domingo, 4 de enero de 2009

la incertidumbre de vivir fuera de tu país


"¿Cuántos años llevas por aqui?" 39. "¿Y piensas volver?" "Sí, estoy deseando jubilarme para regresar" o "no, aqui tengo mi vida" son las dos respuestas que he escuchado y es que, cuando uno sale de su país, ya no sabe qué va a suceder. Esto es como las obras de una casa, se sabe cuándo se empieza pero no cuándo se acaba.

He conocido gallegos que se fueron para tres meses y llevan 39 años fuera de su país. Sevillanas que se marcharon a estudiar seis meses y viven desde hace 10 años con su novio finlandés en Manchester y que, cuando se paran a pensar motivados por tu pregunta, ven que han optado por un viaje muy distinto a lo que, en principio, tenían pensado.
 
Dicen que la frontera en la que dejas de ser de tu país para no serlo tampoco de donde vives son los 10 años y ese tiempo a muchas personas se les ha pasado en un suspiro. Cuando uno se marcha comienza la incertidumbre, París, Roma, Tokio, Nueva York o Ávila, uno ya no sabe dónde va a vivir, de dónde va a ser y comienza a tener dos carteras, dos móviles, dos monederos, apreciando lo bueno de dónde vive y lo bueno de dónde nació.

En realidad, poca diferencia hay con quien se queda toda la vida en el pueblo, dado que la vida en sí misma es una pura incertidumbre. Sin embargo, quien vive fuera de su país ha de ser más consciente de esa incertidumbre, al tener que percibir más claramente las cuatro partes en que nos dividimos, una con todo aquello que conocimos, otra con todo aquello que estamos conociendo, una tercera compuesta de todo aquello que aún queda por conocer y una cuarta con todo aquello que estamos dejando de conocer. Esas cuatro partes se perciben, como os digo, mucho más claramente desde el exterior.

Sin embargo, poco importa esa incertidumbre, el tiempo ya se encargará de que tengamos buenas experiencias, ya sea en Pekín, Nápoles, Trípoli o Sidney.





4 comentarios:

FAH dijo...

La verdad es que la vida siempre nos tiene muchas cosas preparadas... Lo importante es hacer caso del corazón y dejarnos llevar... entonces todo fluye de manera natural... keep looking, stay hungry... dice Steve Jobs.

Abrazo.

Pedja dijo...

Es cierto la vida nos tienes muchas cosas buenas preparadas (y alguna mala para que sepamos aprovecharla como enseñanza), un abrazo y gracias por participar.

Arturo dijo...

Por amor a la incertidumbre, siempre trae cuenta que el billete sea solo de ida.

Esta última semana he oído que se referían a mí como "Arturo El Salvador", "Arturo Copenhague", "Arturo Guinea"...

"¿Piensas comprar casa?" "Sí, he visto un par de ellas. Una en el sur de Nicaragua y otra al este de Camboya".

Tenemos más libertad de la que nos han enseñado a manejar. Ni siquiera nos convencen los billetes solo de vuelta. El precio: desarraigo, soledad, dependencia de tu independencia y cierto tapón en los oídos. Sigue siendo rentable. Creo.

Pedja dijo...

Tapon en las orejas? Yo te pongo un piso¡¡¡¡