domingo, 4 de noviembre de 2007

El Rastro madrileño





Hoy he estado en el Rastro, el mercadillo que se organiza en Madrid todos los domingos y que resulta ser apasionante. Allí hay gente de todo tipo y condición, gente para todo como se suele decir. Allí uno aprende que la vida es complicada y apasionante y que cada uno la vive como mejor entiende que puede hacerlo.

Y allí, sobre todo, hay negociación, algo básico en esta vida, la negociación, todos negociamos a lo largo de nuestros días, todos cedemos y nos imponemos, todos nos movemos en un zoco de oportunidades, un mercado de ilusiones en el que negociar resulta la actividad primordial. Como dice un buen amigo, la vida pa los vivos, para quienes sepan negociar...

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