domingo, 30 de diciembre de 2012

Carta a mi futuro

Querido futuro,


Ahora que acabas de llegar y que, por fin, ya estás aqui quería comentarte algunas cosas. La próxima vez que vengas, espero que seas mucho más previsible. Incluso te agradecería que llamaras antes de venir. Simplificaría mucho las cosas.

Por otro lado, también te agradecería que no asustaras tanto, pero me temo que eso está relacionado con la imprevisibilidad que te comentaba. Me gustaría que cambiaras tu rapidez por planificación y previsibilidad. Entiéndeme, no es que te tenga que reprochar nada pero me ayudaría bastante saber algo más de ti. Vaya, he de empezar de nuevo porque ya te has convertido en pasado y ahora me tengo que dirigir a un nuevo futuro. ¿Ves?. Es a eso exactamente a lo que me refiero, a tu inmediatez.

También te pediría que me trajeras resultados y consecuencias relacionadas con mis esfuerzos pasados aunque quizás eso se lo tenga que pedir por carta a mi constancia, no a mi futuro. Por otro lado, querido futuro, te rogaría tiempo que de eso sabes mucho. Más tiempo para poder hacer muchas más cosas, abordar proyectos futuros que sé que se me quedaran pendientes.

Eres único, sabes que te admiro y que eres lo único que me queda en esta vida. Prometo cuidarte mucho, querido futuro, y como sé de tu valía, espero que tardes mucho más en venir. De momento, ya me has regalado un nuevo año, el 2013, en contra de muchos que interpretaban unas teorías mayas sobre tu fin. Espero aprovecharlo pero si de ti dependiera, tarda en presentarme el 2014 un poco más de 365 días, no sé, dáme por ejemplo 500 días, son sólo 135 días más pero seguro que me dan para algo más de lo que me suele dar un año normal.

No me traigas enfermedades por favor. Prometo cuidarme pero eso sí que me atrevo a pedírtelo, que te ahorres las enfermedades para tu amigo el pasado. Supongo que una carta al futuro es como tener un cheque en blanco. El problema es que muchas veces uno no sabe bien qué hacer con un cheque en blanco, o con su vida o con su libertad. Tengo la sensación, querido futuro, de que no te tengo que pedir muchas cosas más, excepto tiempo y salud. También tengo la sensación de que dejo escapar oportunidades si cierro ya esta carta pero bueno siempre podré dirigirte una carta más en el... futuro, de momento, claro. Feliz 2013, aprovechenlo.

domingo, 9 de diciembre de 2012

12.525510204082%

Ésa es la cifra del mundo que conozco. No está nada mal, lo admito pero quiero más. Viajar es lo más importante a lo que nos podemos dedicar. Viajamos todos los días, de la cama al baño, del baño al trabajo, en metro, coche o bus, mecánicamente, andando. 

¿Qué me queda por conocer?. Debo ir a los verdes valles de Nueva Zelanda, conocer el Kilimanjaro, aún debo recorrer los helados paisajes de Argentina y Chile. Andar entre volcanes en Islandia, todavía debo dirigir mis pasos a Chicago, y repetir Roma, Sri Lanka, Portugal o Nueva york. Todavía no he conocido las bahías de Vietnam ni he mascado hoja de coca al llegar a La Paz. Aún no fui a Cuba ni me bañé entre tiburones en Tahití ni he vuelto una vez más a París este año, como me prometí. 

Admiro a los nómadas. ¿Cuándo fue que nos hicimos sedentarios?. Supongo que por el hambre. Supongo que sacrificamos curiosidad por comodidad, el tener nuevas y fascinantes experiencias a cambio de no sentir más frío pero a mi me mata ese 87,474489795918% que me falta por descubrir. Debo aumentar el ritmo, en los próximos 36 años no puedo limitarme a un escuálido 12,52%. 

Al doblar la esquina de los 40 debo haber subido al 20%, aún en los próximos diez años, debo haber conocido Japón, Normandía y Brasil. Y con ello, haber completado esos libros que me quedan por escribir, esos hijos que aún no tuve, encontrar esos amigos que no perdí y levantar ese negocio que emprendí. Y con toda esta montaña de tareas pendientes que me quedan, me voy dando cuenta que no somos tan sedentarios como nos pensamos, que aún estamos en marcha y ay de aquél que no lo esté, todo se mueve. Resulta que no es verdad que hayamos dejado de ser civilizaciones nómadas, a pesar de los hijos, el frío, las cosechas o el hambre o, precisamente por todo ello.

