Me meto en el supermercado, el Sainsbury´s, que abre hasta las diez. Todos los dependientes me son exóticos. Me llena la bolsa un señor muy mayor que trabaja para poder completar una pensión irrisoria. No hay carnicería ni pescadería, en la sección de platos preparados diversas recetas indias. De todos los productos venden la versión "normal" y la versión orgánica.
Sigo comprando, junto a las películas venden las inconfundibles patatas fritas Tyrrels, avinagradas, tan adictivas como las patatas fritas que me ponen en cualquier bar del Retiro. Si me traigo las bolsas de casa me dan dos puntos en la Nectar Card, con 1000 puntos tengo dos libras y media para poder gastar.
Busco la leche pero toda es fresca, hay más clases que en España, muchas más, entera, desnatada, semidesnata, con un 1% de grasa, con 0,1%... cojo la botella de las cuatro pintas para que me dure varios días, aunque aqui la leche caduca antes. Paso por la sección de vinos, los españoles no ocupan un lugar preeminente. ¿Dónde venderán los bizcochos de soletilla?. Seguro que aqui no habrá, como el Colacao.
Termino la compra, paso por la sección delicatesen y allí están: los picos de Jerez, solo queda una caja a casi 3 libras. Si supieran que en mi país los picos de Jerez se venden en cantidades mucho más grandes y mucho más baratas y no son considerados un producto de gourmet. Y así me vuelvo a casa, pensando en que debiéramos ver la vida con ojos de turista o de niño, es decir, siempre ilusionados, considerando que los picos de Jerez son una delicatessen como el poder darnos un paseo o leer el periódico o desayunar en la cafetería de al lado del trabajo. Cuando uno viaja todo le va bien, cuando uno está de vacaciones todo le va bien, en el día a día se trata de pasar, qué horror, mañana es lunes. Los picos de Jerez son una delicatessen, qué bueno, los lunes también.
Definitivamente me quedo con la visión del turista o del niño, para ellos la rutina es un asunto de sorpresa, la normalidad algo a descubrir todos los días y algo tan normal como los picos de Jerez o jugar en el parque son una delicatessen. Me voy a la caja con los picos en cuestión, pagaré por ellos un precio desorbitado, esta ocasión lo merece, mañana también...
8 comentarios:
jaja... grande medina, grande... este post es de los q más me ha gustado... un abrazo!
Querido Pedja,
digamos que los lunes "me" llega tu post. Así que se suma a todas esas estupendas razones, para abrir el lunes, como un regalo. Tambien a mi, este post es de los que más me ha gustado, y como a FAH, se me escapa un genial!!!
pd. qué cosas más raras compras en el super!!!
un abrazo, M.
Hola Pedja:
Me apunto al comentario de Francisco y Maria. Es genial el post. Ahora bien, como dice María, ¡ qué cosas más raras compras¡ casi todo chuches.
Un abrazo
Pedro, este post es fantático, de los mejores que he leído nunca. Toca el alma, amigo, y deja una bonita reflexión.
Te veo el 24 en el Chami
Un fuerte abrazo
Gracias Paco, sigo dejando limpios los platos, en eso nada tiene que ver ser turista, anciano, niño o sabio... ja jaja ja, menudo arte, un abrazo.
De raras nada MaS, una de las cosas que más me gusta de Londres es haber descubierto la cocina india, la libanesa, la árabe, la turca, la tailandesa, la china, la japonesa para cuando vuelvo a Madrid descubrir lo gloriosas que siguen siendo las croquetas de jamón, como los lunes... gracias Mas por participar, un abrazo.
Gracias Fernando por tu participación como siempre. No pensaba yo que comprara cosas raras pero diciéndomelo Mas y tú empiezo a pensármelo... el aceite de oliva irrenunciable, eso sí, abrazos¡¡¡
Ferra muchas gracias por venir hasta el faro del fin del mundo, nos vemos el 24 claro que sí. Valoro mucho tu comentario, después de tantas charlas y conociéndonos tan bien es bueno que sigamos reflexionando, un fuerte abrazo amigo.
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