... O lo que es lo mismo, te puede gustar la vida que estás viviendo o puedes vivir la vida que te gusta. No hay más alternativas. Hay personas que persiguen sueños, no pueden tener cualquier trabajo, precisan ser algo concreto: emprendedor, futbolista, actor, ingeniero químico, arquitecto, bombero... para poder ser felices. Tienen una pasión y no pueden dedicarse a otra cosa.
Otras personas, en cambio, no pueden sino tener un trabajo que les permita ganarse la vida y que no tenga muchas complicaciones o contratiempos, un trabajo que tengan lo suficientemente controlado como para que se queden años y puedan salir adelante, mejorando económicamente, poco a poco. Bastante complicaciones les trajo ya la vida. Otras personas no buscan solo trabajo, lo que prima en ellas es formar una familia, un hogar, dedicarse a ello y no encontrarse solas en esta vida... Otras personas, por el contrario, precisan vivir en la incertidumbre, cambiar de actividad cada poco tiempo, probar cosas muy distintas y embarcarse en viajes, países, relaciones de pareja, una detrás de otra y que les hagan sentir que sacan todo el jugo a la vida. Podría estar relatando variedades de personas sin parar, tantas como somos porque lo que está claro es que todos tenemos una vocación y tratamos de cumplirla. Todos buscamos vivir la vida que nos gusta.
Sin embargo, con el tiempo todo se convierte en algo rutinario. El futbolista de élite que juega miércoles y domingo, cuando llega el verano, si le dicen de jugar con su selección, puede llegar a pensar que es otro año que se queda sin vacaciones y que se siente cansado, lejos del sueño que albergaba cuando era niño. La persona que buscaba formar un hogar, con el tiempo puede ver que sus hijos no han salido exactamente cómo ellos querían o que su pareja no responde cómo ella pensaba. Con el tiempo, aquel prometedor arquitecto que construyó puentes y torres por todo el mundo y que hoy viaja sin cesar dando conferencias, ha llegado a viejo y ve que ha dejado de hacer un montón de otras cosas tan importantes para poder haber hecho esos puentes y torres o puede darse cuenta que igual se perdió el ver crecer a unos hijos que hoy en día ya son unos completos desconocidos para él.
Conclusión, con el tiempo la vida que nos gusta vivir no es tan divertida de vivir como nos pensábamos. Con el tiempo, los horarios, las costumbres, la competencia hacen que cualquier vida, por más que nos guste vivirla y fuera nuestra vocación, tenga algo de sacrificio, de dificultad, de hastío o de conocido y que se pierda pasión, ilusión o emoción.
Entonces surge la otra alternativa, la que me parece que debiéramos seguir desde un principio salvo que tuviéramos muy clara nuestra vocación, fuéramos muy valientes y coherentes, tres condiciones que son difíciles de dar en una sola persona. Entonces, surge, como les digo, mis queridos monos del Senegal, la alternativa que debemos contemplar. La de que nos guste la vida que estamos viviendo, la de que nos ilusionemos y recordemos por qué escogimos lo que escogimos hacer, por qué me embarqué en ese trabajo o en ese viaje a ningún sitio. No se trata de caer en el conformismo pero sí conviene recordar cada cierto tiempo por qué hacemos lo que hacemos, y creo que también es preciso que veamos las cosas buenas que tenemos, que seamos una máquina de generar ilusión a diario, sin parar, seguro que algo bueno hay, si quiera sea poder tomar un café o hablar con alguien...
No todo es perfecto desde luego. Jugar en el Real Madrid y ganar millones, por raro que suene, tiene cosas buenas y cosas malas. Tener hijos supone alegrías y tristezas y vivir siempre en la incertidumbre no deja de ser tan insano como la situación de quien supo resolver todas sus necesidades materiales. Todo eso es cierto, pero cada vez que he dicho en voz alta que soy un privilegiado, alguien a mi alrededor ha sonreído y, en seguida, ha captado que tenía razón, que había algo en ese instante, por mínimo que fuera, que hacía que yo fuera un privilegiado.
Puede que los hijos no salgan como exactamente pensó, puede que el trabajo de su vida resulte un coñazo o que ya se cansó de ir dando tumbos por países o personas pero no olvide todas las cosas que le aporta tener hijos, el poder decir que tiene un trabajo o una actividad o la libertad que supone el ir dando tumbos. Todo tiene ventajas e incovenientes, céntrese en las ventajas no en los incovenientes. En definitiva, ilusiónense con sus vidas, presten atención a lo bueno de ellas, que seguro que algo hay, que les guste la vida que viven porque algo habrá que merezca la pena, que no cambiarían por nada del mundo, vamos que mejor que vivir la vida que le gusta, que le guste la vida que está viviendo y, en cualquier caso, disfrute con el número final de Chicago...
Otras personas, en cambio, no pueden sino tener un trabajo que les permita ganarse la vida y que no tenga muchas complicaciones o contratiempos, un trabajo que tengan lo suficientemente controlado como para que se queden años y puedan salir adelante, mejorando económicamente, poco a poco. Bastante complicaciones les trajo ya la vida. Otras personas no buscan solo trabajo, lo que prima en ellas es formar una familia, un hogar, dedicarse a ello y no encontrarse solas en esta vida... Otras personas, por el contrario, precisan vivir en la incertidumbre, cambiar de actividad cada poco tiempo, probar cosas muy distintas y embarcarse en viajes, países, relaciones de pareja, una detrás de otra y que les hagan sentir que sacan todo el jugo a la vida. Podría estar relatando variedades de personas sin parar, tantas como somos porque lo que está claro es que todos tenemos una vocación y tratamos de cumplirla. Todos buscamos vivir la vida que nos gusta.