Conozco un 12,525510204082% de mundo sí y también 13 años de colegio, conozco médicos, oposiciones y películas, canciones y desgracias. He visto personas, olores y colores, parques y conflictos. ¿Aún te piensas nómada?. Todo es un viaje, así que ya te puede ir gustando viajar, feliz semana.

domingo, 2 de diciembre de 2012

Rutina o rutinario

A través de una referencia a un retweet de un comentario de un amigo que incluyó el enlace a un blog colgado en facebook, con mi amigo Paco Alcaide de por medio como siempre, me encontré con un post (si esta frase la hubiera escrito en 1990, me habríais tachado de loco) del blog de Jaime Pereira titulado ¿rutina o rutinario?.

En él venía a decir, si no estoy equivocado, que había que distinguir la rutina de lo rutinario. Que en nuestra vida hay muchas cosas importantes, la familia, los amigos, la salud y mil cosas más que damos como normales y que no valoramos hasta que las perdamos. Ésa es la rutina buena caracterizada por valores como la disciplina, la creatividad y el esfuerzo frente a la rutina mala caracterizada por el aburrimiento, la desgana y la apatía. Ésa es la rutina mala.

Al hilo de todo esto me asaltó una idea que vengo pensando ya hace mucho, que confieso me desestabiliza e inquieta. Con el paso del tiempo, todo se convierte en rutina. Sí sí, siento ser negativo, el tono del blog ha caído mucho en este 2012, al igual que el PIB y el número de llamadas que realizo a mis amigos pero es que, al final, todo es rutina.

El futbolista se cansa de su trabajo, a pesar de ser envidiado por todos los niños del planeta y el médico puede tener el síndrome de estar quemado. El que se dedica a viajar termina parando al igual que la fiesta necesita un descanso. Precisamos estar aburridos para poder divertirnos. Todo se convierte en rutina.

¿Y con las personas?. Es lógico que el paso del tiempo afecte a tus amigos, pareja y familia, no a ti... solo a ellos. Que aquel tío tan divertido te diga que no sale hoy porque tiene el colesterol alto o simplemente porque ya no le apetece irse, que ya no puedas jugar al tenis porque ¿qué hace tu amigo con sus hijos?. Con tu pareja ya lo has descubierto todo y no te digo tus padres que te conocen desde que naciste.

Todo es rutinario, así las cosas, solo nos salva la curiosidad, la actitud de buscar cosas nuevas. Prueba, cambia, recicla y reinventa, invierte y vuelve a cambiar. Lo peor que nos puede ocurrir es que encontremos qué nos hace felices, porque estaremos más cerca de volver a aburrirnos. ¿Y con las personas?. ¿Mejor cambiar continuamente?.  Ahí prefiero aplicar la teoría de mi amigo Ferra, la del buen vino que con el paso del tiempo se convierte en excelente. 

Con los padres, pareja y amigos, disculpa, persigue tiempo de calidad mejor que cantidad y preste atención a los niveles de colesterol de ese amigo, probablemente usted también los tenga altos. Para mi la opción no es la de rutina o rutinario, no distingo, todo nos cansa, para mi la opción es la de aplicar pasión a las cosas y cambiar cuando las hayamos agotado y respecto a las personas, simplemente aplicar pasión, una vez más, feliz semana.




domingo, 25 de noviembre de 2012

¿En qué momento se ensució todo?

¿En qué momento se ensució todo?. ¿Cuándo empezaron a fallar las soluciones que habíamos pensado?. ¿Por qué los sistemas de poder que creamos nos abandonaron?. Está bien, no hay que fijarse en las cosas negativas, pero ¿cuándo fue que empezamos a confiar en un sistema de sociedad humano y, en consecuencia, pleno de fallos?. 

¿Cuándo fue que nos olvidamos de ser un poco ricos todos o, al menos, de no abandonar a nadie, para establcer relaciones de jerarquía y poder?. ¿Por qué fue que empezamos a valorar el bienestar económicamente y no desde otras múltiples perspectivas?.  Está bien está bien, no seguiré por este camino pero ¿cuándo fue que se nos olvidó vivir y empezamos a sobrevivir, a emplear el tiempo en trabajos carentes de sentido?. Tal vez no todo sea así, tal vez, no solo seamos chimpancés en busca de nuestro propio bien, quizás tengamos algún bonobo entre nosotros que poco a poco vaya calando en todos para conseguir una sociedad mejor.

