mundo aunque ya no me acuerdo de nada y vivo apartada en mi lujosa casa de Belgravia, en Londres. Estas Navidades invitaré a mi enfermera y al policía que custodia la puerta de mi casa a tomarse algo, mis hijos tampoco vendrán este año.

Yo sí tengo familiares pero voy al médico solo, no quiero molestar ni determinar la vida de nadie y eso implica hacer las cosas solo. Yo acabo de viajar dos meses solo por Bolivia y Argentina, me daba algo viajar solo por el mundo pero ha sido la mejor experiencia de mi vida porque no sólo me he conocido a mi sino también a otras personas que ya he dejado atrás.  Sigo siempre hacia delante, no me queda otra.

Yo limpio en varias casas, de personas mayores y no tan mayores, que viven solas, si usted señora necesita algo, no deje de avisarme. Al fin y al cabo, esta sociedad es la sociedad de la soledad, el tiempo de la individualidad, si tu tiempo ya ha pasado, retírate. Estamos muy preparados, nos sobran los recursos pero seguimos solos, tal y como nacimos y tal y como morimos, pero no se preocupe, siempre habrá alguien, aunque sea desconocido, para echarnos una mano, feliz semana.

domingo, 22 de enero de 2012

Querido Stephen Hawking

Soy Dios. Te escribo esta carta para darte las gracias. En tu última obra descartas que el origen del Universo sea obra mía, negando la posibilidad de mi existencia y con ello me descargas de la responsabilidad de los muchos defectos que esta creación tiene. No veas lo agradecido que estoy de que no me consideres el origen de las guerras de religión, de los accidentes de tráfico, de las enfermedades repentinas y las muertes sin despedida a diferencia de lo que muchos otros hacen. 

Argumentas que, según las últimas teorías, hay un multiuniverso de universos, es decir, una multitud de universos. Pudiera ser que no me gustara éste primero que creé y que lo fuera perfeccionando, al fin y al cabo eso aún la física moderna no lo ha descartado. En cualquier caso, si yo fuera el creador de este universo, habría menos imperfecciones que las que creáis los humanos.  

Si hubiera creado este primer universo, habría dejado al margen vuestras envidias y disputas, vuestros miedos y conflictos; vuestra preocupación por un coche mejor o por la regulación de la economía simplemente no existirían. Habría mucho sentido del humor, no concibo un universo sin sentido del humor, y perdón. No habría tanta competencia y mucho menos habría juicios sobre los demás. Eso es algo que siempre me ha disgustado mucho en vosotros, resulta que yo no os juzgo y vosotros os pasáis todo el día criticando a unos y a otros, incluso a mi me habéis juzgado varias veces. El dinero sería el bien con el que conseguir comodidades, nada más que eso y no le faltaría a nadie porque los juegos no serían de suma cero, ganar y perder no serían las opciones que yo presentaría aunque sí habría los mismos recursos que hoy en día existen.

En cualquier caso, últimamente he oído que también afirmas que lo peor que le puede pasar al ser humano es encontrarse con vida inteligente de otros planetas. Resulta que si vinieran a la Tierra otras civilizaciones, sospechas que ocurriría lo mismo que ocurrió cuando el hombre blanco llegó a América. Se cree el ladrón que son todos de su misma condición te podría decir pero no me planteo discutir contigo, si te he escrito esta carta es simplemente para desearte un feliz cumpleaños. 70 ya, cuando solo te daban tres años de vida... hace casi 50 años. Otro de los muchos misterios que aún le quedan a la ciencia por desentrañar... mira qué es imperfecto este universo pero coincidirás conmigo en lo muy divertido, apasionante e ingrávido que es. Felices 70 y enhorabuena.



domingo, 15 de enero de 2012

La distinción que te da vivir fuera de tu país.

Salgo de casa, con prisa, llego tarde. Paso por un restaurante español cuyo propietario es un indio. En las paredes términos que son característico de lo español, "castilla", "vinagre", "canela" y "salsa", claro que eso es más cubano que español porque se referían a que daban clases de salsa.

