50 son los genios que hay en el mundo. 50 genios y ni uno más. Son los denominados "savants". De ellos, 25 padecen autismo y los otros 25 alguna otra discapacidad psicológica, como por ejemplo el síndorme de Asperger. Es el precio de ser un genio. Ahí tenemos a Mark Savage quien, con solo unos pocos años, es un consumado genio de la música ... y autista. O Daniel Tammet, con pocas capacidades de comunicación pero capaz de aprender un idioma tan complejo como el islandés en 7 días, o el no menos genial, Stephen Wiltshire, quien puede pintar una ciudad de manera muy precisa tras haber dado un rápido paseo en helicóptero.
Esto es lo que cuesta ser un genio, con una habilidad extraordinaria, una memoria maravillosa y una incapacidad de comunicación con el resto del mundo. Personas normales y maravillosas, brillantes y aisladas, el precio de ser uno mismo. Mi amigo Paco Alcaide suele reflejar muchas paradojas, suele decir que la realidad en la que vivimos está plagada de paradojas, pero ésta me parece una de las más sorprendentes, la del síndrome del savant, es decir, teniendo una habilidad extraordinaria sufres de una discapacidad psicológica.
¿Y tú?. ¿Te piensas distinto?. Tú también pagas un precio por ser único, genial, tú también pagas, como esos otros 50 genios, un precio por ser tú mismo. Si optas por no casarte, el precio a pagar se fija en libertad y soledad. Si decides casarte, ganarás apoyo, amor y obligaciones. Si, por el contrario, eres friolero y te mudas al sur, dejarás de lado la reflexión y la traquilidad de los días en casa viendo llover, y si decides centrarte en el trabajo, encontrarás éxito y pocas oportunidades de cultivar tus aficiones.
Si escogiste jubilarte, ganarás tiempo a cambio de estar un poco fuera del día a día profesional y uan cierta pérdida de capacidad cognitiva. Si quieres vivir al lado del mar, tus galletas igual no se conservarán tan bien como en el interior del país. Todo tiene un precio y vas a pagarlo, seas austista y matemático o fontanero y aficionado a las carreras de coches. No pienses en ello porque te sería imposible entonces tomar una decisión pero, al menos, ten claro el coste de ser tú mismo, la única forma de poder ser. Entonces, podremos decir que hay un genio más, el número 51...