Ya ven ahora no me entienden, paso de criticarlo todo a hablarles de clases de monos. Para que me entiendan, los bonobos son una clase de monos que han establecido una sociedad basada en la paz, en valores femeninos de cooperación más que en los masculinos de competición y que resuelven los problemas a través del juego, el sexo y el sentido del humor. Mientras, los chimpancés se gobiernan por medio de relaciones de poder, conflicto y competencia. Ustedes eligen, yo me quedo con los bonobos... pero no dejen de ver el programa de Punset de esta semana:


domingo, 18 de noviembre de 2012

No me quería ir de donde no quiero regresar.

Ya ven, no es lo mismo habitar una ciudad que visitarla. Nada tiene el habitante con el turista y su modo de relacionarse con la ciudad. Llevo más de un mes viviendo una ciudad, Londres, de la que realmente ya no formo parte. Vivo en Londres pero pienso en Madrid, próximo destino. Me despido de mi Londres, el mío, uno de los muchos que hay.

Cae una ligera lluvia, fresca, bajo por King´s Road pensando en el tonto miedo que tuve por venirme a esta maravillosa ciudad. Lo desconocido, la aventura, en ocasiones nos aterran, preferimos lo establecido, lo convencional. Quizás por eso sea ahora Madrid lo que me aterra, echo de menos Londres. Antes de irme debo ir por última vez a mi parque, en el que corrí tantas tardes, Saint James Park. Entiendo que Madrid tiene el Retiro, entiendo que voy a un buen lugar pero aún me quedó ir al Victoria and Albert Museum por última vez, bajar por Embankment viendo el Támesis, cenar en el indio de al lado de la que acaba de dejar de ser mi casa.

No deja Londres de ser una metáfora de la vida, en la que empiezo a sentir nostalgia de lo que acaba de ser mío. Podría haber ido una vez más a Wimbledon, al parque de Richmond, por qué no acercarme al British o a Hampstead. Fue todo tan rápido. Y ahora no quiero irme de donde no quiero regresar, no quiero perder   Londres sabiendo que en Madrid voy a ser feliz, porque siempre queremos lo que no tenemos, eternos insatisfechos.

Hace frío en Victoria Station al filo de la dos de la madrugada, recién cerrada la estación. Paseo por Belgravia solo, por ese barrio que tanto me enseñó, sabedor deque deja ya de serme familiar, empiezo a ser un extraño para Londres, bienvenido a casa, bienvenido a Madrid, donde estaré tan bien que no valoraré lo que tenga, ni sus encantos, ni el Retiro, ni el Rastro o la calle Serrano o las tabernas madrileñas... hasta que lo pierda y vaya a otra ciudad a la que no quiera ir pero de la que tampoco quiera regresar, !pasa todo tan rápido¡. Feliz semana.

domingo, 4 de noviembre de 2012

Ausencias

Queridos monos del Senegal, 

Sí, ya sé que no les debo ninguna explicación, que no debiera rendirles cuentas ni me esperaban. Ni tengo deudas ni obligaciones pendientes con ustedes, ni deberes incumplidos ni responsabilidades eludidas pero me veo en la obligación de explicarles mi ausencia en estos meses. 

He dejado de acudir al faro porque he hecho muchas cosas, no quiero deslumbrar ni dar envidias, este ejercicio es más de autoconvencimiento que de informarles sobre estos últimos meses. Tendemos a pensar que no hacemos nada en la vida, que el tiempo huyó sin habernos dado tiempo a hacer todas las cosas que quisimos hacer. 

No he escrito desde el 16 de mayo por varios motivos, uno porque no se me ocurría nada, dos por la pereza y tres, principalmente porque en esos meses en los que no hice nada cuando echo la vista atrás, realmente viajé a Ginebra, a estar con ua familia con la que, a pesar de vernos poco, el tiempo que encontramos es de mucha calidad. También alquile un coche y pasé a Francia, al otro lado del lago de Ginebra, un sitio realmente recomendable.

Además me embarqué en un trabajo absorbente e interesante para unos meses, no para toda la vida. Viví en Londres acontecimientos históricos, como el Jubilee de la Reina o los Juegos Olímpicos y Paralímpicos. Otro proyecto muy ambicioso en el que me embarqué, por fin ha visto la luz y toda la ilusión volcada se ha transformado en incertidumbre, esfuerzo y más ilusión, seguimos vivos.

