domingo, 18 de diciembre de 2011

Las generaciones rodantes.

En uno de esos tiempos muertos en los que parece que no haces nada, haciendo tiempo para ir a una cena o a una reunión fue cómo descubrí la teoría de las 3 generaciones. Resulta que la historia viene siendo circular y que se resume en la historia de las 3 generaciones. La primera es la que tiene que trabajar duro, parte de cero y nada tiene.

Su objetivo básico es sobrevivir, salir adelante y solo habla de esfuerzo y trabajo. Su cualificación es poca y suele salir adelante a base de tesón y esfuerzo. El ocio es un lujo al que ni aspiran ni lo lograrán. La segunda generación es la de sus hijos, quienes ya empiezan a disfrutar de algunas ventajas. Tienen una educación buena y son conscientes de que cuesta llegar a ciertos niveles por lo que si bien no viven nada mal tampoco malgastan ni derrochan en un estilo de vida desenfrenado e insostenible. Saben del esfuerzo que sus padres tuvieron que hacer.

Por último, la tercera generación es aquélla que, habiendo olvidado sus raíces, distraídos con mil comodidades y bienes innecesarios, simplemente les basta con abrir la boca para tener todo lo que quieran. Se acabó el esfuerzo y quedó suplantado por el proteccionismo y la comodidad.

Así las cosas y según ha discurrido la historia de los últimos 50 años, diríamos que ahora estaríamos en la tercera generación. Sin embargo, a mi personalmente no me salen las cuentas. Si hoy tuviera que volver a opositar o a buscar trabajo, no me bastaría con saber inglés y tendría que competir con muchos más aspirantes. Un arquitecto de los años 50 y 60 tenía la vida más fácil que si se hubiera licenciado hoy en día.  Acabo de descubrir unas fotos de un viaje a París en 1955 de mis abuelos, me imagino cómo disfrutaron de su viaje mientras que yo crecí feliz sin móvil ni internet.

Igual hemos pasado en una misma generación de la tercera a la primera aunque también contamos con un ocio parecido al de la segunda. Personalmente, más que de generaciones yo hablaría de esfuerzos. Todo pasa por esfuerzo, tanto el éxito como el fracaso, todo pasa por insistir, tanto el éxito como el fracaso. Cuando uno tiene 20 años empieza a tomar decisiones que conformarán su existencia, con 50 años seguirá tomando decisiones que conformarán su vida y con mucho esfuerzo de por medio, a los 20, a los 40 y a los 60. Termino leyendo que ha aumentado el porcentaje de jóvenes nini (ni trabajan ni estudian) a un 22%, olvidan que están mandando a sus hijos ala primera generación.

domingo, 11 de diciembre de 2011

Del pretérito perfecto no indicativo.

El 90% de nuestros recuerdos son creados por nosotros mismos, no obedecen a la realidad que aconteció. Lo acaba de señalar un estudio científico publicado recientemente. Ya ven, uno siempre anda buscando agradables experiencias y disfrute sin fin y resulta que nos basta con nuestros recuerdos. Siempre que oigo el sonido de un intermitente, me acuerdo de aquel coche amarillo que mi tía tenía y que tanto me gustaba, aquella sensación a humedad que tenía nada más bajar del tren en Málaga y que me era tan placentera no era del todo real y seguramente venía vinculada a la felicidad de mis veranos en la playa; la angustia por los exámenes de la oposición no eran sino el recuerdo lejano y falso de lo que me pensaba como vital y decisivo en mi vida. En todo caso, pasado, inventado y no del todo real, brumoso. Pretérito perfecto porque nosotros lo recordamos así, no porque realmente lo fuera. Pasado dulce más que agrio, como si el pasado tuviera sabor... no indicativo de algo real sino de algo recordado.

¿Quién era tu profesor en sexto de EGB?. ¿Aquel hombre tan duro y despiadado que luego te saludaba con cariño cuando te veía 10 años después?. El pasado nos lo inventamos, nos quedamos con lo bueno y lo malo lo desechamos, nos olvidamos como si no hubiera ocurrido. Y aún hay gente que considera que no se merece el pasado que tiene o peor aún, que no están satisfechos con el pasado que tienen. Si resulta que el futuro está por venir, que el presente ya ha pasado y que el 90% de nuestros recuerdos son creados por nosotros, ¿por qué no hablamos abiertamente de que el tiempo no existe? ¿de que es todo una invención?, ¿una categoría mental que nos creamos para medir lo que no son sino impresiones, vivencias fugaces que apenas ocurrieron?.

Definitivamente no lleve reloj, mide algo que no existe, que fluye y se escapa por sus manos. Recordamos solo lo bueno, vivimos el presente que podemos y el futuro aún no ha llegado, 3 dimensiones de algo que no existe, que creamos para recordarlo a nuestra manera, es decir, de forma buena, si no no podríamos sobrevivir porque en realidad lo que hacemos es esperar que el futuro sea tan bueno como nos pensamos que fue el pasado, recuérdenlo, el tiempo no existe, existen nuestros recuerdos.

domingo, 4 de diciembre de 2011

Del 23 de marzo y otras rutinas.

Él ha pedido una excedencia, con efectos de 23 de marzo de 2010, claro tiene dinero y se lo puede permitir y por eso ha decidido parar un poco. Tiene a su familia desperdigada por medio mundo y la vida es muy corta, sí un parón de dos años no le vendrá nada mal, luego Dios dirá.

Ella ha perdido un niño, estaba de cuatro meses y lo ha perdido hoy, 23 de maro de 2010, no el 22 o el 24, no, hoy, como otro día cualquiera. "Nunca más" se repite, "nunca más", veremos dentro de unos meses.... Otra chica que está en la planta de abajo no es feliz, no recuerda por qué se casó, ni siquiera recuerda qué pudo ver en él para casarse con él, ¿toda una vida?. Lo peor es que hoy, 23 de marzo, se ha dado cuenta de todo ello.

Él anda hoy en París, lo que siempre supone una fiesta. Se cogió un día libre, un tren que va por debajo del mar y hoy está en París, sin un motivo ni un por qué, como otro día cualquiera. La plaza de los Vosgos, o comer en un bistrot parisiense, hoy 23 de marzo de 2010, pasear por el Marais, hoy como otro día cualquiera.

Éste otro ha ido hoy al médico, le dicen que el PSA lo tiene un poco alto, que no se preocupe pero que tiene que hacerse alguna otra prueba más por descartar el cáncer o empezar a afrontarlo. Hace más de 34 años que llegó a Londres, en 1976, vaya año, qué divertido Londres en aquella época y ahora ya con estos problemas, lo descubre hoy 23 de marzo, como otro día cualquiera.

¿Y tú?. ¿Se te olvidó qué pasó el 23 de marzo?. Después de todo esto, ¿igues pensando que fue un día cualquiera?. Mañana, por cierto, es lunes 5 de diciembre de 2011, un día como otro cualquiera....