Hoy, como muchos otros días desde hace un tiempo, estoy en la cama, enfermo, sin fuerzas. Hoy, como desde hace unos meses, sigo postrado, aceptando mis limitaciones, viendo el parque desde la ventana de mi habitación, ese parque que tantas veces ignoré suponiendo que era algo normal.
Veo a los niños jugar en ese parque, como tantas otras veces desde que vivo en esta casa pero es hoy cuando me doy cuenta de la suerte que tienen. Hoy me sigo encontrando débil, sé que me hallo en el final de mis días y ahora, más que nunca, me arrepiento de mis trabajos de investigación y teorías. Construí una pirámide, una jerarquía de las necesidades que debemos ir cubriendo. Seguramente me conozcan, soy Abraham Maslow.
Hoy, enfermo en mi cama, veo lo equivocado que estaba cuando hablaba de cinco niveles de necesidades y que, a medida que íbamos cubriendo las más básicas, nuestra motivación se dirige a un nivel superior de necesidades. Así, situé las necesidades fisiológicas como el primer nivel a cubrir, seguidas de las necesidades de seguridad, afiliación, reconocimiento y, por último, la autorealización. Una vez cubierto un nivel lo que mueve nuestra conducta es el cumplimiento del siguiente nivel de necesidades, es decir, que las necesidades cubiertas no generan comportamiento alguno.
Hoy comprendo, cuando llevo unos meses sin apetito pero con un techo seguro sobre el que cobijarme, cuán importante es disfrutar de cualquier placer en la vida. Más que jerarquía de necesidades me gustaría corregir el título de mi teoría y hablar de conjunto de placeres.
Sin embargo, no se preocupen, hoy que no puedo caminar y que me encuentro débil, hoy que apenas comeré algo con gusto y apetito, es decir, hoy que no podré cubrir mis necesidades más básicas, mi mujer, con la que me casé en contra del criterio de mis estrictos padres y con la que llevo toda mi vida, me besará en la frente y quedará satisfecho el tercer nivel de necesidades aunque no haya cubierto los dos primeros y con ese beso, que justificará una vida entera, poco me importará no poder andar o comer... Escucharé música y cubriré el quinto nivel, el de la autorrealización a pesar de no poder sentirme muy seguro en mi estado ni poder atender el primer nivel de mis necesidades...
Con todo esto, lo que les quiero decir es que más que necesidades debemos hablar de placeres. Dejénse de pirámides de necesidades y disfruten de cualquier placer. Mejor que emplearse en una carrera de necesidades, céntrense en lo que tienen no en lo que les falta y den valor a una comida, a poder ver una película aunque no tengan una nómina fija o aunque ya sea tan viejo que sus amigos se hayan muerto y por tanto no tenga cubierta la necesidad de afiliación.
Desayunar ha dejado de ser un placer para mi, ya no puedo permitirme más que este suero que no deja que me deshidrate pero ahora, más que nunca, aprovecho los pequeños placeres que aún tengo. Es cierto que no me encuentro muy autorrealizado pero al menos disfruto mucho cuando la enfermera trata de hacerme reír o me cuida con afecto, cuando hace un día soleado o escucho las discusiones de la radio. Hoy que ya no puedo andar, me percato qué placer es darse un paseo al final del día y me pregunto por qué no lo percibí así cuando podía hacerlo. De haberlo sabido no habría diseñado una pirámide de necesidades sino un muro, un conglomerado de placeres de los cuales con tener alguno nos debería de bastar. Dejen de moverse por necesidades y hagánlo por placer así algún día, a pesar de estar enfermos en su cama, seguirán disfrutando como lo hago yo... buenas noches.
Veo a los niños jugar en ese parque, como tantas otras veces desde que vivo en esta casa pero es hoy cuando me doy cuenta de la suerte que tienen. Hoy me sigo encontrando débil, sé que me hallo en el final de mis días y ahora, más que nunca, me arrepiento de mis trabajos de investigación y teorías. Construí una pirámide, una jerarquía de las necesidades que debemos ir cubriendo. Seguramente me conozcan, soy Abraham Maslow.