Viajé a Nueva York, a descubrir un lugar de película donde caben todas las vidas y mundos imaginables, pasando por las Islas Canarias que hace ya tiempo descubrí como un paraíso en la Tierra. Mayo, junio y julio pasaron muy rápido, pero más aún septiembre y octubre, para plantarme en noviembre con la sensación de no haber hecho nada y sentándome de nuevo ante una pantalla vacía, por eso no les escribí antes... bienvenidos al faro del fin del mundo. 


domingo, 6 de mayo de 2012

El porqué soy de Estudiantes.

Estudiantes es un club de baloncesto de mi ciudad, Madrid. Jugaba contra ellos en categorías de baloncesto infantil. Qué rabia me daba cuando alineaban jugadores que a los doce años parecía que tenían 15 años y nos daban unas palizas de escándalo. Y eso que era el Estudiantes "C"...

Con el tiempo, me fui dando cuenta que ese equipo de baloncesto de mi colegio, como el de muchos otros, era una oportunidad de formación y de educación a través del deporte, una fuente de amistad, de cómo perdonar fallos de tus compañeros para que aceptaran los tuyos y de celebrar las victorias cuando las conseguíamos. Es de las cosas que más echo de menos de mi pasado. Estudiantes era y es el equipo de otro colegio de Madrid, el instituto Ramiro de Maeztu, cuya filosofía es exactamente la que acabo de reflejar, formar a través del deporte.

Tienen un equipo en la máxima categoría del baloncesto español desde siempre, formado gracias a los muchos chavales de Madrid que los sábados nos dedicábamos a jugar al baloncesto. Tienen muy poco dinero, por eso su eterno rival, el Real Madrid, se ha llevado tradicionalmente a sus mejores jugadores, no pasa nada, hay que seguir creciendo. Por todas esas razones y muchas más, decidí comprar algunas acciones del club hará tres o cuatro años, hay que ayudar a un proyecto educativo tan interesante y exitoso y ahí seguimos. 

El domingo se juegan su permanencia en la ACB, para mi no es importante jugar en primera o en segunda división, lo importante está asegurado y es que cada sábado haya muchos equipos Estudiantes en los colegios de Madrid, jugando partidos contra otros muchos colegios y formando a personas. A veces perder y ganar es relativo, sobre todo en el mundo del deporte.

domingo, 25 de marzo de 2012

Zugzwang

Cada día es un puro error. Mi trabajo consiste en eso, en errores, registrarlos, contarlos, clasificarlos y estudiarlos. Todos los errores del programa. Trabajo en el centro de Microsoft que recibe los informes de error que da el programa Windows, en sus distintas versiones e idiomas, los errores están por todas partes.  Cuando usted decide enviar el informe del error en lugar de desechar esta poibilidad, ahí estoy yo, al otro lado, trabajando sobre el error... Sé que muchos de ustedes no confían en que eso sirva de algo, es mi trabajo, los errores de sus programas. No es mucho ni muy importante, un error no tiene por qué serlo...

Quizás no sea una casualidad que sea el hijo de Renato Cesarini, ese genial delantero italiano que se hinchó a marcar goles en los últimos minutos de los partidos.  Tal era su habilidad que dio lugar a la expresión "la zona Cesarini", aquel espacio de tiempo, en los últimos minutos de los partidos, en los que las defensas, cansadas y un poco más relajadas, cometen errores de concentración y son más susceptibles de recibir un gol. Ya ven, siempre he pensado que los errores no tienen por qué ser algo negativo.

En el fondo, mi padre Renato no hizo sino reflejar lo que la familia siempre ha pensado. Ya su tatatarabuelo Alessandro Salvio creó el concepto Zugzwang, para referirse a aquella posición en ajedrez en la que, hagas lo que hagas, muevas la pieza que muevas, vas a pasar a estar en una situación peor y es que, a veces, es mejor no moverse porque cometerás seguro un error. Ya ven, en la familia siempre sacamos provecho de los errores ajenos. 

No se piensen que somos ventajistas o aprovechados. Deténganse un momento y piensen. El error es bueno. Mejor no cometerlos pero, ya que se comenten, mejor convertirlos en un acierto y aprender de ellos. De otra forma, el mundo no habría avanzado ni un milímetro en sus más de dos mil años de historia. Feliz semana.

domingo, 18 de marzo de 2012

Ya tengo el iphone 4S.

