viernes, 18 de julio de 2008

Ratatouille, claves para conseguir objetivos imposibles III

11.- Confíe en que las cosas le van a salir bien. Después de negarse a compartir la visión pesimista de su padre, Remy, cuando éste le pregunta que hacia dónde va le responde: "Con suerte hacia delante".

12.- Sepa pedir perdón y dé las gracias, en dos palabras, sea humilde. Reconozca sus talentos y sus méritos y los talentos y méritos de los demás, aunque sean unas ratas.

13.- No finja, aparte de ser muy agotador, no lo necesita. Cuando Remy se da cuenta que es un cocinero no hay obstáculo que le detenga, solo cuando se da cuenta de qué es en esta vida, cuando sabe realmente qué quiere ser es cuando se dedica a ello en cuerpo y alma. Si no lo sabe, no se agobie, ya llegará el momento en que se dé cuenta. Remy lo dice claro a su padre: "Papa no no sé qué decir (...) no creas que prefiero esto a mi familia, no puedo elegir entre dos mitades de mi ser".

14.- Diga siempre la verdad, aunque eso implique que le den la espalda. El verdadero mérito del inexperto Lingüini es reconocer ante los demás que su éxito depende de una simple rata.

15.- Les dejo con el discurso del irascible crítico gastronómico Ego, deja un regusto fantástico:

"En muchos sentidos, el trabajo de un crítico es fácil. Arriesgamos poco porque gozamos de una posición que está por encima de los que exponen su trabajo y así mismos a nuestro criterio. Nos regodeamos en las críticas negativas que son divertidas de escribir y de leer, pero el hecho más amargo que debemos afrontar los críticos es que, a la hora de la verdad, cualquier producto mediocre tiene, probablemente, más sentido que la critica en la que lo tachamos de basura.

Pero hay veces en las que un crítico realmente se arriesga en pro del descubrimiento y la defensa de algo nuevo. El mundo es hostil para los nuevos talentos y las nuevas creaciones. Lo nuevo necesita amigos. Anoche yo viví una nueva experiencia, una comida extraordinaria procedente de alguien singularmente inesperado. Afirmar que tanto la comida como el cocinero han cuestionado mis ideas preconcebidas sobre la buena cocina, sería quedarse muy corto. Me han estremecido hasta lo más profundo.

En el pasado, nunca oculté mi desdén por el lema del chef Gusteau, "cualquiera puede cocinar". Pero me doy cuenta de que no había comprendido realmente lo que quería decir con ello. No es que cualquiera pueda ser un gran artista sino que los grandes artistas pueden proceder de cualquier lugar. Resulta difícil imaginar orígenes más humildes que los del genio que cocina hoy en Gusteau y que, en opinión de un servidor, es nada menos que el mejor chef de Francia. Volveré pronto a Gusteau, hambriento de creaciones".

Bueno, hasta aqui mi teoría. Después de tres semanas y algo más, seguro que una crítica que se puede hacer a la misma es que no estoy hablando de otra cosa sino de dibujos animados y películas, de una ficción hasta en la que una sucia y asquerosa rata puede cumplir sus sueños. No estoy hablando de algo real pero, entonces, lo que no entiendo es cómo usted, si de una simple rata de dibujos animados se trata, ha llegado a leer hasta este punto. Ya saben, inténtenlo y, sobre todo, coman bien y... !lávense las manos antes de cocinar¡, yo, mientras, estaré esperando alguna oferta multimillonaria de alguna universidad norteamericana.




1 comentario:

Pedja dijo...

A falta de comentarios, buenos son los del propio autor. Publico en viernes porque debía el del domingo anterior, que no estuve en España para poder escribir el post.