domingo, 23 de agosto de 2009

El chatarrero observador

"Prueba esto, te hará sentir mejor, a mi hijo lo curó de unas fiebres", me dijo aquel indígena de Jamaica, refiriéndose a una agua sucia, de color marrón y con un fuerte olor a aceite de coco. Si algo tiene de positivo el ir a Jamaica en el siglo XVII es que te abre la mente. En realidad, no hay mucha diferencia con la actualidad, ir a Jamaica o a cualquier parte del mundo te sigue abriendo la mente. Maldita las ganas que tenía yo de probar esa bebida pero bueno, mucho me temo que si la hubiera rechazado algo malo podría habernos pasado. Eso es lo bueno de hacer expediciones a Jamaica en el siglo XVII, que te obliga a probar cosas nuevas aunque, en realidad, tampoco hay mucha diferencia con la actualidad, hacer expediciones siempre es una experiencia novedosa que te hace crecer. Por cierto, aquella bebida era asquerosa y repugnante pero eso es lo de menos.

Siempre tuve mucha suerte en la vida. Nací en Irlanda en el seno de una rica familia que me pagó los estudios en Irlanda, Londres y Francia. Fui afortunado y aproveché las oportunidades hasta llegar a ser médico. Estudié Química y Farmacia, Medicina, Anatomía y, mi pasión, Botánica. En Francia conocí a Joseph Pitton de Tournefort y Monsegnor Magnol, unos tipos extraños que se dedicaban a recolectar nombres y plantas y darles un nombre, decidí copiarles al partir para Jamaica.

Años más tarde, había reunido 12.500 especies de plantas y vegetales, 6.000 conchas, 9.000 especies de invertebrados, 1.500 peces, 1.200 pájaros, huevos y nidos y más de 3.000 especies de vertebrados, lo que supuso el asombro y el escándalo del bueno del botanista Linneo cuando me visitó y vio el desorden con el que guardaba todo ello. Además tuve 32.000 monedas y hasta un total de 200.000 artículos. A mi muerte se fundó con mis colecciones el Museo Británico y el Museo de Historia Natural.

Por cierto, soy Hans Sloane y aquella bebida tan asquerosa que probé, algo así como cacao lo llamaban, la decidí mezclar con leche e inventé entonces el chocolate con leche. Viví hasta los 93 años y no hubo un solo día que no me bebiera un chocolate con leche desde que lo probé por primera vez. Qué importante es observar.


miércoles, 19 de agosto de 2009

De cómo pasa el tiempo en el extranjero

Hoy hace un año llegué a Londres. Un 19 de agosto cargado de incertidumbres y esperanzas, proyectos y despedidas, de miedos y fortalezas, un 19 de agosto ciertamente optimista. Llegué a Victoria Station exactamente hace un año, 365 días. Recuerdo que llovía y me dije: "pues si llueve en agosto no te queda nada todavía por pasar aqui...".

Hoy hace un año surgen las mismas sensaciones encontradas. Cuando uno está en el extranjero el tiempo vuela pero es intenso. Ha pasado un año, en realidad ha volado un año pero lo recuerdo como si me hubiera ido hace cuatro. Cuando uno vive fuera de su país es lo que ocurre, todo es muy intenso, eres una esponja que trata de absorberlo todo, de aprenderlo, de hacerte a un ambiente cuanto menos extraño. Es entonces cuando el tiempo pasa lento, al fin y al cabo tienes una tarea ingente por delante que has de abordar lo más pronto posible.

Y es entonces cuando el tiempo pasa rápido porque empiezas a hacer cosas, a enterarte de cómo sacar la basura, de cómo inscribirte en el ayuntamiento o cómo pagar el gas y es entonces también cuando el tiempo empieza a pasar rápido, haciendo mil planes, recibiendo familiares y amigos desde España o yendo de visita por toda Europa. Y así las cosas ha pasado un año de forma muy rápida pero de forma muy lenta también porque, cuando vuelves hacia atrás, empiezas a recordar lo vivido y no das crédito de todas las cosas por las que has pasado.

Comprendes que es igual cómo pase el tiempo. Resulta que tanto en Londres como en España, en Angola o Vietnam contamos con los mismos segundos, minutos y horas. Parece ser que en Washington los días también tienen 24 horas, como en Ibiza, Lisboa o Buenos Aires.

Y poco a poco comprendes que lo importante no es si el tiempo pasa rápido, sino que lo crucial es llenar tu tiempo con novedades, con nuevas personas, con nuevas experiencias, nuevos sabores y nuevas formas de pensar sin olvidar por eso de dónde vienes y las personas, experiencias, sabores y formas de pensar que ya te acompañaban. Todo suma y es eso lo que hace que el tiempo, a pesar de que vuela, pese y lo recuerdes como intenso, ya vivas en el extranjero o en tu país. Hoy hace un año llegué a Londres, que rápido ha pasado pero qué lento ha sido...

domingo, 2 de agosto de 2009

You can like the life you´re living or you can live the life that you like

... O lo que es lo mismo, te puede gustar la vida que estás viviendo o puedes vivir la vida que te gusta. No hay más alternativas. Hay personas que persiguen sueños, no pueden tener cualquier trabajo, precisan ser algo concreto: emprendedor, futbolista, actor, ingeniero químico, arquitecto, bombero... para poder ser felices. Tienen una pasión y no pueden dedicarse a otra cosa.