Duo Core, MacOs X, 16 gb, blanco, sí ya tengo el Iphone y en mi mundo aparecieron palabras como whatspp, víber, skype, facetime, mándame un correo. Sí sí, ya estoy localizable las 24 horas del día, incluso puedo mandar fotos de donde estoy. Ya tengo el ansiado iphone y ando despistado andando por las calles. 

¿Qué tiempo hace en Hanoi?. Ay voy a verlo. Y cuidado no tropieces con esa chica que te cruzas en la calle y que va tan distraída como tú. Perdonad un segundo que tengo un whatssapp... Ya ha pasado una semana desde que tengo el iphone y, sin negarle la maravillosa utilidad que tiene, no le logro sacar más cosas. El juego de tenis no está mal pero empiezo a cansarme...

Por ahí que no soy tan joven como me pienso, que le veo una utilidad práctica indudable pero ya está. Me da a mi que ser viejo es ir perdiendo el interés por las cosas, no estar abierto a nuevos cambios y realidades. Me da a mi que alguien más joven le va a sacar mucho más rendimiento al Iphone 4S. El control por voz no está hecho para mi, ¿cómo se quita el corrector de textos?. Qué rollo los contactos, resulta que di de alta con la misma cuenta itunes el iphone de mi jefa y el mío y ahora compartimos contactos, si meto el teléfono de mi madre, lo tiene ella y yo el de su cuñado que vive en Hamburgo. Y lo peor es que no sé cómo arreglarlo oiga. 

Sí si ya tengo el Iphone 4S pero no creo que le esté sacando todo su jugo y, en cambio, me ha trastocado un poco mi vida diaria. Y me doy cuenta que si esta maravilla me hubiera caído con 20 años menos, no pensaría así y que, cuando tenga 70 años y hayan inventado la película personalizada yo lo que querré será ir al viejo cine de barrio a ver la película en pantalla grande. Y es que, hasta ahora, había oído hablar de la obsolescencia programada de los electrodomésticos y otros inventos tecnológicos pero lo que nadie me ha explicado es que también nosostros tenemos una obsolescencia programada. Maldito tiempo, cómo pasa de rápido.

Me cojo el manual de instrucciones del Iphone, decido luchar y no vean por cierto las fotos que hace, una maravilla oiga, se lo recomiendo, sigan luchando...

domingo, 11 de marzo de 2012

Las alternativas al big bang

Soy Jules Grimond, juez de la Corte número 1 de Ginebra. Mi existencia ha sido buena, apacible y tranquila, bueno todo lo tranquila que puede ser la vida de un juez.  Mi madre, al terminar la Universidad del pequeño cantón suizo de Argovia me preguntó: ¿por qué no eres juez?. 

La hice caso y, tras algunos esfuerzos, estudios y exámenes conseguí mi plaza en Ginebra. Ser juez en Suiza es algo muy tranquilo, disfrutamos de los niveles de delincuencia más bajos del mundo. Aqui siempre hemos sido neutrales, en las dos Guerras Mundiales y en la Guerra de los Cien Años, aqui se creó la Cruz Roja y tenemos la sede de numerosas organizaciones internacionales. Suiza es  un lugar muy tranquilo para un juez.

Así de cómoda era mi existencia hasta que llegó el caso más importante hasta la fecha que he tenido que resolver. Es un expediente de miles de folios, alegaciones y con unas implicaciones que nunca alcanzaré a comprender en su totalidad. Soy el juez que ha de resolver el caso del acelerador de partículas. Entiéndame bien, no es que el vigilante de seguridad se volviera loco y decidiera asesinar a su compañero una noche ni tampoco es que haya habido un acuchillamiento entre científicos enfrentados por sus teorías e investigaciones, no. 

Mi problema es que tengo que decidir entre cerrar el acelerador de partículas por poner en peligro a la humanidad en su conjunto, a la actual y a la futura o, por el contrario, permitir su funcionamiento, asumir el riesgo y ver si logramos sacar algo en claro de nosotros mismos. Si me equivoco, tendré sobre mis espaldas el peso del fin de la humanidad pero, a la vez, puedo ser el juez que prefirió arriesgar y permitir que nos acercáramos a la solución de todo, incluso desvelar o no la existencia de Dios aún a riesgo de crear un agujero negro que lo engulla todo, la humanidad y el universo entero. 

