domingo, 1 de enero de 2012

¿Feliz 2012?

No, entiéndanme bien. No dudo que será un año genial en el que se cumplirán todas sus expectativas y patatín patatán, el 23 de marzo se habrán vuelto a instalar las rutinas en nuestras días y allá por septiembre nos volveremos a replantear nuestras vidas y compraremos los dos primeros fascículos de algún coleccionable en el kiosco.

¿Feliz 2012?. Entre interrogantes porque lo que pongo en duda es si es el 2012. El 23 de enero tendremos que decir feliz 4710 si estamos en China. Feliz 1433 de la Hégira. Si por el contrario su calendario es el hebreo, feliz 5772. Feliz 5108 hindú o feliz 2553 a los budistas. A los romanos feliz 2760. Bueno al menos lo que es seguro es que los años duran 365 días... o no. Según los cálculos actuales, el calendario gregoriano adelanta 26 segundos cada año. Es decir, adelanta un día cada 3300 años. Y es que la traslación de la Tierra sobre el Sol no coincide con un número exacto de rotaciones de la Tierra sobre su propio eje. Cada año la Tierra tarda 365,242189074 días en estar en la misma posición respecto al Sol. Por eso, nos inventamos años de 366 días cada cuatro años siempre y cuando el año en cuestión no sea múltiplo de 100. Pero si el año es múltiplo de 400, aunque sea múltiplo de 100, será bisiesto. 

Vaya lío oiga. Años comunes, años bisiestos y seculares. Resulta que no hubo año 0, empezamos a contar desde el día 1, por lo que no estamos en el siglo XXI, tenemos 20 siglos y 12 años.  Cuando realmente acabe el siglo, tendremos 21 siglos cumplidos, pero no antes.

Incluso feliz 2019, ¿por qué no?.  Resulta que Dionisio el Exiguo se equivocó en fechar el nacimiento de Jesús en unos 4 a 7 años, total qué más da. Cuando se instauró mi calendario, el mundo pasó del 4 de octubre de 1582 al 15 de octubre de 1582. La población protestó porque entendió que se le habían quitado 11 días de vida aunque claro los moribundos ganaron 11 días. ¿Dónde están esos 11 días que robé a todos?. Claro que personalmente pienso que la gente protesta por protestar. También podrían decir que les regalé un siglo en sus vidas aunque personalmente pienso que todos tenemos nuestro tiempo.

Soy el papa Gregorio XIII, quien confió a una comisión de sabios una tarea imposible, medir con exactitud algo que no resulta medible, algo que se nos escapa de entre las manos y que es bastante relativo, hay muchas clases diferentes de lo que me planteé medir y es algo tan abstracto que, en ocasiones, he llegado a pensar que realmente no existe: el tiempo. Feliz vida.  

2 comentarios:

Rato Raro dijo...

He entrado por casualidad en tu blog y la verdad es que me gusta, seguro que me vuelvo a pasar por aquí.

Hay que ser un poco más optimista...
Un abrazo,

Rato Raro

Pedja dijo...

Bienvenido al faro, Rato Raro.

Aunque no lo muestre mucho o te dé una impresión errónea, soy muy optimista.

Sin embargo, no soy un optimista convencido, quiero decir, no soy optimista porque haya que serlo, prefiero entusiasmarme con todo aquello con lo que disfruto y así poder estar contento y positivo.

En cualquier caso, prometo mostrarme más optimista. Tomo nota del buen consejo y muchas gracias por el comentario y por la buena crítica, un cordial saludo.