Otras personas, en cambio, no pueden sino tener un trabajo que les permita ganarse la vida y que no tenga muchas complicaciones o contratiempos, un trabajo que tengan lo suficientemente controlado como para que se queden años y puedan salir adelante, mejorando económicamente, poco a poco. Bastante complicaciones les trajo ya la vida. Otras personas no buscan solo trabajo, lo que prima en ellas es formar una familia, un hogar, dedicarse a ello y no encontrarse solas en esta vida... Otras personas, por el contrario, precisan vivir en la incertidumbre, cambiar de actividad cada poco tiempo, probar cosas muy distintas y embarcarse en viajes, países, relaciones de pareja, una detrás de otra y que les hagan sentir que sacan todo el jugo a la vida. Podría estar relatando variedades de personas sin parar, tantas como somos porque lo que está claro es que todos tenemos una vocación y tratamos de cumplirla. Todos buscamos vivir la vida que nos gusta.

Sin embargo, con el tiempo todo se convierte en algo rutinario. El futbolista de élite que juega miércoles y domingo, cuando llega el verano, si le dicen de jugar con su selección, puede llegar a pensar que es otro año que se queda sin vacaciones y que se siente cansado, lejos del sueño que albergaba cuando era niño. La persona que buscaba formar un hogar, con el tiempo puede ver que sus hijos no han salido exactamente cómo ellos querían o que su pareja no responde cómo ella pensaba. Con el tiempo, aquel prometedor arquitecto que construyó puentes y torres por todo el mundo y que hoy viaja sin cesar dando conferencias, ha llegado a viejo y ve que ha dejado de hacer un montón de otras cosas tan importantes para poder haber hecho esos puentes y torres o puede darse cuenta que igual se perdió el ver crecer a unos hijos que hoy en día ya son unos completos desconocidos para él.

Conclusión, con el tiempo la vida que nos gusta vivir no es tan divertida de vivir como nos pensábamos. Con el tiempo, los horarios, las costumbres, la competencia hacen que cualquier vida, por más que nos guste vivirla y fuera nuestra vocación, tenga algo de sacrificio, de dificultad, de hastío o de conocido y que se pierda pasión, ilusión o emoción.

Entonces surge la otra alternativa, la que me parece que debiéramos seguir desde un principio salvo que tuviéramos muy clara nuestra vocación, fuéramos muy valientes y coherentes, tres condiciones que son difíciles de dar en una sola persona. Entonces, surge, como les digo, mis queridos monos del Senegal, la alternativa que debemos contemplar. La de que nos guste la vida que estamos viviendo, la de que nos ilusionemos y recordemos por qué escogimos lo que escogimos hacer, por qué me embarqué en ese trabajo o en ese viaje a ningún sitio. No se trata de caer en el conformismo pero sí conviene recordar cada cierto tiempo por qué hacemos lo que hacemos, y creo que también es preciso que veamos las cosas buenas que tenemos, que seamos una máquina de generar ilusión a diario, sin parar, seguro que algo bueno hay, si quiera sea poder tomar un café o hablar con alguien...

No todo es perfecto desde luego. Jugar en el Real Madrid y ganar millones, por raro que suene, tiene cosas buenas y cosas malas. Tener hijos supone alegrías y tristezas y vivir siempre en la incertidumbre no deja de ser tan insano como la situación de quien supo resolver todas sus necesidades materiales. Todo eso es cierto, pero cada vez que he dicho en voz alta que soy un privilegiado, alguien a mi alrededor ha sonreído y, en seguida, ha captado que tenía razón, que había algo en ese instante, por mínimo que fuera, que hacía que yo fuera un privilegiado.

Puede que los hijos no salgan como exactamente pensó, puede que el trabajo de su vida resulte un coñazo o que ya se cansó de ir dando tumbos por países o personas pero no olvide todas las cosas que le aporta tener hijos, el poder decir que tiene un trabajo o una actividad o la libertad que supone el ir dando tumbos. Todo tiene ventajas e incovenientes, céntrese en las ventajas no en los incovenientes. En definitiva, ilusiónense con sus vidas, presten atención a lo bueno de ellas, que seguro que algo hay, que les guste la vida que viven porque algo habrá que merezca la pena, que no cambiarían por nada del mundo, vamos que mejor que vivir la vida que le gusta, que le guste la vida que está viviendo y, en cualquier caso, disfrute con el número final de Chicago...

Resultados de la encuesta junio 2009

Me acaba de llamar el INE para advertirme que deje de meterme con la ciencia de la estadística y prometo hacer propósito de enmienda y respetar esta honorable ciencia que sirve para que, en las noches electorales, todos los partidos políticos ganen porque siempre habrá un dato estadístico que contrarreste a otro y siempre habrá una interpretación estadística que se superponga a otra. Vale ya paro, sobre todo, porque tengo buenas noticias. ¡Por fin, ganó mi post favorito!. ¡Por fin, conincido con mis lectores!.

"Si tienes una duda, hazlo" ha ganado con 5¡¡¡ votos y el 50% de los mismos. Por detrás con un 20% de los votos, es decir, 2 votos cada uno, los faros de "Si yo pudiera rebobinar" y "Aunque te tiren lechugas" y, finalmente, con un solo voto y el 10% de los votos, "El campeonato del mundo de aguantarse a uno mismo", voto que, por cierto, me llena de orgullo. Gracias a todos por responder a las insistentes llamadas a que votárais en la encuesta, salvo que hayan sido Paco y Fernando quienes hayan votado repetidamente desde distintos ordenadores como prometieron la última vez, en cuyo caso, gracias también. Ya está abierta la encuesta del mes de julio. Hagan sus apuestas señores y señoras.