domingo, 17 de enero de 2010

De la rutina y otros terremotos.

Llego a casa, me quito el abrigo, preparo algo rápido para comer y me siento a la mesa, enciendo la radio. Gordon Brown anuncia mayores controles de seguridad en los aeropuertos británicos y el uso de escáneres corporales, "me cago en la mar, qué rollo que es volar, más tiempo, más colas...", me digo a mi mismo. Operación salida del puente de todos los santos, sin problemas en la mayor parte de las carreteras. Sigo comiendo, siguiente noticia, 100.000 muertos en el terremoto de Haití, pasa el enfado por lo pesado que es volar, "pobre gente", me digo. Cobertura especial, primeros saqueos e imágenes del horror abriendo los telediarios.

Quien más se siente concernido hace una donación, el IBEX35 cierra cercano al nivel de los 12.000 puntos, previsión del tiempo, un frente nuboso llega por Galicia, acabo de comer, ¿qué hacemos esta tarde?. La vida se ha parado hace ya cuatro días en Haití, pero no en el resto del mundo.

Siempre me ha sorprendido cómo logramos vivir en medio del horror, ciegos a la tragedia. En una, dos o, con suerte para los haitianos, tres semanas, los medios de comunicación se habrán olvidado de refrescarnos el horror, ese horror. Volveremos a la rutina, a ver cómo dos señoras discuten porque ambas se creen con derecho a ser atendidas en la pescadería, no se dieron la vez y las dos dicen que llegaron antes que la otra. En el Mercadona hay una cola grande en la caja y yo que bajaba a comprar el pan, nunca más vuelvo, no se por qué no ponen más cajeras. Y así volvemos a nuestro quehacer diario.

Acerca de Haití y lo que estamos viendo, podríamos hablar en este post de los males del capitalismo, de este progreso excluyente e insostenible en el que vivimos, podríamos hablar de la inutilidad de los sucesivos gobiernos dictatoriales de Haití y, peor aún, de la inutilidad de los principales dirigentes de la comunidad internacional, de la hipocresía de sus discursos y de nuestras sociedades pero yo me quedo en nuestra ceguera para ver el horror.

Igual que no podemos vivir a diario pensando en que vamos a morir, no podemos vivir pensando en el sufrimiento que hay en el mundo. No es que seamos egoístas o malos, simplemente no vemos los problemas que hay en el mundo, estamos ciegos, no tenemos esa capacidad porque si no no podríamos vivir.

No es que seamos cobardes y miremos para otro lado, es que somos humanos, nos preocupamos en que nuestra vida no se detenga, que haya rutina no vaya a ser que un terremoto nos la detenga, es algo completamente lógico y normal. Esta vez no es nuestro terremoto, seremos solidarios y nos volcaremos en una ayuda internacional masiva, poco coordinada y poco eficaz pero ayuda al fin y al cabo y luego ya veremos, mañana tengo examen de físicas, no es nuestro terremoto y la vida sigue. Incluso pensamos, "yo no doy que al final no llega" y yo me digo con que llegue un céntimo de cada euro que se da ya valdría pero ése no es el tema de hoy.

El tema de hoy es que esa necesidad de rutina, esa incapacidad o ceguera para ver la realidad es el  principal escollo para que dos terceras partes de la humanidad deje de vivir en condiciones no aceptables, pero que esa misma necesidad de rutina, de esforzarse por encontrar una vida normal, por sobrevivir a pesar de todo y hacerse con una rutina y una normalidad, afortunadamente, es una de las principales herramientas que tendrán los haitianos cuando la atención de los medios de comunicación se vaya a otras noticias. Ánimo a todos los cooperantes y ONG´s que trabajan para hacer un mundo más justo ya sea con ayuda de emergencia o con ayuda al desarrollo, ellos son nuestros oftalmólogos.

8 comentarios:

Fernando López dijo...

Grandísimo Pedja.

