domingo, 16 de marzo de 2008

Una historia


Esta semana me contaron la siguiente historia:

Érase una vez una carrera de ranas. El objetivo era alcanzar lo más alto de una gran torre. Había en el lugar una gran multitud de espectadores. Mucha gente que había venido para apoyar y animarlas. Comenzó la competición. Sin embargo, pronto los espectadores vieron que las ranas no podían alcanzar la cima de aquella torre, lo más que se oía era: “¡Qué pena!, esas ranas no van a lograr, no van a poder…”. Y las ranas comenzaron a desistir. Pero había una que persistía y continuaba la subida en busca del logro… La multitud continuaba gritando: “¡Qué pena! ¡Ustedes no van a conseguir! No van a poder…”. Y las ranas estaban exactamente desistiendo, una por una… menos aquella rana que continuaba tranquila y cada vez más segura. Ya al final de la competencia, todas desistieron, menos ella. La curiosidad se apoderó de todos. Querían saber lo que había ocurrido… Y cuándo fueron a preguntarle a la rana cómo lo había conseguido, cómo logró hacer la prueba, fue cuándo descubrieron que ¡ERA SORDA!.


No permitas que nadie arruine tus esperanzas por medio de sus palabras.

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