domingo, 28 de septiembre de 2008

Placeres

Un cena, un paseo por el parque, una vela apagada, una conversación, un abrazo, una buena película, un partido de tenis, un helado de vainilla, leer el periódico, una playa, un aperitivo, un chiste, recordar con los amigos de la infancia aventuras pasadas, un abuelo, tus padres, el sol al atardecer o al amanecer, el olor a tierra mojada, unas natillas, un tomate con sal, una bodega, ir al campo, un olivo, un libro, un viaje, Internet, un pueblo, un restaurante...

Éste es el post más largo que jamás podré escribir porque es interminable, trata de los placeres que disfrutamos todos los días. Para muchos son cosas normales, que no echamos en falta porque las tenemos todos los días pero son placeres únicos e irrepetibles. Como bien dice mi amigo Paco, citando a su admirado Leonardo Da Vinci, "quien no aprecia los placeres de la vida, no los merece".

No nos queda otra, cada día hay placeres insuperables e inimaginables, disfrutémoslos y hagámonos merecedores de ellos.




domingo, 21 de septiembre de 2008

Qué pena tener vergüenza

Siempre he admirado a los artistas callejeros. Piensen que tienen que captar la atención de personas que no conocen de nada. Piensen que además tiene que conseguir de esos desconocidos algo que ellos no quieren hacer. Piensen que todo ello lo tienen que hacer en dos segundos y en un lugar de paso, como es la calle. Piensen que solo disponen de un instante, el tiempo que va desde que nos ven hasta que dan el siguiente paso, un instante para captar la atención, para lograr tu objetivo. Es algo imposible para muchos de nosotros y un gran reto para unos pocos. Realmente debes ser brillante para poder sobrevivir como artista callejero, brillante y también original, valiente, inteligente y sonriente y, sobre todo, creer en ti mismo, que, al fin y al cabo, es lo que expones ante los demás. Es decir, tienes que ofrecer lo mejor de ti y la vergüenza, el freno a hacer el ridículo y el qué oensarán los demás no caben para conseguir el reto. Toda una lección.

Mucho se puede aprender de los artistas callejeros. Algunos hay realmente buenos, grandes músicos, magos, showmans. Sin duda, si montara una empresa, contrataría a alguno como directivo de mi empresa, para contar con alguien capaz de crear en un entorno de necesidad y presión. En Madrid, en el área del estanque del Retiro, en los fines de semana, se pueden encontrar grandes artistas. En Londres, sin duda, un domingo, hay que acercarse a Convent Garden.

Antigua zona de almacenes y mercado de frutas y verduras hasta 1974, Convent Garden es el lugar donde poder encontrar a los artistas callejeros en Londres. Ya desde 1662, se recuerdan espectáculos en la zona. El entorno es realmente espectacular, con muchos turistas y muchas tiendas, pubs y puestos de mercadillo alrededor de Piazza y Central Market. Si pasan por Londres, no se olviden de visitar Convent Garden con alguna moneda preparada en el bolsillo...



domingo, 14 de septiembre de 2008

Si hace unos años me llegan a decir que...

... iba a tener todo el mundo de un vistazo, a golpe de un click. Si me llegan a decir que sabría llegar a todas partes, que podría viajar a todos los sitios en una tarde y desde mi casa, que vería los volcanes y las montañas, el misterioso puente natural que une Sri Lanka con la India, Machu Pichu o el desierto del Sáhara y que volaría en menos de un minuto desde la Estatuta de la Libertad a París para terminar en mi colegio.

Si me llegan a decir que vería Sicilia, la tarde que abriera mi ordenador en Londres y me bañaría en las playas de Canarias antes de ir a Groenlandia, no me lo creería.

Qué pronto nos acostumbramos a las muchas cosas buenas que tenemos. Qué poco valor le damos a cosas inexplicables o que no tenemos ni idea de cómo funcionan solo porque las tenemos al alcance de la mano. Con el programa Google Earth, a pesar de que esto se pueda convertir en un anuncio publicitario, se pueden hacer todas esas cosas y muchas más. Ofrece la posibilidad de conocer el mundo a través de fotografías, calcula distancias, lo que corras en tu barrio o lo que vueles de uno a otro continente, el mundo cada vez más cerca y más pequeño. Google Earth también es solidario, ofreciendo información sobre los problemas que presenta este maravilloso planeta.

El último avance, el hacernos conscientes de lo insignificantes que somos, perdidos, que no solos, en un universo conmovedor. Ahora, con Google Earth, el último destino son las estrellas, el universo entero en tu pantalla. Espero seguir sorprendiéndome y disfrutando muchos años con los sueños que nos ofrece el progreso.

domingo, 7 de septiembre de 2008

La vida de los otros

La vida de los otros (Florian Henckel von Donnersmarck, 2007, Oscar a la mejor película extranjera) es una fantástica película que conviene ver varias veces. Trata la historia de Gerd Wiesler, capitán de la policía política de la RDA, la Stasi. En los ochenta la Stasi era una todopoderosa policía secreta del régimen comunista de la antigua República Democrática Alemana (RDA). 100.000 agentes y 200.000 informantes vigilaban cada día la vida de sus compatriotas. En 1984, al capitán Wiesler le encargan que espíe al escritor Georg Dreyman y la popular actriz Christa-Maria Sieland. Su vida va a cambiar a partir de entonces.

La película ofrece varias conclusiones muy interesantes. Una de ellas es que la mayoría de los héroes son anónimos. Cambios de regímenes políticos injustos, revoluciones, conquista de derechos políticos o situaciones más cotidianas como que haya buenos servicios públicos en la sanidad, en la educación o en cualquier otro ámbito de nuestra sociedad se hacen históricamente más por la contribución de héroes anónimos que por grandes figuras. Son héroes anónimos o cotidianos, que nadie sabe de su contribución pero que existen y tienen la enorme recompensa de hacer lo que creen que deben de hacer.

En este caso, cuando un brillante capitán se da cuenta de las incoherencias y corrupciones que tiene el sistema de valores en el que cree, lejos de atrincherarse en el mismo para justificar su privilegiada posición, lo combate desde sus funciones, a pesar de que eso vaya en su contra. La transformación del protagonista es espectacular, del odioso e implacable capitán de la Stasi a quien todos temen hasta el relajado, débil y discreto cartero pero a gusto consigo mismo en que se convierte.

Muchas veces la historia ha cambiado gracias a la contribución de personajes anónimos que se dedicaron a ser coherentes consigo mismos. Funcionarios, empresarios, periodistas, amas de casa (las madres de la Plaza de Mayo en Argentina por ejemplo), profesores, cocineros... cada uno desde su papel y en su lugar pero luchando por causas justas, todos podemos ser héroes anónimos y cotidianos.

Segunda conclusión, sea agradecido con los demás, siempre hay héroes anónimos que están ahí para mejorar nuestra vida. El escritor George Dreyman, cuando intuye que alguien que le vigilaba, al mismo tiempo, le salvaba no delatándole, le agradece de la forma más sutil e inteligente que puede su gesto dedicándole uno de sus libros.

Por último, como tercera conclusión, nunca es tarde para cambiar. Cuando el gris capitán de la Stasi, descubre que hay libros, obras de teatro, canciones y formas de ser y de amar más allá de burocráticos expedientes e injustas represiones, lejos de culparse, cambia radicalmente. Siempre hay tiempo para cambiar. El final de la película es el más redondo de los posibles, con una leve sonrisa del capitán en su nueva vida de héroe anónimo y cotidiano.

Para más datos sobre la película:

http://es.wikipedia.org/wiki/Das_Leben_der_Anderen