Reaccionamos por ímpulsos porque como bien dices la ceguera no nos deja ver y sólo vemos fogonazos. En unos días, se irá olvidando, como se olvidan las tragedias que se instalaron ya en la rutina. Menos mal, que hay oftalmógos que no necesitan de cámaras de televisión ni grandes titulares para seguir curando este mundo.
Un abrazo

Pedja dijo...

Fernando muchas gracias por tu constante participación. Acabo el post y ya me estás leyendo, es increíble, qué rápido. De las tragedias que se instalaron en la rutina. Me he acordado estos días del tsunami de 2004, y quiero creer que han podido salir adelante los que sobrevivieron, ojalá, un abrazo.

GDS dijo...

Se ha visto una colaboración masiva mundial.

Sin embargo que bueno que no hemos perdido la capacidad de materializar ese deseo instintivo de ser buenos y solidarios. Cuando eso se pierda definitivamente, estará más próximo el final.

Se cometen errores como el que se le escapó al cónsul haitiano en Brasil (El terremoto ha sido bueno para Haití, con esto ahora somos más famosos y recuerdan el pueblo haitiano).

Se me ocurren muchas cosas que no permitirán que esto se olvide tan pronto y una de ellas además de la lamentable cantidad de pérdidas humanas es la secuela que se producirán en muchos aspectos internacionales vinculados a: Entidades financieras, turismo, salud, empresas aseguradoras.

Para ellos quizás surjan oportunidades nuevas que van a surgir con tanto vacío que ahora se ha producido.

Sin pecar de burla y con mucha lástima, es una suerte que Rep. Dominicana no fuese afectada con este fenómeno ya que es la misma isla.

Que descansen en paz las víctimas.

Javier Rodríguez Albuquerque dijo...

No se puede decir mejor en tan poco espacio.
A mi también me sorprende cómo podemos vivir en medio del horror como si no pasase nada. ¿Instito de supervivencia? ¿Impermeables al dolor ajeno? No lo sé. Sólo puedo decir que todo lo que aportemos hoy para esa pobre gente será mucho, ya que dentro de dos semanas nadie hablará de ese desastre ni habrá más dinero y la miseria y la muerte seguiran allí instaladaas.
Enorme reflexón.
Un abrazo.

Pedja dijo...

GDS, espero, como bien dices, que esto no se olvide rápidamente, sería positivo para todos, como positiva es la respuesta que la República Dominicana está dando, un ejemplo para todo el mundo. Yo dirá que sí que han sufrido un terremoto con la cantidad de refugiados que se les puede venir encima pero lejos de amilanarse ya se han puesto a ayudar, gracias por el comentario, un abrazo

Pedja dijo...

Gracias Javier por tu comentario, pero insisto en que no es que seamos egoístas o malos, se trata de que somos ciegos, algo increible con la que está cayendo, abrazos.

MaS dijo...

Existe un derecho asertivo que es el de abstraerse de los problemas de los demás. No es que nos inviten a pasar del tema, a no ser colaboradores, voluntarios,...sino que es humano, sabio, decidir que si a la vecina le deja el marido, yo no tengo que perder el sueño.
Ahora bien, cómo olvidar la imagen de una mano que asombra de los escombros, la imagen de un niño que llora, ...
En mi opinión, hoy nos sobran ciertas imagenes, ciertas informaciones, y nos siguen faltando datos veraces que nos ayuden a estar, a ayudar cuando y cómo hay que hacerlo.
Bravísimo.
M.
pd. ayer recibí cinco cuentas bancarias para ayudar economicamente...todavóia sigo sin decantarme por ninguna, ¿alguien me ilumina? Gracias.

Pedja dijo...

MaS gracias por el comentario, me hace reflexionar MáS. Efectivamente, los medios de comunicación deberían informar a diario de lo que ocurre en Haití como lo están haciendo ahora, ahora y dentro de cinco años. Estaríamos un poco menos ciegos.

No sé por qué me surge la recomendación de que os leáis el libro "Ébano" de Richard Kapucinski, periodismo en estado puro, magnífico libro, gracias por pasarte, un abrazo.