Se ha creado una nueva especialidad deportiva que seguro se incluirá en los próximos Juegos Olímpicos y que consiste en aguantarse a uno mismo. Las reglas son muy básicas. Le dan un afamado pollo de la región francesa de Bresse, un pez balder criado en las frías aguas de Noruega y un cangrejo real. Le dan 5 horas para preparar dos platos que gane a los platos de todas las demás personas que decidan presentarse . Sepa que usted es muy bueno cocinando, que ha viajado a Francia y a Noruega para documentarse bien sobre el pollo y el pez y que sabe hasta el último secreto del difícil carácter de los cangrejos reales. Se puede decir que usted está muy bien preparado.
Ése es el reto pero pocos saben que el secreto para superarlo es aguantarse a si mismo. En cualquier actividad a la que nos dediquemos, en cualquier sueño o meta que nos propongamos y en cualquier proyecto en que nos embarquemos, siempre habrá un conflicto, si no varios, que superar, es decir, siempre habrá un momento de prueba en el que deberemos saber aguantarnos a nosotros mismos.
No solo importará que le sepa dar el punto exacto al pescado o que corte el pimiento verde en la forma indicada a la textura del pollo de Bresse. No solo deberá conceder importancia a la creatividad necesaria para idear una receta arriesgada y, al mismo tiempo, respetuosa con la tradición. Poco valdrá que precaliente el horno a la temperatura indicada o mantenga la cocina en orden si usted no se domina a si mismo, vamos que sepa aguantarse a si mismo, en el trato con los demás, al recibir las valoraciones de los jueces o ante las dificultades que, inevitable e invariablemente, le irán surgiendo a lo largo de las cinco horas que dura la prueba.
Igual no gana el campeonato del mundo pero si decide dedicarse a este nuevo deporte sepa que adquirirá valores mucho más importantes que un simple resultado y que le servirán para su vida personal. El aguantarse a si mismo, el ser equilibrado, el espíritu de superación, la formación constante y un ánimo de luchar hasta el final y todo ello por culpa de un pollo, un pez y un cangrejo real.
Magnífica película de 2008 que nos habla de todo esto y mucho más, os dejo con el trailer y se la recomiendo a todos y todas:
Ése es el reto pero pocos saben que el secreto para superarlo es aguantarse a si mismo. En cualquier actividad a la que nos dediquemos, en cualquier sueño o meta que nos propongamos y en cualquier proyecto en que nos embarquemos, siempre habrá un conflicto, si no varios, que superar, es decir, siempre habrá un momento de prueba en el que deberemos saber aguantarnos a nosotros mismos.
No solo importará que le sepa dar el punto exacto al pescado o que corte el pimiento verde en la forma indicada a la textura del pollo de Bresse. No solo deberá conceder importancia a la creatividad necesaria para idear una receta arriesgada y, al mismo tiempo, respetuosa con la tradición. Poco valdrá que precaliente el horno a la temperatura indicada o mantenga la cocina en orden si usted no se domina a si mismo, vamos que sepa aguantarse a si mismo, en el trato con los demás, al recibir las valoraciones de los jueces o ante las dificultades que, inevitable e invariablemente, le irán surgiendo a lo largo de las cinco horas que dura la prueba.
Igual no gana el campeonato del mundo pero si decide dedicarse a este nuevo deporte sepa que adquirirá valores mucho más importantes que un simple resultado y que le servirán para su vida personal. El aguantarse a si mismo, el ser equilibrado, el espíritu de superación, la formación constante y un ánimo de luchar hasta el final y todo ello por culpa de un pollo, un pez y un cangrejo real.
Magnífica película de 2008 que nos habla de todo esto y mucho más, os dejo con el trailer y se la recomiendo a todos y todas:
2 comentarios:
Sí, señor. Aguantarse a sí mismo es lo más difícil que hay. Gestionarse es mucho más complicado que gestionar a otros porque surge el debate de si ser más condecendiente con uno mismo que con los demás o a la inversa.
Muy interesante este comentario. Nos volveremos a ver.
Bienvenido al faro y gracias por tu participación¡¡¡. Igual no es tan difícil aguantarse a uno mismo sino que lo realmente difícil puede que sea reconocer los fallos que uno puede cometer y corregirlos, tener la humildad suficiente para saber disculparse con los demás o saber atribuir méritos a los otros. En definitiva, la vanidad es lo difícil de gestionar. Gracias, un saludo.
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