Llego a la parada, me falta lo que en Madrid denominamos metrobus., aunque aqui es mucho más caro que en Madrid. Lo compraré al conductor, me pienso, o no, aqui hay autobuses donde puedes comprar el billete pero en otros no, depende de cuál te toque. Llega el 11, me puede llevar aunque quizás fuera mejor el 24. Entro y le doy un billete de 20 libras, en este bus se puede comprar el billete pero resulta que el conductor no tiene cambio. Me da un recibo que me habilita a viajar exclusivamente en ese autobus y que vale por 2,20 libras que deberé reintegrar bien por correo, mandando un cheque, por teléfono con una tarjeta o en cualquier estación de metro, en un plazo de 5 días. Confían en mi buena fe, anda que si fuera en España...


Llego a mi destino, pero mi acento sigue siendo extraño, la gente se sonríe aunque por otro lado, piensan que hablo muy alto y de una forma muy directa, hasta agresiva para un inglés y poco a poco me voy dando cuenta que el extraño soy yo, el distinto. Es difícil relacionarse con ingleses, será porque tienen su vida ya hecha y no necesitan conocer a alguien extraño, distinto y diferente a sus costumbres y su cultura, ése soy yo. Supongo que piensan que soy un torero que baila flamenco y romántico hasta morir. Soy peligroso como latino que soy y sobre todo, soy distinto, no estoy en mi país, observo. Esta vez sí vale el tópico para pensar de mi, por más ridículo que me parezca.

Mañana toca sacar la basura, si quiero reciclar he de esperar al miércoles y el jueves vuelvo a sacar la basura orgánica, el resto de días no hay basura, sigo siendo distinto, es la diferencia que te da vivir fuera de tu país. Aqui las cosas no son como te piensas, insiste en despedirte diciendo "take care" o "have a good day", habla más educado y de forma menos directa, y sigue observando. Tú eres el otro, el que has llegado, tú eres el que ha de adaptarte, si en el bus no se puede comprar el billete, has de bajarte, si hablan de tu país te hablarán primero de Barcelona, luego de Mallorca y si dices que eres de Madrid te hablarán de Cristiano Ronaldo... con unos cuantos "olés" intercalados y contándote entusiasmados la vez que ellos fueron a tu país.

Decido adaptarme, voy a un pub a beber cerveza, no hay tapa y mucho menos aceitunas, aqui se bebe con el estómago vacío y no se da nada gratis, paga justo después de pedir tus cervezas, son las reglas. En esto, en cambio, no se presupone la buena fe, a diferencia de España y así se nos podrían ocurrir mil ejemplos más de diferencias, pero ojo, son tus diferencias, no las de ellos. El vivir fuera de tu país te hace ser el otro, allá donde estés, te da capacidad de adaptación así que, en Inglaterra, empieza a hablar más bajito y paga tus billetes de bus y, sobre todo, ten claro que tú eres el diferente, eso, sin duda, te enriquece.

domingo, 1 de enero de 2012

¿Feliz 2012?

No, entiéndanme bien. No dudo que será un año genial en el que se cumplirán todas sus expectativas y patatín patatán, el 23 de marzo se habrán vuelto a instalar las rutinas en nuestras días y allá por septiembre nos volveremos a replantear nuestras vidas y compraremos los dos primeros fascículos de algún coleccionable en el kiosco.

¿Feliz 2012?. Entre interrogantes porque lo que pongo en duda es si es el 2012. El 23 de enero tendremos que decir feliz 4710 si estamos en China. Feliz 1433 de la Hégira. Si por el contrario su calendario es el hebreo, feliz 5772. Feliz 5108 hindú o feliz 2553 a los budistas. A los romanos feliz 2760. Bueno al menos lo que es seguro es que los años duran 365 días... o no. Según los cálculos actuales, el calendario gregoriano adelanta 26 segundos cada año. Es decir, adelanta un día cada 3300 años. Y es que la traslación de la Tierra sobre el Sol no coincide con un número exacto de rotaciones de la Tierra sobre su propio eje. Cada año la Tierra tarda 365,242189074 días en estar en la misma posición respecto al Sol. Por eso, nos inventamos años de 366 días cada cuatro años siempre y cuando el año en cuestión no sea múltiplo de 100. Pero si el año es múltiplo de 400, aunque sea múltiplo de 100, será bisiesto. 