Sin embargo, con el tiempo todo se convierte en algo rutinario. El futbolista de élite que juega miércoles y domingo, cuando llega el verano, si le dicen de jugar con su selección, puede llegar a pensar que es otro año que se queda sin vacaciones y que se siente cansado, lejos del sueño que albergaba cuando era niño. La persona que buscaba formar un hogar, con el tiempo puede ver que sus hijos no han salido exactamente cómo ellos querían o que su pareja no responde cómo ella pensaba. Con el tiempo, aquel prometedor arquitecto que construyó puentes y torres por todo el mundo y que hoy viaja sin cesar dando conferencias, ha llegado a viejo y ve que ha dejado de hacer un montón de otras cosas tan importantes para poder haber hecho esos puentes y torres o puede darse cuenta que igual se perdió el ver crecer a unos hijos que hoy en día ya son unos completos desconocidos para él.
Conclusión, con el tiempo la vida que nos gusta vivir no es tan divertida de vivir como nos pensábamos. Con el tiempo, los horarios, las costumbres, la competencia hacen que cualquier vida, por más que nos guste vivirla y fuera nuestra vocación, tenga algo de sacrificio, de dificultad, de hastío o de conocido y que se pierda pasión, ilusión o emoción.
Entonces surge la otra alternativa, la que me parece que debiéramos seguir desde un principio salvo que tuviéramos muy clara nuestra vocación, fuéramos muy valientes y coherentes, tres condiciones que son difíciles de dar en una sola persona. Entonces, surge, como les digo, mis queridos monos del Senegal, la alternativa que debemos contemplar. La de que nos guste la vida que estamos viviendo, la de que nos ilusionemos y recordemos por qué escogimos lo que escogimos hacer, por qué me embarqué en ese trabajo o en ese viaje a ningún sitio. No se trata de caer en el conformismo pero sí conviene recordar cada cierto tiempo por qué hacemos lo que hacemos, y creo que también es preciso que veamos las cosas buenas que tenemos, que seamos una máquina de generar ilusión a diario, sin parar, seguro que algo bueno hay, si quiera sea poder tomar un café o hablar con alguien...
No todo es perfecto desde luego. Jugar en el Real Madrid y ganar millones, por raro que suene, tiene cosas buenas y cosas malas. Tener hijos supone alegrías y tristezas y vivir siempre en la incertidumbre no deja de ser tan insano como la situación de quien supo resolver todas sus necesidades materiales. Todo eso es cierto, pero cada vez que he dicho en voz alta que soy un privilegiado, alguien a mi alrededor ha sonreído y, en seguida, ha captado que tenía razón, que había algo en ese instante, por mínimo que fuera, que hacía que yo fuera un privilegiado.
Puede que los hijos no salgan como exactamente pensó, puede que el trabajo de su vida resulte un coñazo o que ya se cansó de ir dando tumbos por países o personas pero no olvide todas las cosas que le aporta tener hijos, el poder decir que tiene un trabajo o una actividad o la libertad que supone el ir dando tumbos. Todo tiene ventajas e incovenientes, céntrese en las ventajas no en los incovenientes. En definitiva, ilusiónense con sus vidas, presten atención a lo bueno de ellas, que seguro que algo hay, que les guste la vida que viven porque algo habrá que merezca la pena, que no cambiarían por nada del mundo, vamos que mejor que vivir la vida que le gusta, que le guste la vida que está viviendo y, en cualquier caso, disfrute con el número final de Chicago...
6 comentarios:
Excelente post. Todos los "más" tienen sus "menos" que duda cabe... Creo que ser inteligente es extraer al máximo de cada una de las situaciones que vivimos... Creo que todo suma... Hay disfrutar de lo que se tiene mientras se camina hacia lo que se desea. abrazo.
Gracias Paco¡¡. Muy buena frase la de disfrutar de lo que se tiene mientras se camina hacia lo que se desea. Todo suma, todo vale si lo aprovechamos, gracias Paco, abrazos.
"Todo sucede para mejor", como dice el dicho indio. Ciertamente, la mejor filosofía es disfrutar de la vida, de lo bueno y de lo malo, porque todo tiene su lado positivo, aunque sólo sea ese que nos ayudó a crecer como personas. Me volveré a leer el post varias veces, porque es largo y con miles de ideas interesantes... Hoy no puedo más que estar de acuerdo contigo ;-)
Gran post Pedja.
Quizá el problema esté en que muchas veces aún teniendo lo que queremos, no somos capaces de como dice Francisco extarer lo mejor y nos ponemos otros deseos u otras metas. o quizá es que lo queremos todo y cada vía que eliges significa una renuncia a otras cosas.
No podemos andar por dos caminos a la vez.
Saludos
Muchas gracias Marina, me preocupa un poco que estés de acuerdo cuando generalmente discrepas y aportas nuevos puntos de vista. En fin, a ver si vuelves a la rebeldía¡¡¡, muchas gracias, besos.
"Cada vía que eliges significa una renuncia a otras cosas".Qué buena frase, eso da para un post, un abrazo¡¡¡ y gracias como siempre. Vulvo de las vacaciones así que empezamos con la regularidad de siempre.
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