domingo, 30 de agosto de 2015

¿Y si todo fuera mero azar?

Me encantan esos mensajes que aparecen al principio o al final de ciertos libros o películas. "Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia" o ésa otra que dice "todos los personajes que aparecen en esta obra son ficticios, tampoco los nombres fueron escogidos para hacer referencia a ninguna persona real".

Este tipo de mensajes nunca me parecieron ciertos. Toda obra se inspira en la realidad. Es la realidad la que no tiene ningún tipo de parecido con la ficción, es la propia realidad la que supera con creces a la mera ficción. El encuentro que tuvo lugar entre Fridtjof Nansen y Frederick Jackson en la Tierra de Francisco José en 1896 es un buen ejemplo de ello.

En junio de 1893, tras tres años preparándose, Nansen puso rumbo a la conquista del Polo Norte. Su plan pasaba por dejarse atrapar por el hielo y permitir que la propia deriva del mismo lo dirigiera a su objetivo. Durante los preparativos rechazó la posibilidad de que Jackson formara parte de su tripulación por no ser éste noruego.

Resulta que el plan ideado por el bueno de Nansen no era tan completo como pensaba porque tras un año y medio varado en medio del hielo, Nansen decidió abandonar su barco, el Fram, e intentar llegar al Polo Norte a pie y con la ayuda de un solo hombre. A las pocas semanas de partir, Nansen y Johansen comprendieron que el objetivo resultaría inalcanzable, y, en su camino de regreso, pasaron 14 meses vagando por el hielo, soportando las condiciones más extremas, hasta que alcanzaron la Tierra de Francisco José, un archipiélago prácticamente inexplorado.

Con las fuerzas casi extinguidas, una mañana de junio de 1896 salieron de su campamento para encontrarse con una figura humana que los observaba desde sus esquís. “¿Usted es Nansen?”, preguntó el hombre. Se trataba de Frederick Jackson, el mismo que, rechazado por Nansen, había decidido organizar su propia expedición para terminar convirtiéndose en su providencial salvador.

En la vida, muchas veces sucede lo extraordinario. Algunos lo explican diciendo que Nansen lo tenía todo preparado. Que cuando uno, está decidido a conseguir sus objetivos, todo el universo conspira en tu ayuda. Otros hallarán la causa del casual encuentro en que Jackson no se dio por vencido cuando Nansen le djo que no, tenía un sueño y fue a por él. Otros simplemente dirán que es una mera casualidad, pero que si Nansen no hubiera aguantado primero un año y medio en el barco y luego esos 14 meses vagando de un sitio a otro, que si hubiera cedido al pesimismo o a la desesperanza, entonces no habría sido capaz de reencontrarse con el británico al que desechó en su día. Desde luego, sin ese año y medio y esos 14 meses posteriores de vagar y vagar, a Jackson no le habría dado tiempo a llegar hasta donde se encontraron.

Pero, ¿y si fuera todo azar?. ¿Cuántos buenos escritores han muerto siendo desconocidos?. ¿Cuántas leyendas del fútbol se han quedado sin llegar a Primera División?. ¿Cuántos músicos, artistas o pintores perecieron entre el olvido y con ese mismo olvido han desaparecido sus geniales obras?. ¿Cuántos perdieron habiéndolo intentado hasta el límite de sus fuerzas?. ¿Cuántos exploradores se perdieron y nunca más fueron encontrados? Déjenme que esta semana crea en el azar, en que todo es un puro azar, desde el lugar en el que naces hasta tus más queridos afectos. No olviden que muchas veces encontramos el amor allí donde estamos, ya sea en Etiopía o Cartagena. 

Permítanme achacar al azar parte de nuestras culpas, parte de nuestros errores, incluso parte de nuestros proyectos y gustos. Solo por esta semana, déjenme creer que no llevo la carga ni la responsabilidad de mi destino, ni siquiera que dependa de mí las circunstancias ni mis conocidos ni las propias decisiones o caminos que a mi encuentro han surgido. Es más, si fuera todo azar, si gran parte de nuestros acontecimientos están guiados por el mero azar, si nuestras propias existencias vienen determinadas por una mera casualidad, me reconciliaría con los fracasos de todos y los éxitos de algunos o, mejor dicho, con los éxitos de todos y los fracasos de algunos. Que tengan suerte esta semana.