Vaya lío oiga. Años comunes, años bisiestos y seculares. Resulta que no hubo año 0, empezamos a contar desde el día 1, por lo que no estamos en el siglo XXI, tenemos 20 siglos y 12 años.  Cuando realmente acabe el siglo, tendremos 21 siglos cumplidos, pero no antes.

Incluso feliz 2019, ¿por qué no?.  Resulta que Dionisio el Exiguo se equivocó en fechar el nacimiento de Jesús en unos 4 a 7 años, total qué más da. Cuando se instauró mi calendario, el mundo pasó del 4 de octubre de 1582 al 15 de octubre de 1582. La población protestó porque entendió que se le habían quitado 11 días de vida aunque claro los moribundos ganaron 11 días. ¿Dónde están esos 11 días que robé a todos?. Claro que personalmente pienso que la gente protesta por protestar. También podrían decir que les regalé un siglo en sus vidas aunque personalmente pienso que todos tenemos nuestro tiempo.

Soy el papa Gregorio XIII, quien confió a una comisión de sabios una tarea imposible, medir con exactitud algo que no resulta medible, algo que se nos escapa de entre las manos y que es bastante relativo, hay muchas clases diferentes de lo que me planteé medir y es algo tan abstracto que, en ocasiones, he llegado a pensar que realmente no existe: el tiempo. Feliz vida.  

domingo, 18 de diciembre de 2011

Las generaciones rodantes.

En uno de esos tiempos muertos en los que parece que no haces nada, haciendo tiempo para ir a una cena o a una reunión fue cómo descubrí la teoría de las 3 generaciones. Resulta que la historia viene siendo circular y que se resume en la historia de las 3 generaciones. La primera es la que tiene que trabajar duro, parte de cero y nada tiene.

Su objetivo básico es sobrevivir, salir adelante y solo habla de esfuerzo y trabajo. Su cualificación es poca y suele salir adelante a base de tesón y esfuerzo. El ocio es un lujo al que ni aspiran ni lo lograrán. La segunda generación es la de sus hijos, quienes ya empiezan a disfrutar de algunas ventajas. Tienen una educación buena y son conscientes de que cuesta llegar a ciertos niveles por lo que si bien no viven nada mal tampoco malgastan ni derrochan en un estilo de vida desenfrenado e insostenible. Saben del esfuerzo que sus padres tuvieron que hacer.

Por último, la tercera generación es aquélla que, habiendo olvidado sus raíces, distraídos con mil comodidades y bienes innecesarios, simplemente les basta con abrir la boca para tener todo lo que quieran. Se acabó el esfuerzo y quedó suplantado por el proteccionismo y la comodidad.

Así las cosas y según ha discurrido la historia de los últimos 50 años, diríamos que ahora estaríamos en la tercera generación. Sin embargo, a mi personalmente no me salen las cuentas. Si hoy tuviera que volver a opositar o a buscar trabajo, no me bastaría con saber inglés y tendría que competir con muchos más aspirantes. Un arquitecto de los años 50 y 60 tenía la vida más fácil que si se hubiera licenciado hoy en día.  Acabo de descubrir unas fotos de un viaje a París en 1955 de mis abuelos, me imagino cómo disfrutaron de su viaje mientras que yo crecí feliz sin móvil ni internet.

Igual hemos pasado en una misma generación de la tercera a la primera aunque también contamos con un ocio parecido al de la segunda. Personalmente, más que de generaciones yo hablaría de esfuerzos. Todo pasa por esfuerzo, tanto el éxito como el fracaso, todo pasa por insistir, tanto el éxito como el fracaso. Cuando uno tiene 20 años empieza a tomar decisiones que conformarán su existencia, con 50 años seguirá tomando decisiones que conformarán su vida y con mucho esfuerzo de por medio, a los 20, a los 40 y a los 60. Termino leyendo que ha aumentado el porcentaje de jóvenes nini (ni trabajan ni estudian) a un 22%, olvidan que están mandando a sus hijos ala primera generación.

domingo, 11 de diciembre de 2011

Del pretérito perfecto no indicativo.

