domingo, 28 de diciembre de 2008

Navidad, esa gran mentira.

Escribe mi amigo Paco muchas veces que vivimos en un mundo de apariencias, de falsedades y mentiras frente a las realidades verdaderas. Quizás la mayor mentira es cómo entendemos la Navidad. Poco tiene que ver con empachos, langostinos, champanes caros y regalos. La Navidad es un tiempo que debería pertenecer a aquéllos que están solos, sufriendo y a los niños y, especialmente, debería ser propiedad de quienes reúnen esta doble condición, es decir, que están sufriendo y que son niños.

Sin embargo, eso no es la Navidad que vivimos y que está más relacionada con loterías, anuncios de perfumes, cavas, luces, compras en grandes almacenes y reuniones familiares de auténticos desconocidos. Apariencias versus realidades como bien dice mi amigo Paco. No hablemos de niños que sufren ni de ancianos solitarios en Navidad por favor, eso nos incomoda profundamente siempre pero más en Navidad cuando todo ha de ser perfecto e idílico.

La Navidad, esa gran mentira cuyo espíritu hace tiempo que perdí y que cada año encuentro en el Hospital infantil del Niño Jesús en Madrid, en su misa del gallo. Este año me enseñó una gran lección, la de que la vida es sufrimiento, es pasarlo mal y sufrir y pasarlo bien y disfrutar y que, aunque no tengamos ganas de fiesta, en ocasiones nos las tenemos que inventar y acudir a la fiesta de todos modos.

La Navidad esa gran mentira sí pero mentira necesaria, al menos para reunirnos y darnos un abrazo aunque haya gente que siga llegando a dormir en pesebres y que no tenga sitio en esta sociedad. Claro que todo esto lo pienso a 10.000 metros de altura en un avión, otra mentira, como si los aviones pudieran volar...

4 comentarios:

FAH dijo...

Sólo dejo de un pensamiento para reflexionar: hace algunas semanas el padre de una alumna pidió que se retirase un crucifijo que presidía el aula donde estudiaba la hija con el resto de compañeros.

Como la libertad religiosa es un derecho fundamental se ordenó retirar el crucifijo.

Curiosamente, la hija de este señor permitió que su hija se vistiera de Virgen María en la representación del Belén de la clase.

Curiosa paradoja, curiosa falsedad.

¿No sucede algo parecido en Navidad?

Que cada uno haga y celebre lo que quiera, pero la coherencia (la base del ejemplo) a menudo falla (fallamos). Lo decía un pensador: "El ejemplo no es una de las formas de educar, es la única".

Como siempre, utilizamos un calzador para manipular la realidad y ajustarla a lo que nos interesa.

Un abrazo, felicidades por el post. Era necesario ese título: "Navidad, esa gran mentira".

Pedja dijo...

Bueno el título es tuyo, me lo dijiste más o menos así hace un año por la Carrera de San Jerónimo. Efectivamente somos incoherentes, espero que cada vez menos, gracias Paco, un abrazo.

Begoña Coach Politico dijo...

Navidad...Año Nuevo.....
Reyes...Cumpleaños...Vacaciones....Trabajo....Amigos...

En el día a día que razón tiene Francisco...lo incoherentes que somos en determinadas ocasiones....y a veces en toda una vida...

Espero que al menos, cuando seamos conscientes de serlo, pongamos remedio.

Pedja....te deseo un Felíz Año desde estas tierras cálidas del Mediterraneo..y que te llegue algo de calor por aquellas frias tierras del norte.

Cuídate...begoña

Pedja dijo...

Gracias Begoña. Efectivamente, como dices, a veces somos incoherentes toda una vida, la incoherencia y el ser humano van de la mano pero, como también apuntas, espero que al menos seamos conscientes de ello, Gracias por seguirme, un cordial saludo.