Hoy, enfermo en mi cama, veo lo equivocado que estaba cuando hablaba de cinco niveles de necesidades y que, a medida que íbamos cubriendo las más básicas, nuestra motivación se dirige a un nivel superior de necesidades. Así, situé las necesidades fisiológicas como el primer nivel a cubrir, seguidas de las necesidades de seguridad, afiliación, reconocimiento y, por último, la autorealización. Una vez cubierto un nivel lo que mueve nuestra conducta es el cumplimiento del siguiente nivel de necesidades, es decir, que las necesidades cubiertas no generan comportamiento alguno.
Hoy comprendo, cuando llevo unos meses sin apetito pero con un techo seguro sobre el que cobijarme, cuán importante es disfrutar de cualquier placer en la vida. Más que jerarquía de necesidades me gustaría corregir el título de mi teoría y hablar de conjunto de placeres.
Sin embargo, no se preocupen, hoy que no puedo caminar y que me encuentro débil, hoy que apenas comeré algo con gusto y apetito, es decir, hoy que no podré cubrir mis necesidades más básicas, mi mujer, con la que me casé en contra del criterio de mis estrictos padres y con la que llevo toda mi vida, me besará en la frente y quedará satisfecho el tercer nivel de necesidades aunque no haya cubierto los dos primeros y con ese beso, que justificará una vida entera, poco me importará no poder andar o comer... Escucharé música y cubriré el quinto nivel, el de la autorrealización a pesar de no poder sentirme muy seguro en mi estado ni poder atender el primer nivel de mis necesidades...
Con todo esto, lo que les quiero decir es que más que necesidades debemos hablar de placeres. Dejénse de pirámides de necesidades y disfruten de cualquier placer. Mejor que emplearse en una carrera de necesidades, céntrense en lo que tienen no en lo que les falta y den valor a una comida, a poder ver una película aunque no tengan una nómina fija o aunque ya sea tan viejo que sus amigos se hayan muerto y por tanto no tenga cubierta la necesidad de afiliación.
Desayunar ha dejado de ser un placer para mi, ya no puedo permitirme más que este suero que no deja que me deshidrate pero ahora, más que nunca, aprovecho los pequeños placeres que aún tengo. Es cierto que no me encuentro muy autorrealizado pero al menos disfruto mucho cuando la enfermera trata de hacerme reír o me cuida con afecto, cuando hace un día soleado o escucho las discusiones de la radio. Hoy que ya no puedo andar, me percato qué placer es darse un paseo al final del día y me pregunto por qué no lo percibí así cuando podía hacerlo. De haberlo sabido no habría diseñado una pirámide de necesidades sino un muro, un conglomerado de placeres de los cuales con tener alguno nos debería de bastar. Dejen de moverse por necesidades y hagánlo por placer así algún día, a pesar de estar enfermos en su cama, seguirán disfrutando como lo hago yo... buenas noches.
10 comentarios:
¡qué bueno, qué bueno, qué buenísimo!!!!
Con tu permiso hago un enlace en mi blog.
¡Muchas gracias!
Vaya, vaya, veo que tu investigación ha desencadenado en una explosión...maravillosa: una piramide que se convierte en muro, las necesidades ahora son placeres, e incluso la quietud de un enfermo es un momento excelente para saborear las partículas más pequeñas de la vida, un gesto, un beso, una mirada a través de la ventana...
Pedja, estás que te sales!!!!
Felicidades, obviamente, me ha encantado.
María.
Suscribo las loas de Pilar y Más. Estyo es lo que yo llamo sentido y sensibilidad. !qué capacidad para meterse en los pensamientos de otro¡
Un abrazo
Muchas gracias Pilamandl, la verdad es que tanto elogio me avergüenza, no es para tanto. En cualquier caso, como ya te he dicho en tu blog, un honor que me cites, gracias a ti, saludos¡¡¡
Mas muchas gracias por tu comentario. Hace un tiepo dejaste un comentario que me inspiró este post así que el méito es más tuyo que mío, con vuestros comentarios mejoráis el blog, muchas gracias por la inspiración¡¡¡, saludos¡¡¡
¿Has visto Fernando? ando metido todo el día en las cabezas de otros, es agotador¡¡¡, muchas gracias como siempre, un abrazo¡¡
Grande, Pedja... you´re getting better from day to day... Contradicciones de genios, como tú... Abrazo hacia Londres, en breve paso por allí.
Gracias Paco por tu constante participación y ánimos, nos vemos en breve entonces, díme fechas, un abrazo¡¡¡
Eres un 'crac'. Qué bueno.
Gracias Coto, a ver cuándo hacemos la película¡¡¡, abrazos.
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