Para eso cuento con un instrumento realmente débil y poderoso a la vez, abstracto cuanto menos, no es nada material, es algo que llamamos ley pero que no sabemos realmente mucho sobre él. Dicen que se podrían descubrir hasta 11 nuevas dimensiones de ser exitosos los experimentos que otros me piden prohibir. ¿Qué hago?. ¿Permito el mayor logro de la humanidad?. ¿Abro la llave a un nuevo mundo, donde conceptos como el tiempo, la eternidad, la materia o el alma debieran ser redefinidos?. Sin embargo, ¿firmo la sentencia de muerte de la humanidad?. Todo ello en un mundo donde seres humanos mueren de hambre mientras se destinan grandes sumas de dinero a la investigación espacial sin que lo uno sea incompatible con lo otro pero sí paradójico. Ya ven, todo es una paradoja, por eso les pido su opinión, ¿ustedes qué harían?...


domingo, 12 de febrero de 2012

De superhéroes y de sus achaques.

Todos tenemos nuestros héroes. En el caso de mi abuelo supongo que era Roberto Alcázar y Pedrín y después Manolete. En mi caso, era fan de Anacleto o Súper López. Los héroes son inmutables, siempre los admiras pero no son eternos, ni siquiera los héroes. Con el tiempo los cambias, de Tintín a James Bond, de los famobiles a los Lakers, y de E.T. a Shreck.

No es que abandones a unos por otros pero sí que los vas desplazando en el tiempo. Un día, ya olvidados, los redescubres y vuelven a ser los héroes de siempre pero un poco más achacosos y no tan molones como el último de los adquiridos. Confieso que nada tienen que ver los valores de mis héroes ahora que cuando era pequeño. Admito que ahora exijo a un buen héroe el ser capaz de reírse de si mismo, admitir con humildad sus achaques y ser capaz de estar por encima de ellos.

Sí es cierto que antes a un buen superhéroe le pedía una visión de rayos X y capacidad de volar, no había nadie comparable a Superman 3. Cómo me alegré aquellas Navidades que mi madre me llevó a verlo al cine Narváez. Sin embargo, a medida que el tiempo avanza y nos va doblegando, reconozco a un buen superhéroe por su resiliencia, por saber gestionar una buena silla de ruedas, por afrontar con humor a todo y a todos.

Reconozco como héroe a toda aquella persona capaz de inventarse una vida aparte de la rutina, capaz de ir todos los días en bus a un trabajo que no le gusta con tal de obtener luego un tiempo libre que dedicar a algo que le merezca la pena. Un buen héroe te espera con la puerta del metro abierta y se reúne contigo un jueves por la noche a tomarse unos vinos y a partirse de risa.

Un superhéore es aquél que paga sus impuestos convencido de que es lo mejor que puede hacer y que puede sacrificar un fin de semana con tal de que unos chavales esté ilusionados con jugar un torneo de fútbol. Hay infinidad de héroes, padres, discapacitados, pesimistas y carteros, mujeres y carniceros, hijos y enfermeras. Confieso que nunca me fueron las películas de tipos duros pero reconozco que cuando éstos empezaron a hacer pelis en las que se reían de ellos mismos, los empecé a identificar como dos de mis héores preferidos, buena semana.


domingo, 5 de febrero de 2012

soledades plurales

Ayer morí y no me descubrieron hasta dos días después. No acudí a mi trabajo y avisaron a mis vecinos que a su vez avisó a la policía. Mi hermana, mi única familiar, que vive en Australia todavía no sabe nada. Yo, por el contrario, aún no he muerto pero vivo igual de solo, si bien tengo hijos y familiares, nunca los entendí bien, ellos a mi tampoco y opté por vivir solo. 

Yo soy ciega y cojo a diario el cercanías, sola, para ir al trabajo y de ahí a casa. De vez en cuando, conozco a alguien pero claro nadie quiere algo en serio con una ciega. Yo, por el contrario, fui una de las mujeres más poderosas del mundo aunque ya no me acuerdo de nada y vivo apartada en mi lujosa casa de Belgravia, en Londres. Estas Navidades invitaré a mi enfermera y al policía que custodia la puerta de mi casa a tomarse algo, mis hijos tampoco vendrán este año.

Yo sí tengo familiares pero voy al médico solo, no quiero molestar ni determinar la vida de nadie y eso implica hacer las cosas solo. Yo acabo de viajar dos meses solo por Bolivia y Argentina, me daba algo viajar solo por el mundo pero ha sido la mejor experiencia de mi vida porque no sólo me he conocido a mi sino también a otras personas que ya he dejado atrás.  Sigo siempre hacia delante, no me queda otra.

