domingo, 23 de noviembre de 2008

Luciano el grande.

Módena, 1953. Luciano acababa de terminar de jugar un partido de fútbol. Una vez más, dado su portentoso don para la pelota, había conseguido mantener su portería a cero. Y ello a pesar de estar dando vueltas en su cabeza a qué hacer con su vida. Su madre ya le había dicho en varias ocasiones que se buscara una carrera estable, como maestro de escuela. Su padre, frustado tenor, también le empujaba a procurarse una estabilidad económica. Sin embargo, a él, lo que le pedía el cuerpo era dedicarse profesionalmente al fútbol o a la música. "Tampoco me importaría ser un campesino en la campiña de Módena pero si a algo me tengo que dedicar será a jugar al fútbol o a la música, sí lo tengo decidido".

Tomada la decisión, fue corriendo a comunicárselo a sus padres, iba a dedicarse a la música. Cuando se lo planteó, éstos les respondieron: "Mira hijo, dedícate a la música si quieres, tienes un talento innegable pero no te hagas grandes ilusiones, es muy difícil que puedas vivir de eso así que te proponemos un trato: te mantenemos con casa y comida hasta los 30 años, si triunfas bien y si no, te buscas la vida por tu cuenta. Nosotros, ya sabes, no nos sobra el dinero y no podemos mantenerte de por vida".

Más de 50 años después Luciano ha sido uno de los más grandes tenores que ha habido en la historia de la música. El mundo entero se rindió a sus pies, por su talento, por su dedicación a diversas causas humanitarias, por la pasión con la que vivía, por vivir rodeado de amigos y montar conciertos con ellos, por el optimismo que transmitía, por no dejar de ser aquel italiano de Módena allá por donde fuera y por su pasión por el fútbol.

Nunca sabemos adónde nos llevarán nuestras decisiones, probablemente no conquistaremos el mundo entero ni disfrutaremos de un éxito tan rotundo como el de Luciano, tendremos las mismas dudas que aquel joven en Módena pero la forma de vivir que tuvo el gran Pavarotti sí que la podemos tomar como referencia. Optemos por lo que optemos seamos apasionados, optimistas, amigos de nuestros amigos y futboleros. Seguramente meteremos la pata, como supongo que hizo Luciano en sus últimos años, cuando tuvo que afrontar un divorcio, un nuevo matrimonio, algunas peleas con sus queridas hijas, etc. etc. pero de lo que no se le puede acusar es de que no fuera auténtico y dejara de exprimir su existencia hasta el último segundo, fiel a sí mismo. Les dejo con dos perlas que les elevarán el ánimo cada vez que las escuchen, "Nessum Dorma" y "Un amore cosí grande":






2 comentarios:

FAH dijo...

Gran post, Medina. Hemos hablado de este tema muchas veces. Cuando "talento natural" y "actividad laboral" se fusionan el éxito está garantizado. Cada día lo tengo más claro: "Lo que nunca falla es ser uno mismo". Amancio Ortega lo dice a su manera: "Estoy convencido de que todos estamos en esta vida para algo".

greetings from spain.

Paco.

Pedja dijo...

Gracias Paco, Pavarotti disfrutaba de los placeres de esta vida, entonces los merecía. A ver para cuándo un arroz de los nuestros que también nos lo merecemos. Yo creo que para eso estoy en esta vida, para comer arroz¡, un abrazo.