Hace veinte siglos, teníamos los mismos problemas que hoy en día, afrontábamos desafíos parecidos a los de ahora. Hace 20 siglos, nos movían motivaciones similares a las existentes en la actualidad y nos atormentaban preocupaciones no muy diferentes a las que hoy nos acechan. Todo cambia.
20 siglos atrás no podíamos recorrer el mundo en un día, ni comunicarnos con cualquier persona en cualquier punto del planeta. 20 siglos atrás, el mundo no tenía nada que ver con este otro mundo en el que ahora vivimos. Vivíamos menos tiempo y con una peor calidad de vida. Todo cambia, nada permanece.
Somos capaces de doblar el conocimiento que tenemos en un corto período de tiempo. Cada vez avanzamos más y más rápido. El correo electrónico ya empieza a dejar de ser una tecnología moderna y está empezando a ser sustituido por otros medios como Tweeter o Facebook. Todo cambia, nada permanece y además ello se produce de una forma rápida.
Eso es básicamente en lo que consiste vivir, en cambiar rápido, en adaptarse, en seguir adelante, somos supervivientes. !Rápido¡, no bajes la guardia, si no, te quedas fuera. No tengas miedo a la inestabilidad, al cambio, a la creatividad, ése es nuestro hábitat natural. Definitivamente, todo sigue igual. Vivimos en el mejor de los mundos posibles afrontando los mismos problemas que hace 20 siglos. Vivimos en medio de un mar de paradojas y ésta es la principal, la de que todo cambia y el mundo sigue siendo el mismo lugar. Todo cambia, nada permanece, para seguir siendo lo mismo.
2 comentarios:
El cambio no es más que la consecuencia de vivir,auqnue la paradoja es que en una u otra medida todo permanece.
Un abrazo
Gracias Fernando, por la fidelidad y porque co tus comentarios conesas cada post en una magnífica conclusión, el faro no sería lo mismo sin tus precisos y brilantes comentarios, gracias, un abrazo.
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