Yo limpio en varias casas, de personas mayores y no tan mayores, que viven solas, si usted señora necesita algo, no deje de avisarme. Al fin y al cabo, esta sociedad es la sociedad de la soledad, el tiempo de la individualidad, si tu tiempo ya ha pasado, retírate. Estamos muy preparados, nos sobran los recursos pero seguimos solos, tal y como nacimos y tal y como morimos, pero no se preocupe, siempre habrá alguien, aunque sea desconocido, para echarnos una mano, feliz semana.

domingo, 22 de enero de 2012

Querido Stephen Hawking

Soy Dios. Te escribo esta carta para darte las gracias. En tu última obra descartas que el origen del Universo sea obra mía, negando la posibilidad de mi existencia y con ello me descargas de la responsabilidad de los muchos defectos que esta creación tiene. No veas lo agradecido que estoy de que no me consideres el origen de las guerras de religión, de los accidentes de tráfico, de las enfermedades repentinas y las muertes sin despedida a diferencia de lo que muchos otros hacen. 

Argumentas que, según las últimas teorías, hay un multiuniverso de universos, es decir, una multitud de universos. Pudiera ser que no me gustara éste primero que creé y que lo fuera perfeccionando, al fin y al cabo eso aún la física moderna no lo ha descartado. En cualquier caso, si yo fuera el creador de este universo, habría menos imperfecciones que las que creáis los humanos.  

Si hubiera creado este primer universo, habría dejado al margen vuestras envidias y disputas, vuestros miedos y conflictos; vuestra preocupación por un coche mejor o por la regulación de la economía simplemente no existirían. Habría mucho sentido del humor, no concibo un universo sin sentido del humor, y perdón. No habría tanta competencia y mucho menos habría juicios sobre los demás. Eso es algo que siempre me ha disgustado mucho en vosotros, resulta que yo no os juzgo y vosotros os pasáis todo el día criticando a unos y a otros, incluso a mi me habéis juzgado varias veces. El dinero sería el bien con el que conseguir comodidades, nada más que eso y no le faltaría a nadie porque los juegos no serían de suma cero, ganar y perder no serían las opciones que yo presentaría aunque sí habría los mismos recursos que hoy en día existen.

En cualquier caso, últimamente he oído que también afirmas que lo peor que le puede pasar al ser humano es encontrarse con vida inteligente de otros planetas. Resulta que si vinieran a la Tierra otras civilizaciones, sospechas que ocurriría lo mismo que ocurrió cuando el hombre blanco llegó a América. Se cree el ladrón que son todos de su misma condición te podría decir pero no me planteo discutir contigo, si te he escrito esta carta es simplemente para desearte un feliz cumpleaños. 70 ya, cuando solo te daban tres años de vida... hace casi 50 años. Otro de los muchos misterios que aún le quedan a la ciencia por desentrañar... mira qué es imperfecto este universo pero coincidirás conmigo en lo muy divertido, apasionante e ingrávido que es. Felices 70 y enhorabuena.



domingo, 15 de enero de 2012

La distinción que te da vivir fuera de tu país.

Salgo de casa, con prisa, llego tarde. Paso por un restaurante español cuyo propietario es un indio. En las paredes términos que son característico de lo español, "castilla", "vinagre", "canela" y "salsa", claro que eso es más cubano que español porque se referían a que daban clases de salsa.

Llego a la parada, me falta lo que en Madrid denominamos metrobus., aunque aqui es mucho más caro que en Madrid. Lo compraré al conductor, me pienso, o no, aqui hay autobuses donde puedes comprar el billete pero en otros no, depende de cuál te toque. Llega el 11, me puede llevar aunque quizás fuera mejor el 24. Entro y le doy un billete de 20 libras, en este bus se puede comprar el billete pero resulta que el conductor no tiene cambio. Me da un recibo que me habilita a viajar exclusivamente en ese autobus y que vale por 2,20 libras que deberé reintegrar bien por correo, mandando un cheque, por teléfono con una tarjeta o en cualquier estación de metro, en un plazo de 5 días. Confían en mi buena fe, anda que si fuera en España...


Llego a mi destino, pero mi acento sigue siendo extraño, la gente se sonríe aunque por otro lado, piensan que hablo muy alto y de una forma muy directa, hasta agresiva para un inglés y poco a poco me voy dando cuenta que el extraño soy yo, el distinto. Es difícil relacionarse con ingleses, será porque tienen su vida ya hecha y no necesitan conocer a alguien extraño, distinto y diferente a sus costumbres y su cultura, ése soy yo. Supongo que piensan que soy un torero que baila flamenco y romántico hasta morir. Soy peligroso como latino que soy y sobre todo, soy distinto, no estoy en mi país, observo. Esta vez sí vale el tópico para pensar de mi, por más ridículo que me parezca.