El 90% de nuestros recuerdos son creados por nosotros mismos, no obedecen a la realidad que aconteció. Lo acaba de señalar un estudio científico publicado recientemente. Ya ven, uno siempre anda buscando agradables experiencias y disfrute sin fin y resulta que nos basta con nuestros recuerdos. Siempre que oigo el sonido de un intermitente, me acuerdo de aquel coche amarillo que mi tía tenía y que tanto me gustaba, aquella sensación a humedad que tenía nada más bajar del tren en Málaga y que me era tan placentera no era del todo real y seguramente venía vinculada a la felicidad de mis veranos en la playa; la angustia por los exámenes de la oposición no eran sino el recuerdo lejano y falso de lo que me pensaba como vital y decisivo en mi vida. En todo caso, pasado, inventado y no del todo real, brumoso. Pretérito perfecto porque nosotros lo recordamos así, no porque realmente lo fuera. Pasado dulce más que agrio, como si el pasado tuviera sabor... no indicativo de algo real sino de algo recordado.

¿Quién era tu profesor en sexto de EGB?. ¿Aquel hombre tan duro y despiadado que luego te saludaba con cariño cuando te veía 10 años después?. El pasado nos lo inventamos, nos quedamos con lo bueno y lo malo lo desechamos, nos olvidamos como si no hubiera ocurrido. Y aún hay gente que considera que no se merece el pasado que tiene o peor aún, que no están satisfechos con el pasado que tienen. Si resulta que el futuro está por venir, que el presente ya ha pasado y que el 90% de nuestros recuerdos son creados por nosotros, ¿por qué no hablamos abiertamente de que el tiempo no existe? ¿de que es todo una invención?, ¿una categoría mental que nos creamos para medir lo que no son sino impresiones, vivencias fugaces que apenas ocurrieron?.

Definitivamente no lleve reloj, mide algo que no existe, que fluye y se escapa por sus manos. Recordamos solo lo bueno, vivimos el presente que podemos y el futuro aún no ha llegado, 3 dimensiones de algo que no existe, que creamos para recordarlo a nuestra manera, es decir, de forma buena, si no no podríamos sobrevivir porque en realidad lo que hacemos es esperar que el futuro sea tan bueno como nos pensamos que fue el pasado, recuérdenlo, el tiempo no existe, existen nuestros recuerdos.

domingo, 4 de diciembre de 2011

Del 23 de marzo y otras rutinas.

Él ha pedido una excedencia, con efectos de 23 de marzo de 2010, claro tiene dinero y se lo puede permitir y por eso ha decidido parar un poco. Tiene a su familia desperdigada por medio mundo y la vida es muy corta, sí un parón de dos años no le vendrá nada mal, luego Dios dirá.

Ella ha perdido un niño, estaba de cuatro meses y lo ha perdido hoy, 23 de maro de 2010, no el 22 o el 24, no, hoy, como otro día cualquiera. "Nunca más" se repite, "nunca más", veremos dentro de unos meses.... Otra chica que está en la planta de abajo no es feliz, no recuerda por qué se casó, ni siquiera recuerda qué pudo ver en él para casarse con él, ¿toda una vida?. Lo peor es que hoy, 23 de marzo, se ha dado cuenta de todo ello.

Él anda hoy en París, lo que siempre supone una fiesta. Se cogió un día libre, un tren que va por debajo del mar y hoy está en París, sin un motivo ni un por qué, como otro día cualquiera. La plaza de los Vosgos, o comer en un bistrot parisiense, hoy 23 de marzo de 2010, pasear por el Marais, hoy como otro día cualquiera.

Éste otro ha ido hoy al médico, le dicen que el PSA lo tiene un poco alto, que no se preocupe pero que tiene que hacerse alguna otra prueba más por descartar el cáncer o empezar a afrontarlo. Hace más de 34 años que llegó a Londres, en 1976, vaya año, qué divertido Londres en aquella época y ahora ya con estos problemas, lo descubre hoy 23 de marzo, como otro día cualquiera.

¿Y tú?. ¿Se te olvidó qué pasó el 23 de marzo?. Después de todo esto, ¿igues pensando que fue un día cualquiera?. Mañana, por cierto, es lunes 5 de diciembre de 2011, un día como otro cualquiera....