domingo, 16 de noviembre de 2008

Elogio del otoño

Hoy quisiera derribar un tópico, el de que el otoño es una estación triste. No conozco colores más vibrantes, frutos más ricos y una época de logro de resultados mayor que la del otoño. El otoño es rojo, amarillo, marrón y verde. En el otoño surge nuevos mundos, como el de las setas o el de los vinos que están naciendo.

En el otoño hay mandarinas, naranjas, castañas y membrillos. Algunos se refieren al otoño como una época de ocaso, de pérdida, de caída. Todo depende, una vez más, del color del cristal con que se mira. No conozco estación más propicia para salir al campo que el otoño. El otro día, en Madrid, pude disfrutar de ese otoño tan especial y único que existe en esa maravillosa ciudad, con un azul limpio en el cielo y un día soleado pero frío.

Acerquénse a la valla del Retiro por la calle Menéndez Pelayo y comprenderán que el otoño, como cualquier otra época o tiempo, no es un momento de ocaso, sino de oportunidad, único, irrepetible, creativo y original.

Y lo mismo se puede decir de nosotros mismos. Muchos se creen haber llegado al otoño sin nada que esperar. Algunos se jubilan y eso les supone una ida irreversible a ningún sitio, a la inactividad. Incluso, con independencia de la edad que se tenga, uno mismo decide si quiere vivir en un otoño alegre o en un otoño melancólico y triste.

Al igual que el otoño produce milagros en forma de níscalos, membrillos, vinos o paseos por el campo, nosotros mismos podemos asistir a milagros o sorpresas aún encontrándonos en el otoño de nuestras existencias. Todo depende del color del cristal con que se mira. Hay personas que con 70 años se están haciendo el camino de santiago en pleno invierno mientras algunos de sus contemporáneos no osan cruzar la calle por temor a ser asaltados.

Es una pena perderse las cosas que nos ofrece el otoño, perdidos en creencias no demostradas. Ustedes escogen y de ustedes depende. Yo, desde luego, opto por el otoño alegre que les trato de describir, el de los membrillos. Disfruten, es la única opción posible, centrénse en las cosas positivas que cada época del año nos ofrece y, sobre todo, sean creativos.

2 comentarios:

FAH dijo...

comparto tu reflexión, medina. ¿saben vds. para mí cuál es siempre la mejor estación? en la que estoy en cada momento... hay que aprender a disfrutar de lo que se tiene (mucho: niscalos, setas... riquísimas... en la sierra de madrid, incluso del frío... para luego tomarse un café caliente y rico... la chimenea and so on).... El mejor momento es el que se vive en cada momento...

El Retiro es grande y Hyde Park también (aunque haga más frío). abrazos hacia London...

Paco.

Pedja dijo...

Gracias Paco por participar, la verdad es que eres un disfrutón y contagias siempre ese entusiasmo por todo, un lujo. Te debo un email y tu a mi una visita. Un abrazo.