Mañana toca sacar la basura, si quiero reciclar he de esperar al miércoles y el jueves vuelvo a sacar la basura orgánica, el resto de días no hay basura, sigo siendo distinto, es la diferencia que te da vivir fuera de tu país. Aqui las cosas no son como te piensas, insiste en despedirte diciendo "take care" o "have a good day", habla más educado y de forma menos directa, y sigue observando. Tú eres el otro, el que has llegado, tú eres el que ha de adaptarte, si en el bus no se puede comprar el billete, has de bajarte, si hablan de tu país te hablarán primero de Barcelona, luego de Mallorca y si dices que eres de Madrid te hablarán de Cristiano Ronaldo... con unos cuantos "olés" intercalados y contándote entusiasmados la vez que ellos fueron a tu país.

Decido adaptarme, voy a un pub a beber cerveza, no hay tapa y mucho menos aceitunas, aqui se bebe con el estómago vacío y no se da nada gratis, paga justo después de pedir tus cervezas, son las reglas. En esto, en cambio, no se presupone la buena fe, a diferencia de España y así se nos podrían ocurrir mil ejemplos más de diferencias, pero ojo, son tus diferencias, no las de ellos. El vivir fuera de tu país te hace ser el otro, allá donde estés, te da capacidad de adaptación así que, en Inglaterra, empieza a hablar más bajito y paga tus billetes de bus y, sobre todo, ten claro que tú eres el diferente, eso, sin duda, te enriquece.

domingo, 1 de enero de 2012

¿Feliz 2012?

No, entiéndanme bien. No dudo que será un año genial en el que se cumplirán todas sus expectativas y patatín patatán, el 23 de marzo se habrán vuelto a instalar las rutinas en nuestras días y allá por septiembre nos volveremos a replantear nuestras vidas y compraremos los dos primeros fascículos de algún coleccionable en el kiosco.

¿Feliz 2012?. Entre interrogantes porque lo que pongo en duda es si es el 2012. El 23 de enero tendremos que decir feliz 4710 si estamos en China. Feliz 1433 de la Hégira. Si por el contrario su calendario es el hebreo, feliz 5772. Feliz 5108 hindú o feliz 2553 a los budistas. A los romanos feliz 2760. Bueno al menos lo que es seguro es que los años duran 365 días... o no. Según los cálculos actuales, el calendario gregoriano adelanta 26 segundos cada año. Es decir, adelanta un día cada 3300 años. Y es que la traslación de la Tierra sobre el Sol no coincide con un número exacto de rotaciones de la Tierra sobre su propio eje. Cada año la Tierra tarda 365,242189074 días en estar en la misma posición respecto al Sol. Por eso, nos inventamos años de 366 días cada cuatro años siempre y cuando el año en cuestión no sea múltiplo de 100. Pero si el año es múltiplo de 400, aunque sea múltiplo de 100, será bisiesto. 

Vaya lío oiga. Años comunes, años bisiestos y seculares. Resulta que no hubo año 0, empezamos a contar desde el día 1, por lo que no estamos en el siglo XXI, tenemos 20 siglos y 12 años.  Cuando realmente acabe el siglo, tendremos 21 siglos cumplidos, pero no antes.

Incluso feliz 2019, ¿por qué no?.  Resulta que Dionisio el Exiguo se equivocó en fechar el nacimiento de Jesús en unos 4 a 7 años, total qué más da. Cuando se instauró mi calendario, el mundo pasó del 4 de octubre de 1582 al 15 de octubre de 1582. La población protestó porque entendió que se le habían quitado 11 días de vida aunque claro los moribundos ganaron 11 días. ¿Dónde están esos 11 días que robé a todos?. Claro que personalmente pienso que la gente protesta por protestar. También podrían decir que les regalé un siglo en sus vidas aunque personalmente pienso que todos tenemos nuestro tiempo.

Soy el papa Gregorio XIII, quien confió a una comisión de sabios una tarea imposible, medir con exactitud algo que no resulta medible, algo que se nos escapa de entre las manos y que es bastante relativo, hay muchas clases diferentes de lo que me planteé medir y es algo tan abstracto que, en ocasiones, he llegado a pensar que realmente no existe: el tiempo. Feliz vida.